(Centro De Vida)
Escritura
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. Juan 5:24
Cada persona nace para morir; ninguna persona inteligente, espera vivir para siempre. Nadie tiene la confianza de que va a salir del mundo con vida; la expectativa de la muerte sea temprano o tarde, existe en la naturaleza humana. Desde el momento en que nacemos, vamos en camino a la muerte. ¿No sería maravilloso si pudiéramos encontrar el cómo escapar del juicio de la muerte? ¿No sería maravilloso si la muerte pudiera ser cambiada de una experiencia oscura y horrible, a una puerta que nos permitiera entrar a una vida de más plenitud? Tales pensamientos, no son meramente un deseo sin esperanza; son una realidad. Jesucristo ha traído al hombre un tipo de vida que roba a la muerte sus poderes, y quita el temor de ella. El que tiene vida eterna, se escapa del juicio de la muerte. ¿Qué es vida eterna? Jesús dio una definición de vida eterna en una oración que hizo al Padre, en Juan 17:1-36. En los versículos 1 al 3, Él dijo, “Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. Jesús dijo que tener vida eterna, era tener una relación personal con Dios, por medio de su unigénito Hijo. Vida eterna es una vida que es eterna en duración, es una vida que nunca se acaba. Jesús no sólo da vida, Él da vida que nunca termina. La Biblia habla muchas veces diciendo que, el que está en Jesús, tiene vida eterna; la vida que Jesús da, es una vida que perdura para siempre, no tiene fin. La promesa que Él hace es que los que creen en Él, no perecerán jamás, ni serán condenados. La muerte no es el fin de la vida que Jesús da; la muerte no tiene el poder que se necesita, para acabar con la vida que da Jesús. Jesús dice que aquellos quienes creen en Él como único y suficiente Salvador, van a vivir para siempre, esa es a la vida que Dios en su amor, te ofrece a ti. Vida eterna es una vida que es eterna en calidad, es la clase de vida que se vivirá en la eternidad. El cielo invade la tierra cuando uno se arrepiente y recibe a Cristo como Salvador. La vida de la eternidad se vive en el contexto del tiempo; la vida de deidad es vivida y experimentada en términos de la humanidad. Aquel que tiene la vida de Dios en sí, tiene una nueva calidad de vida, pues vivirá la vida Cristo céntrica. Cada nuevo creyente puede decir las palabras que se encuentran en Gálatas 2:20, “y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. El ser salvo, significa que Dios comienza a vivir su vida divina en uno, desde el momento en que uno recibe a Cristo, ¡Cuánto nos ama el Señor! ¿Cuándo recibe un creyente la vida eterna? Pues la vida eterna es algo que el creyente posee en el presente, es inafectada totalmente por límites temporáneos; no importa la edad, raza, política, nivel social, nivel educativo, riqueza, sexo, nacionalidad o cualquier otra cosa; aquel que recibe a Jesús como su Salvador personal, recibe también la vida eterna inmediatamente. Una y otra vez, la Biblia usa el tiempo presente cuando habla del regalo de la vida eterna, a los creyentes en Cristo Jesús. Leamos en Juan 3:36 donde nos dice, “El que cree en el Hijo, tiene la vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. Juan 5:24 es explícito en decir, “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida”. Nuevamente Jesús nos habla en Juan 6:47 diciendo, “El que cree en mí, tiene vida eterna”. Todos estos versículos están en el tiempo presente, indicando que, en el momento de creer en Jesús, uno actualmente tiene la vida eterna. Uno que cree en Jesús, recibe inmediatamente la vida eterna y nunca la pierde ni en el tiempo actual, ni por toda la eternidad, ¿Entiendes lo que estamos diciendo? Tú puedes recibir a Cristo ahorita mismo y recibir esa vida eterna, ese es el regalo de su amor, Él te ama muchísimo mi amigo. ¿Cómo recibe una persona la vida eterna? Tendremos que dar una respuesta muy acertada. Ya hemos dicho varias veces que la vida eterna, viene por recibir a Jesús como Salvador personal, pero trataré de ser más explícito. En primer lugar, tenemos que comprender que la vida eterna es un regalo de Dios, y no un pago que el hombre recibe por sus buenas obras. La palabra de Dios nos dice lo siguiente en Efesios 2:8 y 9, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Si alguien pregunta, ¿Y cómo le viene a uno la salvación? La Biblia nos dice en Tito 3:5-7, “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna”. Tenemos que acordarnos que “La paga del pecado es muerte, más el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”, según Romanos 6:23. La vida eterna se recibe por fe de parte del hombre, y por gracia de parte de Dios. Dios ofrece la vida eterna como un regalo de parte de su gracia, a aquellas personas que no la merecen. El pecador debe confiar en Dios, de perdonar todos sus pecados, y de dar la vida eterna que promete dar a los que confían en Él. La fe es la extensión de una mano vacía, para recibir el regalo de Dios, la vida eterna. El Nuevo Testamento, repetidas veces nos expresa la importancia de recibir a Jesús como Salvador personal. Consideremos estas palabras que se encuentran en Juan 3:14-18, “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. Distintivamente, Jesús declaró lo siguiente en Juan 5:24 “El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida”, y ese es el regalo de Dios al pecador que se arrepiente de sus pecados, y recibe a Jesús como único y suficiente Salvador, ¿Ya has tenido tú esa experiencia? ¿Ya has recibido a Jesús? Consideremos estas tres verdades: Dios es un Dios eterno, vivirá para siempre. Dios nos ha provisto vida eterna en Jesús. Jesús da vida eterna, a todos los que le reciben como Salvador personal. Estas tres verdades dan consolación a nuestros corazones, cuando recibimos a Jesucristo. El que tiene vida eterna, no tiene por qué temerle a la muerte; ni a lo que le sigue a la muerte. Leamos Hebreos 2:9,14 y 15, “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”. En su amor, Dios ha provisto para nosotros, el perdón de pecados, liberación de la muerte y el regalo gratuito de la vida eterna. Por medio de la fe en Cristo Jesús, podemos recibir todo lo que Él ha provisto. 1 Juan 5:11-13 nos dicen, “Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios”, vamos a orar. Padre, gracias te damos por tu maravilloso amor. Gracias por tu Hijo, quien ofreció su vida para que nosotros pudiéramos vivir. Gracias por el regalo de la vida eterna; pero Padre, me pongo triste al pensar en las personas que rechazan tu regalo, tratan de comprarlo con obras o con pertenecer a una religión; ayúdales a comprender que el regalo es la vida eterna, y que sólo se puede aceptar con el recibir a Cristo Jesús como único y suficiente Salvador. Ayúdales, porque te lo suplico en el nombre de Jesús, Amén.
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