Escritura
Sal 126:5 Los que siembran con lágrimas cosecharán con gritos de alegría. Sal 126:6 Lloran al ir sembrando sus semillas, pero regresan cantando cuando traen la cosecha. (NTV)
Al iniciar su día, el carpintero observa los trozos de madera que tiene disponible para trabajar. Su mente, inmediatamente se trazan líneas, medidas, cortes, formas, hasta llegar a la conclusión, que, de esa madera, puede producir ya sea una meza, una silla, una puerta o cualquier otro objeto de utilidad. Lo interesante de esto, es que, al finalizar su día de trabajo, puede observar como aquellos trozos de madera rustico y deforme, han tomado forma de algo, ya cortados, ensamblados, pulidos y tallados, se ven diferente. Es casi probable que antes de cerrar la puerta de su taller, observe su obra y diga: “mañana estará completamente terminado”. En la vida hay trabajos, cuyos resultados o frutos, pueden apreciarse en muy corto tiempo. Pero también existen otros, en donde, vamos a tener que dedicar muchas prolongadas horas de duro trabajo, de agotamiento físico y mental, para poder ver frutos o resultados. También seria honesto reconocer, que muchas veces el fruto esperando por lo que hacemos, va a parecer incierto. Esto lo ejemplifica muy bien, la tarea del agricultor. Esta es una de las tareas más duras e inciertas que pueden existir. Muchas veces no se obtiene los resultados esperados, aun cuando se le invirtió mucho para obtenerlo. Mas, sin embargo, eso no significa, que esta verdad, ponga en riesgo esta labor...