(Centro De Vida)
Escritura
no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. Hebreos 10:25 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Mateo 16:18 Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Hechos 6:2
Con una pequeña sonrisa, el hombre dijo: “Señor predicador, yo no necesito asistir a la iglesia; yo tengo mi iglesia en el campo donde voy a tirar o en el lago donde voy a pescar; yo me acerco a Dios por medio de la naturaleza”. ¿Qué te parece? ¿Puede una persona encontrarse solo con Dios? Claro que sí. ¿Puede una persona leer su Biblia y recibir bendición fuera de la casa de Dios? Claro que sí. Entonces, ¿Por qué ha de preocuparse con asistir a la iglesia? Una persona debe preocuparse debido a la naturaleza de la iglesia en sí. Escuche lo que le voy a decir: Uno puede encontrarse con Dios en privado y tener una buena comunicación con Él; pero uno no puede obedecer a Dios sin reunirse con otros quienes creen en Dios. Puede encontrarse con Dios en el campo o en un lago; pero no puede tener algo en calidad de iglesia ahí. No existe un encuentro que pueda sustituir a la experiencia de adoración en compañerismo con el pueblo de Dios. Por eso es que la Biblia nos dice en Hebreos 10:25: “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. ¿Qué es la iglesia? Algunos usan la palabra para describir una denominación. Por ejemplo: Iglesia Bautista, Iglesia Luterana, Iglesia Metodista, etc. Algunos usan el término para hablar de todos los creyentes en Jesús que componen así la Iglesia Universal, algunos se refieren a la casa en que se reúnen los creyentes, algunos lo usan en referencia a una congregación particular que se reúne en un lugar particular. El hombre ha usado ese término en cada uno de estos casos, pero la Biblia no da estas interpretaciones. Bíblicamente, la iglesia es una congregación de creyentes en Jesús que han sido bautizados y han hecho pacto creyendo en lo que Jesús enseñó y obedeciendo lo que Él ordenó. Eso significa que la iglesia es una congregación local de cristianos, quiénes están entregados los unos a los otros sobre la base de su fe mutua en la persona de Jesús. El término usado en el griego original en el Nuevo Testamento es “Ekklesía”. Es una palabra formada del conjunto de una preposición, “fuera”, y un verbo, “llamar”; una “Ekklesía” es una gente llamada fuera. El término ocurre 115 veces en el Nuevo Testamento; observemos estas estadísticas. El término es usado 3 veces en Hechos, refiriéndose a una asamblea secular; es usado en referencia a la iglesia como una institución en la sociedad, como el hogar, la escuela o el estado, 3 veces en Mateo 16:18. El término es usado para referirse a una asamblea local de creyentes 90 veces. De 115 veces, el término es usado solamente 19 veces para referirse a otra cosa fuera de una congregación local. En vista de que el Señor usó el término un 84% de las veces en referencia a una congregación local de creyentes, yo me imagino que ese es el significado primordial. Por lo tanto, podemos decir que una iglesia neotestamentaria es una congregación que se reunía en un lugar específico, a una hora específica, para adorar, estudiar, orar, tener compañerismo y llevar a cabo su ministerio espiritual. Vamos a darle un vistazo al libro de los Hechos para ver cómo es enfatizado el asunto de una congregación local. Hechos 1, nos informa de cómo Jesús ascendió al cielo en presencia de sus discípulos. Después nos explica que los discípulos regresaron a Jerusalén, donde tenían un aposento en el cual ellos llevaban a término sus reuniones. Ellos continuaron en la oración y en súplicas en ese lugar. Esto nos da el cuadro de una iglesia neotestamentaria: Estaban reunidos en un lugar, con el propósito de tener compañerismo los unos con los otros y con Dios. Hechos 2, nos dice que cuando los cristianos estaban unánimes en ese lugar, el Espíritu Santo vino sobre ellos. Hacemos énfasis en el asunto de que estaban reunidos en un lugar específico. Hechos 4, nos habla de la primera persecución que vino sobre la iglesia en Jerusalén. Ciertos hermanos pasaron anoche presos y se les fue dicho que no podían predicar más en el nombre de Jesús. Al ser soltados, puestos en libertad, fueron a un lugar donde la iglesia estaba reunida y reportaron los acontecimientos. Un servicio de oración siguió a eso, donde todos fueron llenados del Espíritu Santo y con denuedo el mensaje de Jesús con más valor que nunca. Fue un evento muy interesante; pero para servir el propósito de nuestro estudio, hoy deseo que observemos lo que relata la iglesia. Había un grupo de creyentes que estaban reunidos. Ellos tenían costumbre de ir a un lugar específico donde se congregaban; eso era normal para la iglesia primitiva en Jerusalén. La iglesia empezó con reuniones o servicios regulares. No es necesario perseguir este tema en detalle; entonces permítanme traer a nuestra mente un pequeño repaso. Según Hechos 6:2, la iglesia se reunía en el momento que apartaron a 7 hombres para ayudar con los servicios benévolos de creyentes necesitados. Pablo y Bernabé se reunían con la iglesia en Antioquía y ahí enseñaron la palabra de Dios por un año. La iglesia ahí estaba reunida cuando el Espíritu Santo le reveló la voluntad de Dios de que Pablo y Bernabé llegarán a ser misioneros. La iglesia en Antioquía se reunió para escuchar el reporte que sus dos misioneros tenían preparado. Los creyentes en Jerusalén se congregaron para escuchar los reportes de sus misioneros y discutir asuntos de doctrina. Dondequiera que nos fijamos en el libro de Hechos, la iglesia está reunida, viene de una reunión, o va a una reunión. Si deseamos seguir el ejemplo de cristianos primitivos, debemos congregarnos con otros creyentes por medio de asistir a la iglesia regularmente. ¿Por qué los primeros creyentes se reunían tanto y por qué eran fieles en asistir? Debió haber sido por la sencilla razón de que recibían bendiciones por asistir. Yo pienso que se dieron cuenta de la verdad del Salmos 84:4 que nos dice: “Bienaventurados los que habitan en tu casa; perpetuamente te alabarán”. Yo conozco personalmente la experiencia refrescante que recibo cuando me reúno con mis hermanos en la fe. Muchas veces he ido a la iglesia cansado y deprimido, casi al punto de no desear ir. Sin embargo, salí de esas reuniones con nuevas energías y gozoso de no haberme quedado en casa. Hay una bendición especial para los que asisten a las reuniones de la iglesia. Un hombre visitaba a otro que había salido de la iglesia. Estaban los dos sentados junto al fuego de una hoguera. “¿Qué importa si voy o no a la iglesia?”, preguntó el miembro negligente. El hermano tomo un carbón encendido y lo apartó del fuego; en pocos minutos el carbón enrojecido cambió al color plateado de la ceniza. “Ah, ya veo por qué”, dijo el hombre, “y te aseguro que estaré en la próxima reunión”. Vamos a orar: Padre, nuestro deber es asistir a la iglesia para compartir con los hermanos y recibir el calor de tu compañerismo. Como cristianos debemos reconocer que el Diablo no quiere que vayamos y eso nos debiera hacer insistir nuestra presencia con los hermanos. Padre, te pido que, si algún hermano extraviado me está escuchando en estos momentos, que pueda comprender el error que ha cometido y que se sienta animado en renovar su vida. Gracias te doy por el estudio de hoy. Te damos las gracias en el nombre de Jesús. Amén.
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