(Centro De Vida)
Escritura
1 Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! 3 ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? 4 Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto. 5 Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel. 6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, 7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. 8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. 9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. 10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel.
Cuando Dios nos da una dirección clara, obedecerle es siempre la mejor opción. Sin embargo, el pueblo de Israel, estando al borde de la Tierra Prometida, permitió que el miedo y la incredulidad los llevaran a la desobediencia. Como resultado, sufrieron las consecuencias de su falta de confianza en Dios. Quiero compartirles tres Devocionales que he titulado “Vagando En El Desierto De La Desobediencia” de la serie ¿Y Qué Si No Lo Hago? En este primer devocional, veremos cómo el temor llevó al pueblo a la rebelión. Nuestro Texto Bíblico lo encontramos en Números 14:1-10 1 Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! 3 ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? 4 Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto. 5 Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel. 6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, 7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. 8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. 9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. 10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel. El pasaje relata la reacción del pueblo al informe de los espías enviados a la tierra de Canaán. En lugar de confiar en la promesa de Dios, el pueblo se llenó de miedo y se rebeló contra Moisés y Aarón. Expresaron su deseo de regresar a Egipto y hasta hablaron de apedrear a Josué y Caleb, quienes intentaban animarlos a confiar en Dios. El problema central del pueblo de Israel no fue simplemente el miedo, sino la falta de fe en Dios. A pesar de haber visto su poder en Egipto y en el desierto, permitieron que la duda nublara su visión espiritual. Cuando nos enfocamos más en las dificultades que en la fidelidad de Dios, la desobediencia se vuelve una opción atractiva. Muchas veces, Dios nos llama a tomar pasos de fe que parecen desafiantes. Podemos reaccionar con temor o con confianza en Sus promesas. Si nos enfocamos en los obstáculos en lugar de confiar en Dios, corremos el riesgo de alejarnos de Su voluntad. ¿Qué situaciones en tu vida te están llevando a dudar de Dios? Decide confiar en Él hoy y obedecer Su voz.
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