Escritura
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Juan 1:1 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino. Hebreos 1:8 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. 1 Juan 5:20 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Juan 20:28 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:4 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; Juan 5:26 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Hebreos 13:8
¿Quién en tu opinión es el hombre más grande que ha existido?, Cualquier persona honesta, que buscara el hombre que ha influenciado las vidas del número más grandes de personas, ejercitado el poder más grande sobre el destino de las naciones y cambiado al número más grande de personas en ciudadanos honestos y buenos, tendría que responder: Cristo Jesús. ¿Cómo puede ser posible esto? Aquí tenemos a un hombre joven, nacido en un pueblo sin importancia, el hijo de un campesino. Trabajó en una carpintería hasta la edad de treinta años y después anduvo ambulante por tres años enseñando. Él nunca escribió un libro, nunca tuvo un cargo en el gobierno, nunca fue dueño de su propia casa, nunca tuvo familia; no fue a ninguna universidad. Nunca estuvo en una ciudad grande, nunca viajó más de unos trescientos kilómetros de donde nació. Nunca hizo ninguna de las cosas que acompañan a la grandeza, no tuvo más credenciales que su propia persona. Aun siendo joven, la ola de la opinión pública vino sobre Él; sus amigos le abandonaron, fue entregado a sus enemigos, pasó por la humillación de un tribunal falso y fue clavado a una cruz en medio de dos ladrones. Mientras moría, sus verdugos apostaban sobre lo único que Él tenía en la tierra: Su manto. Cuando murió, fue sepultado en una tumba prestada por un amigo, quien se compadeció de Él. Diecinueve siglos han pasado desde ese entonces y hoy, él es la figura central de la raza humana y el líder de la columna del progreso. Estoy bien adentro de mis límites cuando digo que todos los ejércitos que han marchado, todas las naves que han navegado, todos los parlamentos que se han sentado y todos los reyes que han reinado puestos juntos, no han afectado la vida del hombre como la ha afectado la vida de Jesús. ¿Cómo puede ser posible? Es posible porque Jesús es único. Jesús era Dios encarnado, en la persona de Jesús, Dios vino a vivir entre los hombres. Él es Emanuel, Dios con nosotros. El Nuevo testamento es claro en explicar la naturaleza única de Jesús, simplemente declara que Jesús era Dios. Una declaración clásica está grabada en Juan 1:1: ¨En el principio era el verbo y el verbo era con Dios y el verbo era Dios¨, después en el mismo capítulo dice: ¨Y aquel verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y verdad¨, Juan 1:14. Jesús es el verbo. Juan 1:1, declara tres cosas de aquel a quien nosotros conocemos como el verbo, osea, Cristo Jesús: Número uno, declara su existencia más allá del tiempo. El hecho de que nos diga que en principio era el ¨Verbo¨, nos indica que cuando el tiempo comenzó el verbo ya era. Él es antes del tiempo. Número dos, nos declara su existencia personal en comunión activa con Dios, por medio de decirnos: ¨Y el verbo era con Dios¨. Número tres, nos declara que su naturaleza es la misma que la de Dios. La misma esencia de deidad, el verbo era Dios. Dios el Padre, testificó de la deidad de Jesús su hijo, al tiempo del bautismo de Jesús, el Espíritu Santo descendió en forma de paloma sobre Él, mientras que la voz del padre decía desde el cielo: ¨Este es mi hijo amado en quien tengo complacencia¨. Pero Dios va más allá en declarar la naturaleza divina de Jesús, en Hebreos 1:8, el Padre Celestial clama al hijo encarnado por su nombre divino diciendo: ¨¡Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo!¨. Los discípulos de Jesús, quienes le conocían mejor que nadie, estaban de acuerdo en que su naturaleza única era a causa de su divinidad. Juan escribió acerca de Jesús en 1 Juan 5:20, este es el verdadero Dios. Tomás le dijo en Juan 20:28: ¨Señor mío y Dios mío¨. Jesús aceptó la confesión de Tomás, indicando la veracidad de su declaración, Jesús, es el mismo Dios, eso es lo que se dice de Él en las sagradas escrituras. Aquellas cualidades que identifican a Dios como Dios, también se atribuyen a Jesús. Existen diez cualidades: En primer lugar, la vida. Juan 1:4, dice: ¨En Él estaba la vida¨. En segundo lugar, existencia propia. Juan 5:26, dice: ¨Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al hijo en tener vida en sí mismo¨. En tercer lugar, inmutabilidad. Hebreos 13:8, dice: ¨Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos¨. En cuarto lugar, la verdad. Juan 14:6, dice: ¨Yo soy el camino, la verdad y la vida¨. En quinto lugar, el amor. 1 Juan 3:16, dice: ¨En esto hemos conocido el amor, en que Él puso su vida por nosotros¨. En sexto lugar, santidad. Lucas 1:35, dice: ¨Por lo cual el Santo ser que nacerá, será llamado hijo de Dios¨. En séptimo lugar, eternidad. Juan 17:5, dice: ¨Ahora pues padre glorifícame tú, al lado tuyo con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese¨. En octavo lugar, omnipotencia. Mateo 28:18, dice: ¨ Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra¨. En noveno lugar, omnisciencia. Colosenses 2:3, dice: ¨ En quienes están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento¨. Y en décimo lugar, omnipresencia. Mateo 28: 20, dice: ¨He aquí yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo¨. Sí, esas mismas cualidades que identifican a Dios, como Dios, también identifican a Jesús como Dios. No solo tiene Jesús los atributos de Dios, sino que también hace el trabajo de Dios. En primer lugar, en cuanto a la creación, la Biblia dice esto en Juan 1:3: ¨Todas las cosas por Él fueron hechas y sin Él nada de lo que ha sido hecho fue hecho¨. En segundo lugar, concerniente al mantenimiento de la creación, existe este testimonio sagrado en Colosenses 1:16 y 17: ¨Porque en Él fueron creadas todas las cosas y todas las cosas en Él subsisten¨. En este mismo momento, el universo mantiene su orden y sistema, porque Él es quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, según Hebreos 1:3. En tercer lugar, en cuanto a divina prórroga, de levantar a los muertos y juzgar al mundo, Él está activo en eso también. Juan 5:25 y 27 dice: ¨De ciertos, de ciertos digo, viene la hora y ahora es cuando los muertos oirán la voz del hijo de Dios, y los que la oyeren vivirán¨; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el hijo de hombre. Según Juan 5:23, el propósito de Dios es que todos honren al hijo como honran al Padre. El que no honra al hijo, no honra al padre que le envió. El nacimiento de Jesús fue acompañado, con este mandamiento divino en Hebreos 1:6; adórenle todos los ángeles de Dios. El fin de esta edad, será testigo de una escena en la cual todas las criaturas celestiales y todos los redimidos de la tierra, se unirán para alabar a Dios el Padre y Dios el hijo, así es como debería ser porque Jesús es Dios. Jesús expresó el hecho de que Él poseía una naturaleza divina, Juan 5:18 dice: ¨Por eso los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio padre haciéndose igual a Dios. Jesús dijo en Juan 10:30: ¨Yo y el Padre uno somos¨. El apóstol pablo dijo que Jesús tenía la forma de Dios y que Gozaba de la igualdad con Dios, según Filipenses 2:6, esto significa que el divino Cristo, existía como la segunda persona de la Trinidad, antes de su nacimiento en carne humana. Él vivió antes de Abraham, según Juan 8:58; Él compartía la gloria del Padre antes de que el mundo fuese creado, según Juan 17:24. No fue su nacimiento de María lo que le permitió ser hijo de Dios; Él siempre ha sido el hijo de Dios. María solo proveyó el cuerpo humano, en el cual el hijo de Dios habitó mientras estuvo aquí en la tierra. Aquel, a quien llamamos Jesús, era el hijo de Dios antes de su encarnación. Él era el hijo de Dios durante su estancia en la tierra. Él es el hijo de Dios ahora en el cielo, Él será el hijo de Dios por toda la eternidad. La segunda persona de la Santa Trinidad. Filipenses 2:9-11, dice: ¨Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre¨. Salmos 95:6-7, dice: ¨Venid, adoremos y postrémonos, arrodillémonos delante Jehová nuestro hacedor, porque Él es nuestro Dios, nosotros el pueblo de su prado y ovejas de su mano¨. Padre, te damos gracias, por haber enviado a tu hijo a morir por nosotros. Agradecemos el hecho de que tu hijo no el estimó ser igual a ti como cosa a qué aferrarse, si no que se humilló para morir por nosotros. En el nombre de Jesús te damos las gracias. Amén.
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