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Edificándome
Edificando Mi Alma
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Ene 26, 2023
Ene 12, 2023
Duración:
00:14:32 Minutes
Vistas:
4

Escritura

1 Tesalonicenses 5:23; Colosenses 2:8.

Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1 Tesalonicenses 5:23 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

No puedes imaginarte el gusto que me da poder estar contigo otra vez para continuar nuestro estudio acerca de maneras en que podemos edificarnos. En nuestro último estudio estuvimos hablando acerca de edificar nuestro cuerpo físico, sin embargo, con hablar del cuerpo físico solo hemos analizado una parte de nosotros, una parte importante pero no la más importante.   En nuestro segundo estudio de esta serie vimos que la Biblia indica en 1 Tesalonicenses 5:23 que nos componemos de tres elementos: cuerpo, alma y espíritu, esto nos llevó a la conclusión de que, si realmente queremos ser edificados, necesitamos preocuparnos por nuestro ser completo: cuerpo, alma y espíritu. Hicimos la observación de que personas que solo se preocupan por sus cuerpos, desatienden dos tercios de su ser, lo cual sería igual a tener una casa de tres cuartos y solo preocuparse por el mantenimiento de uno de ellos y lo malo de esto sería, que, al no ser mantenido los otros dos cuartos, la casa se deteriora y se viene para abajo, destruyendo aun al cuarto por el cual nos habíamos preocupado, así que es necesario que entendamos a la casa entera o en nuestro caso a todo nuestro ser. Antes de entrar a nuestro estudio hoy, vamos a hablar acerca del alma y quiero que leamos nuestro texto, si te acuerdas, se encuentra en el libro de Colosenses, capítulo 2, versículo 8 dice: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo”. Muchas personas te dirán, que lo que voy a compartir contigo hoy, son puras locuras, ellos hablaran según tradiciones de hombres, intentaran engañarte por medio de sus filosofías y huecas sutilezas. Pero yo vengo a ti en el nombre de Dios, para compartir contigo, lo que la Biblia tiene que decir acerca del alma, luego tú tendrás que decidir, que vas a hacer concerniente a nuestro estudio, yo no puedo cambiarte, de hecho, no es mi trabajo hacerlo, pero sí es mi deber anunciarte las verdades de Dios, lo demás lo tendrá que hacer el Espíritu Santo. Antes que todo es necesario que comprendamos el valor del alma, muchas personas ni siquiera toman en importancia su alma, pero Dios dice, que de todo lo que existe, el alma del hombre es lo más valioso. En la Biblia encontramos el relato de un hombre que era sumamente rico, tenía tantos bienes materiales que no hallaba que hacer con ellos, pero Dios le dijo, necio esta noche vas a morir y de quien van a ser todas esas cosas que has acumulado. Mientras que el hombre busca dominar el mundo físico, existe una batalla muy superior, es la batalla de Dios en contra del diablo y ¿qué es lo que busca? Pues déjame decirte que no están buscando territorio, ni poderío, ni fama, ni fortuna en diamante, oro o plata. Ellos están luchando por el alma del hombre y ¿cuál es el precio del alma? La Biblia dice, por qué aprovechara el hombre, ganarse el mundo entero si pierde su alma. El valor de un alma es mucho más que todas las riquezas del mundo. ¿Por qué? Porque el alma es el corazón de la corona de la creación de Dios, el ser humano. El alma se compone de mente, voluntad y emoción. Dios hizo el hombre para alabarle puso en el hombre aliento de vida, dándole un alma y quiere que el hombre le alabe con los pensamientos de su mente, con toda la fuerza de su voluntad y con toda la emoción que puede. Este es el corazón del hombre y en vista de que Satanás quiere tomar el lugar de Dios, él desea lo mismo, que el hombre se incline a él, en vez de doblar rodillas a su Creador. Esta es la batalla, de esto se trata nuestra existencia, aquí en esta vida es donde es decidido nuestro destino eterno, el cielo con Dios o el infierno con Satanás. De eso se trata todo y al terminar en esta vida, los que no tomaron en cuenta la situación de su alma, viviendo únicamente para satisfacer sus deseos físicos, lo van a lamentar. Como discípulo del Señor Jesucristo y soldado del ejército de Dios, a mí me toca ayudar a los individuos a comprender la realidad, en cuanto al valor de su alma. Esta responsabilidad, es uno que se tiene que tomar, reconociendo que hay dos diferentes clases de personas que existen, creyentes e incrédulos. Creyente son aquellas personas que han tenido un encuentro con Cristo Jesús, al recibir a Jesús en sus corazones, Dios puso el Espíritu Santo en el espíritu humano de ellos y por lo consiguiente pueden comprender asuntos espirituales. Esas personas no tienen ningún problema con lo que he estado hablando, ellos saben que digo la verdad. Por otro lado, los incrédulos saben unas cosas de Jesús, pero nunca han tenido un encuentro con Él, no creen que Él sea el único medio de salvación. El espíritu de estas personas está muerto y las cosas que estoy diciendo ahorita, para ellos son locuras. No pueden entenderlas porque se tienen que discernir espiritualmente y eso es lo que hace que esta batalla sea tan interesante, los creyentes y los incrédulos. No importa que el incrédulo no me quiera creer, de todos modos, es mi deber ayudarle, ¿cómo lo hago? Lo hago viviendo una vida entregada a Dios delante de Él, esa es la única esperanza que tiene, pues el incrédulo solo entiende lo que ve con los ojos, lo material. El incrédulo no se metería a nadar en una piscina llena de tóxicos por temor a dañar su cuerpo físico, pero no le importa permitir que su alma nade en toda clase de suciedad y ahí es donde entra el cristiano. Porque el cristiano sabe, que los dolores del alma son muchos más terribles que los dolores físicos, por ejemplo: una mujer bella puede abortar, porque no quiere las responsabilidades de ser madre y porque no quiere perder su linda figura, pero no se escapará de las heridas que le ha causado a su alma por haber ido en contra de la ley de Dios, matando a una criatura inocente. El médico que le hace el aborto no le dirá eso, pero eso no es de maravillarse, pues lo único que le interesa a él es el dinero, no el daño mental y emocional que le va a causar a su paciente. Él se encarga de lo físico, no lo del alma y lo mismo va para los que usan droga y alcohol. Quizás el efecto físico sea mínimo, si es que tienen suerte, pero el daño que están causando a su alma es increíble. Tal es el daño, que tendrán que emborracharse o drogarse vez con vez con tal de calmar el dolor, pero no lo lograrán. Al final se quitarán sus mismas vidas por medio de intentar curar un mal del alma con algo material, pero no lo van a poder lograr. ¿Por qué? Porque la felicidad del corazón del ser humano no está en conseguir dinero, fama o poder. Si así fuera los ricos, los artistas y los políticos, serian personas felices, pero no lo son. Nunca se contentan, siempre están buscando más por mucho que tengan y lo que sucede es que esas cosas, nunca pueden satisfacer el alma. La única manera en que estas personas van a entender lo que ellos necesitan, será por ver a cristianos viviendo la vida abundante que solo Jesús puede dar. La felicidad de la vida no se consigue por obtener bienes materiales, sino en llevar a cabo el propósito por el cual el alma fue hecha, alabar a Dios y cuando una persona está llevando a término la voluntad de Dios en su vida, hay una paz y alegría en sus vidas que todos quieren poseer y es aquí donde entra la segunda fase del trabajo con creyentes. Y mi trabajo con el creyente es hacerle ver que, habiendo comenzado a vivir por medio de fe, no debe regresar a los rudimentos de la carne. Muchos cristianos no han comprendido, que, aunque han nacido espiritualmente a la familia de Dios, no han perdido la naturaleza carnal y que toda la vida tendrán que luchar por vivir de acuerdo con su nueva naturaleza y no a la vieja. Cuando el creyente vive de acuerdo a sus paciones carnales, satisfaciendo únicamente los deseos físicos, desatiende lo espiritual y se vuelve débil. Al mirar sus vidas los incrédulos verán una vida frustrada, la cual van a rechazar. Es por eso que los creyentes necesitamos concentrarnos en hacer la voluntad de Dios, en vez de tratar de competir con los del mundo. La única manera en la que el mundo podrá salir de la oscuridad es por medio de que le resplandezca la luz, para eso fuimos llamados y es eso lo que debemos hacer, solo así es que nosotros podemos seguir dentro de la felicidad y la paz que nos ha dado el señor. Bueno el tiempo se nos ha acabado, recuerden esto, edificar el alma que se compone de mente, voluntad y emociones es seguir y vivir las reglas del Creador, destruir el alma es ir en contra de los principios de Dios. Vamos a orar. Padre en este momento venimos ante tu trono, para pedirte que nos ayudes a tener un alma saludable. Ayúdanos a tener una mente limpia por medio de meditar en tu Palabra, danos la voluntad de vivir en justicia, no importa lo que hagan los demás y ayúdanos a servirte con todas nuestras emociones de todo corazón. Haznos sentir odio por el pecado, pesar por las víctimas del diablo y un gozo por tener el privilegio de servirte. Ayúdanos a comprender que no son los bienes materiales que poseemos, los que nos hacen ser exitosos en esta vida, sino las cosas que hemos logrado para ti. Todo esto te lo pedimos en el poderoso nombre de nuestro Señor Jesús.  Amén.

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