(Centro De Vida)
Escritura
Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. !!Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Apocalipsis 12:12 ¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. 24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. 25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; 26 en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; 27 en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; 2 Corintios 11:23-27 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Juan 15:19
Los últimos días antes del regreso de nuestro Señor Jesucristo son llamados “Tiempos Peligrosos” en la Biblia. Eso significa que pasaremos temporadas de grandes dificultades, problemas y peligros. La razón de esa condición vendrá porque el hombre se apartará de Dios para seguir un sistema político, religioso y social que es controlado por Satanás y sus demonios. Será un tiempo desalentador que el mundo jamás ha conocido. ¿Cómo aguantará el cristiano en estos tiempos peligrosos? Pues él estará aquí en la tierra y tendrá que encontrar fuerzas para soportar. Pero ¿De dónde vendrá esa fuerza? Dios nos contesta esta pregunta en 2 Timoteo 3:9-17: “Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos. Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; más los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Existen 6 cosas mencionadas en este texto que darán fuerzas al cristiano mientras que se opone al diablo en este mundo. Vamos a examinarlas una por una y así podremos aplicarlas a nuestras circunstancias. La maldad tiene su límite. El cristiano puede ser fortalecido con este entendimiento. El diablo anda en el mundo como el león rugiente buscando a quien devorar. Existe una razón para esta furiosa actividad por parte de él. Apocalipsis 12:12 nos lo explica así: “¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”. ¡Sorprendente, verdad! El diablo anda tan ferozmente porque sabe que le queda poco tiempo. Esa limitación que tiene el diablo debe darnos fuerzas a nosotros los hijos de Dios. Casi se puede soportar cualquier cosa si sabemos que tal cosa tiene un límite; pero cuando no hay esperanza de descanso, la carga se vuelve insoportable. Nosotros los creyentes podemos tener fuerzas reconociendo que el tiempo y el trabajo del diablo tienen su límite. Sigamos adelante. El cristiano es fortalecido con el ejemplo de sus compañeros. Timoteo tenía a Pablo como ejemplo. Él había observado personalmente e íntimamente la manera de vivir de ese gran apóstol; él había oído la enseñanza de Pablo y había observado su conducta. Él conocía el propósito de Pablo; él había presenciado la vivencia de la fe que pablo tenía en Dios. Él había visto como Pablo aguantó persecución, él estuvo con Pablo en Antioquía, Iconio y Listra. Él tenía ejemplo vivo de cómo un cristiano aguanta las dificultades, pero siempre sale victorioso en el Señor. Él podía ser fiel en tribulaciones sabiendo que otros hermanos estaban padeciendo lo mismo. Por eso es que es de tanta importancia es el hecho de que cada cristiano le sea fiel a su Señor, no importa cuál sea la situación. La fuerza de uno dará fuerzas a otros. El cristiano es fortalecido por medio de la liberación de parte del Señor. Pablo testifica de sus experiencias en 2 Corintios 11:23-27. Escuchen esto: “en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez”. Dios no libró a Pablo de la experiencia de esos sufrimientos, pero sí le libró de en medio de ellos. Muchos cristianos han tenido la bendición de ser librados de en medio de algún peligro. El cristiano es fortalecido por la oposición satánico-universal a los santos de Dios. Sí, todo el que vive bien con Dios experimentará presiones físicas o espirituales y persecución de parte del enemigo de nuestras almas. La persecución a veces viene en forma de abuso físico; en otros tiempos viene en forma de opresión mental, tentación espiritual y oposición al crecimiento espiritual. No importa la forma que toma: es trabajo y obra del diablo. Los problemas que tiene el cristiano es prueba de que es salvo. Jesús dijo esto en Juan 15:19: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece”. La oposición del diablo es un complemento al cristiano y debe fortalecer su espíritu. El cristiano es fortalecido por su relación con Cristo Jesús. Bendito el niño que tiene el privilegio de crecer en un hogar como el de Timoteo. Desde su niñez, el joven Timoteo fue instruido en las cosas de Dios. Probablemente no podía acordarse de un tiempo en que no le hablaran de lo concerniente a la Biblia; qué fuerza la que le debe haber hecho eso en tiempo de necesidad. Es una fuerza para todo creyente si esta la guarda en su mente y en su corazón. La meditación de la palabra de Dios da victoria sobre el enemigo. Hay dos cosas que debemos saber en cuanto a las Sagradas Escrituras. En primer lugar, nos hacen sabios para la salvación y, en segundo lugar, nos guían a la fe en Cristo Jesús. No sólo es un conocimiento de historia, filosofía o ética bíblica que fortalece al cristiano; es un conocimiento personal de Cristo Jesús y una experiencia de salvación en Él. ¿Tienes tú eso? El cristiano es fortalecido por las Sagradas Escrituras. La Biblia no es como cualquier otro libro, es la palabra de Dios, es inspirado por Él; y eso lo hace valer muchísimo. La palabra de Dios nos enseña, nos corrige, nos guía, nos entrenará en disciplina moral. El resultado de dicho ministerio de la palabra de Dios es que el hombre de Dios llega a ser perfecto y equipado para toda buena obra. Él estará entrenado para hacer cualquier trabajo que El Señor le envíe. ¿Te encuentras fortalecido por esta sugerencia? Vamos a repasarlas. El cristiano es fortalecido con saber que la maldad será destronada por el ejemplo de otros hermanos en Cristo, por la liberación que da Dios, por la experiencia de victoria en tiempos problemáticos, por la relación que tiene con Dios por medio de Cristo y por el ministerio de la Biblia. 1 Corintios 15:58 dice: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. Vamos a orar: Padre, gracias por esta fuerza que tú nos das. Ayúdanos a confiar en tu palabra. Permítenos ser fuertes para tu honra y tu gloria. En el nombre de Jesús oramos. Amén.
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