(Centro De Vida)
Escritura
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. Mateo 3:16 y 17 Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, 22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. Lucas 3:21 y 22
Una de las cosas que más me ha intrigado, concerniente a la vida de Jesús, es el tiempo que pasaba en oración. El maestro divino fue un hombre persistente en la oración. Es sorprendente la cantidad de veces en la Biblia en que Jesús oró, habló de las oraciones de otros o enseñó a sus discípulos cómo orar. En continuar nuestro estudio sobre cómo ser como Cristo, he tenido que leer y repasar los hechos que relatan los incidentes que ocurrieron al principio del ministerio de Jesús. Acordémonos que el acto por medio del cual Jesús fue identificado como el Cristo, y que dio por inicio su ministerio publico fue el acto de bautismo, administrado por Juan el Bautista. En nuestro primer estudio de esta serie, leí el incidente relatado en el libro de Mateo 3:16 y 17, dice: “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre Él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia”. El escenario que nos pinta Mateo es muy precioso, pero al leer sobre el mismo evento en libro de Lucas me di cuenta de que este había anotado un detalle que Mateo no menciona. Quiero que vayas conmigo al libro de Lucas 3:21 y 22, dice la Palabra de Dios: “Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre Él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”. No sé si pudiste captar la información extra que Lucas nos da. Mateo dice que Jesús fue bautizado y que el cielo se abrió; Lucas dice que Jesús fue bautizado y “orando” el cielo se abrió. El cielo fue abierto y el Espíritu Santo vino sobre Él en forma de paloma y Dios habló del cielo en el momento en que Jesús oraba, sí, Jesús fue un Hombre de oración; ahora, quiero que busquemos algunas respuestas en la Biblia, concernientes a algunas preguntas en referencia a la vida de oración del Señor Jesús. En primer lugar, quiero que pensemos acerca del lugar donde Jesús oraba. La Biblia es muy clara en mostrarnos que había veces cuando Jesús oraba a solas. Marcos 1:35, nos dice: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”. Es evidente el hecho que Jesús buscaba un lugar solitario para poder estar a solas con el Padre; un lugar donde no sería interrumpido, en Lucas 5:16, encontramos estas palabras: “Mas él (hablando de Jesús) se apartaba a lugares desiertos y oraba”. ¡Sí! Jesús se deleitaba en encontrarse a solas con el Padre celestial, pero Jesús también oraba con sus discípulos, al verle en oración es que ellos le decían: “Maestro, enséñanos a orar”. Jesús oraba en lugares públicos; Él no se avergonzaba de dirigirse al Padre en oración, acordémonos de cómo alzó la voz en oración al Padre, cuando estaba frente al sepulcro de Lázaro, una multitud escuchó su oración; aun cuando estaba colgado en la cruz, clamó al Padre de tal forma que los que estaban presentes hicieron comentarios. Jesús oró al padre sin tomar en cuenta el lugar donde estaba y lo mismo deberíamos hacer nosotros. En segundo lugar, quiero que veamos algo en cuanto al tiempo en que Jesús oraba, o sea, el momento en que oraba. Hace segundos leímos uno versículo en Marcos 1:35 que nos dijo que Jesús se levantaba muy de mañana, cuando aún estaba oscuro, a veces Jesús pasaba noches enteras en oración. Él hacía esto antes de eventos importantes. Jesús pasó toda la noche en oración antes de elegir a los 12, el asunto es que, si Jesús consideraba la oración como asunto de gran importancia, cuanto más la deberíamos considerar importante nosotros. Jesús oraba cuando sabía que sus discípulos se enfrentaban a pruebas en sus vidas. Una vez Él amonestó a Pedro diciendo: “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo”. Pero luego le dijo, en Lucas 22.32 “Yo he rogado por ti, que tu fe no falte”. En el capítulo 17 de Juan, encontramos una de las oraciones más extensas de Jesús; la mayor parte de esta oración es hecha en bien o de parte de sus discípulos; Jesús dijo al Padre: “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son”. Él pidió al Padre que nos cuidara de la mala que tuviéramos unión con él, aún idea que estuviéramos con Él en su gloria. Yo no sé qué es lo que piensas tú, pero la oración que Jesús hizo en Juan 17, me anima en gran manera. Pienso que lo más importante en todo esto es que debemos acordarnos que al enfrentarnos, a un problema, Jesús ha orado por nosotros. Todo saldrá bien, con tal que nosotros estemos bien con Él. Eso nos trae al tercer lugar, quiero que observes conmigo cómo Jesús oraba. Una de las cosas que siempre me ha fascinado, ha sido la simpleza o sencillez de las oraciones de nuestro Señor. La oración modelo en Mateo 6:9-13 es una oración compuesta de palabras y términos sencillos y peticiones muy claras. Jesús usó el vocabulario de personas comunes y no exhibió en términos complejos ideologías académicas; Jesús no enseña a hablar en términos comunes a Dios. Jesús oró con confianza, al parase frente de la tumba de Lázaro, en Juan 11:41 y 42, nos dice que Jesús dijo: “Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes”. Ahora, ¿Te parece esto una oración de dudas e incertidumbre? ¡De ninguna manera! Estas son palabras llenas de confianza y de seguridad. Jesús también oró fraternalmente, mira cómo se dirigió a Dios; Jesús no usó términos coloridos para describir a Dios, simplemente dijo: “Padre”, pienso que no hay término que pudiera describir mejor a Dios y de su deseo de cuidar de nosotros que ese término, Padre. En cuarto y último lugar, Jesús nos anima a orar, su deseo es que seamos personas de oración, Él nos enseña a orar por medio de vivir una vida de oración ejemplar delante de nosotros, Él nos ha dado ejemplo de orar temprano por la mañana, y aún a veces de pasar toda la noche en oración, Él nos da el ejemplo de orar antes de tomar decisiones importantes, Él desea que oremos y por eso es que su Palabra está saturada con ejemplos de la oración. Jesús nos enseña a orar por medio de sus promesas de contestar nuestras oraciones. En Mateo 7:7, Él nos dice “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. En Juan 14:13 y 14, Jesús promete “Y todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidieres en mi nombre, yo lo haré”. Tales promesas fueron hechas por el Señor para animarlos a orar. Jesús nos enseña en Lucas 18:1 que debemos orar siempre y no desmayar. Pablo, nos quiso enseñar lo mismo en 1 Tesalonicenses 5:17 al decir: “Orad sin cesar”. Mi opinión, es que la oración es el privilegio más grande que podemos ejercer y si Jesús oró, nosotros también debemos orar. Vamos a orar. Padre, en estos momentos quiero pedirte perdón por el poco tiempo que paso en oración contigo, por el ejemplo de mi Señor yo sé que debiera pasar mucho tiempo contigo. Padre, el enemigo no quiere que ore, siempre me pone obstáculos yo te pido que me ayudes a ser más como mi Salvador. Ayúdame a vencer en este asunto de la oración, porque te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
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