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Ayúdame a Crecer
El Débil Puede Hacerse Fuerte
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 26, 2021
Oct 23, 2021
Duración:
00:14:32 Minutes
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1

Escritura

1 Corintios 16:10 y 11; Hebreos 13:23

Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor así como yo. 11 Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle en paz, para que venga a mí, porque le espero con los hermanos. 1 Corintios 16:10 y 11 Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el cual, si viniere pronto, iré a veros. Hebreos 13:23

En el estudio de hoy deseo presentarles a alguien a quien tengo en alta estima entre otros cristianos, siento mucho que él no pueda hablarles, pero es que él no habla español. Él es griego de nacionalidad, cristiano en sus convicciones y un predicador por llamado divino, es un misionero evangelista por vocación; su nombre es “Timoteo”. Timoteo es un carácter bíblico, los acontecimientos de su vida y trabajo se pueden encontrar en el Libro de los Hechos de los apóstoles; en referencias diversas de las Epístolas del Nuevo Testamento; y en dos Epístolas dirigidas a él, escritas por el apóstol Pablo. Timoteo vivió y trabajó con Pablo por aproximadamente, unos dieciséis años, al final de ese tiempo Pablo escribió estas palabras en cuanto a él: “A ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a Padre ha servido conmigo, en el Evangelio”. Al leer tal recomendación de Timoteo nos deja con la impresión de que era un gigante espiritual en la época iniciativa de la historia cristiana. Pero no es así, la verdad es que en realidad Timoteo no podría ser considerado como buen prospecto para el tipo de trabajo en el cual invirtió su vida. Yo me maravillo del por qué Pablo lo llevara consigo en su segundo viaje misionero. Lo que estoy tratando de decir es que Timoteo llegó a ser un gran hombre de Dios, porque otro hombre de Dios, llamado Pablo, le tomó bajo su cuido y le ayudó a llegar a la madurez en el Señor. Timoteo tuvo la desventaja de ser de un hogar religiosamente dividido; su madre era judía y, por las referencias breves que tenemos de ella en las Escrituras, aparentemente era entregada al Señor, y una mujer muy honesta; pero el padre de Timoteo era griego. Pablo escribió a Timoteo hablando de la fuerte fe de su madre Eunice y de su abuelita Loida, pero nunca hizo referencia a la fe de su padre. Es razonable entonces que pensemos que su padre no era ni creyente; y si no lo era probablemente era pagano en sus creencias religiosas. Un hogar dividido en cuanto a religión, en realidad no es un lugar en donde pensaríamos encontrar un candidato potencial, para servir como misionero. Sin embargo, tengo que reconocer que Timoteo si tuvo la ventaja de haber sido instruido en la Palabra de Dios. Pablo en una ocasión le escribió: “…Y que desde la niñez ha sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe, que es en Cristo Jesús…”. Timoteo estaba bajo buena herencia por el lado de la familia de su madre, su abuelita Loida era creyente y su madre Eunice también era creyente. Ellas se encargaron de que Timoteo creciera con un entendimiento de la palabra. Aún antes de iniciar su viaje con Pablo, Timoteo tenía dos cosas en su contra: en primer lugar, su edad, en realidad no podemos decir con exactitud la edad de Timoteo, pero si sabemos que fue necesario que Pablo le dijera: “…Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza…”. En segundo lugar, Timoteo tenía en su contra el hecho de una enfermedad física, tenía un desorden estomacal que le causaba enfermarse repetidamente. El agua no purificada enfermaba a Timoteo; y Pablo siempre le dio el consejo de tomar un poco de remedio para su malestar, y sin embargo ese era el hombre que Dios usó al lado del apóstol Pablo. Un hombre tan joven que podría ser despreciado por personas mayores y tan enfermizo que tenía que tomar medicamentos constantemente. Pero Dios le usó sin tomar en cuenta sus defectos. Alguien ha dicho no es el nombre que va con la medicación, sino el medicamento que cura. Dios puede enviar el mensaje del evangelio por medio de un mensajero enfermizo, pero el evangelio sigue siendo el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Timoteo era introvertido, él tenía un complejo tremendo de inferioridad; era tímido y le faltaba confianza; esto era problemático para su ministerio. El apóstol Pablo encontró que era necesario retar a Timoteo, para motivarle a su completo potencial en el servicio a Cristo. “…No descuides el don que hay en ti…” le escribió Pablo, “…Ocúpate en estas cosas, permanece en ellas…”. Timoteo estaba en peligro de ser negligente en cuanto a su don espiritual, debido a su timidez; “…Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti, por la imposición de mis manos…” escribe Pablo en su Segunda Epístola, “…Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor, y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor…”. Era necesario que Timoteo realizara que su actitud de timidez no era de Dios. Generaciones antes Dios le había dicho al profeta Jeremías, que no temiera a los hombres porque él tenía la presencia de Dios; “…no un espíritu de cobardía…” le dijo Pablo a Timoteo, sino “…espíritu de poder, amor y de dominio propio…”. La timidez de Timoteo se veía en su relación con otros cristianos. Pablo le envió a visitar a la iglesia en Corinto para trabajar con ellos; y sin embargo le era necesario aconsejar a la iglesia antes de la llegada de Timoteo. Él les dijo en 1 Corintios 16:10 y 11: “Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la voluntad de Dios, así como yo. Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle en paz, para que venga a mí, porque le espero con los hermanos”. Otra vez, repito, Timoteo no era excelente prospecto para el trabajo riguroso del campo misionero foráneo; seguramente hubiera fracasado si no hubiera tenido algo, y ese algo era otro cristiano más maduro: Pablo, quien le discípulo y le ayudó a crecer en el Señor. El ministerio de Pablo ayudó a Timoteo en llegar a ser el hombre que Dios quería que fuera. Pablo trabajó con Timoteo por muchos años. En su segundo viaje misionero Pablo seleccionó a Timoteo para acompañarle, también le acompañó Silas. Muchas veces Timoteo sirvió de mensajero a Pablo a distintas iglesias; junto con las tareas que Pablo le daba, crecía en madurez, fuera por complemento o crítica constructiva, Pablo ayudó a Timoteo en crecer en el Señor. Pablo no perdió su tiempo con Timoteo, valió la pena el esfuerzo que hizo para el crecimiento de su hermanito en la fe. Años después estando en Macedonia, Pablo tuvo que salir hacia otro lugar, pero la iglesia en Éfeso necesitaba ayuda en asuntos de doctrina, ¿Y saben ustedes quién se quedó? Sí, Timoteo. Pablo le dejó con los hermanos efesios, mientras que él personalmente viajara a otros campos misioneros; y esto indica la madurez que Timoteo llegó a tener. De acuerdo a Hebreos 13:23 Timoteo pasó algo de tiempo en la prisión, por su testimonio a Cristo. Al estar cerca de su muerte, en Roma, Pablo escribió a Timoteo pidiendo que llegara con urgencia para verle por última vez, tan fuerte había llegado a ser Timoteo que el gran apóstol necesitaba de esa fuerza en tiempo de prueba. ¿Y qué había pasado con el debilucho, enfermizo y tímido Timoteo? Había crecido, ahora era un hombre; un hombre de Dios. Y Pablo dijo de él en Filipenses 2:20 y 22: “Pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio”. En alguna parte hay un Timoteo a quien nosotros le podemos servir de Pablo, tú puedes conocer a un hermano cristiano quien necesita de dirección, ánimo y consejo; él puede llegar a ser un gigante en el Señor si nosotros le brindamos una ayuda. Podemos permitir que su necesidad, sea nuestro llamado. Para terminar, leamos Hebreos 12:12 y 13 “Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado”. Vamos a orar. Padre celestial en estos momentos nos dirigimos a ti para pedirte que nos enseñes cuál sea tu voluntad en nuestras vidas. Señor si hay alguien cerca de nosotros que necesita de un Pablo, ayúdanos a ser ese Pablo para él. Y Señor te damos gracias por los Pablos que han habido en nuestro camino, para ayudarnos a nosotros en crecer espiritualmente. Esperamos poder seguir creciendo cada día más y más; y te pedimos que nos lleves a la madurez espiritual que necesitamos para poderte servir con eficacia. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

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