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El Reflejo Del Amor De Dios Por Nosotros
Amor que restaura
Wendy Carolina Escobar
(Centro De Vida)
Aired on Mar 04, 2025
Mar 04, 2025
Duración:
00:04:13 Minutes
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Escritura

Juan 21:15-17

Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

A veces sentimos que hemos fallado tanto que no hay manera de volver a ser útiles en el plan de Dios. Tal vez, como Pedro, recordamos nuestros errores y nos preguntamos si Jesús aún puede usarnos. Sin embargo, el encuentro entre Jesús y Pedro en la orilla del mar de Galilea muestra cómo el amor de Cristo no solo perdona, sino también restaura. Juan 21:15-17 dice: 15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. 16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. Este pasaje nos recuerda que, aunque caigamos, el amor de Dios puede levantarnos y darnos un propósito renovado. Este acontecimiento se da, después de que los discípulos regresan de una noche Improductiva de pesca, Jesús los encuentra y les ofrece desayuno. Es en ese momento de cercanía y comunión que Él se dirige a Pedro con tres preguntas muy similares: “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos?” Jesús le pregunta esto tres veces, y cada vez Pedro responde afirmativamente. En respuesta, Jesús le encomienda una tarea: alimentar y cuidar de Sus ovejas. Este diálogo parece reflejar la triple negación de Pedro, pero también muestra la paciencia y la intención de Jesús de restaurar su relación con Pedro y reafirmar su llamado. Jesús no confronta a Pedro con ira ni lo humilla públicamente. En lugar de eso, lo lleva a un diálogo personal y amoroso. Cada pregunta que Jesús hace no solo permite a Pedro reafirmar su amor, sino que también lo prepara para asumir nuevamente un liderazgo. Jesús le muestra que su amor no es limitado por los fracasos que ha tenido. Este pasaje ilustra cómo el amor de Cristo no solo cubre nuestras fallas, sino que también nos renueva para cumplir el propósito que Dios tiene para nuestras vidas. Es un recordatorio de que, aunque fallamos, Dios no nos desecha; más bien, nos invita a un camino de restauración. En nuestras propias vidas, es posible que sintamos el peso de nuestros errores y pensemos que Dios no nos puede usar. Pero este encuentro entre Jesús y Pedro nos anima a recordar que Su amor es restaurador.   Cuando falles, acércate a Jesús con un corazón dispuesto. Permite que Él restaure tu relación con Él, y no dudes de que puede usar tu vida para bendecir a otros. Del mismo modo, cuando te encuentres con alguien que ha tropezado en su fe, sigue el ejemplo de Jesús: acércate con amor, paciencia y restauración. Como Pedro, nosotros también podemos ser levantados y enviados nuevamente con un propósito claro: reflejar el amor de Dios cumpliendo la tarea de hacer Discípulo, cuando de aquellos que Él ha puesto bajo nuestro cuidado.

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