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Cómo Casarse con la Pareja Correcta
La Persona Correcta Comparte Tu Fe
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Jun 06, 2022
Jun 06, 2022
Duración:
00:14:31 Minutes
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Escritura

2 Corintios 6:14-18; Mateo 6:24.

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. 17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, 18 Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. 2 Corintios 6:14-18 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Mateo 6:24

Se dice que los matrimonios son hechos en el cielo, pero es aquí en la tierra donde se tienen que desarrollar. En todo matrimonio llega el momento cuando la marcha nupcial, ya no suena tan dulce como la primera vez. Es en este momento, cuando la persona descubre si se casó con el compañero correcto. Quiero que sepas que el matrimonio es la relación humana más íntima, aguantadora e influencial.   Mira, la persona con quien te casas tiene más que ver con la felicidad de tu vida, que cualquier otra decisión que tomaras con excepción de la decisión que determina tu relación con Dios, por medio de Cristo Jesús. Es muy importante que te cases con la persona correcta. Casarte con la persona equivocada, seria devastador. Esto es tan importante para tu felicidad, que yo quiero compartir contigo, cinco principios bíblicos que te ayudaran a seleccionar la persona indicada y correcta. Estos consejos te servirán únicamente sino te has casado todavía, pero también puedes usarlos para ayudar a tus hijos a buscar sus compañeros correctos.   El primer principio que quiero usar en guiarte al compañero correcto es: cásate con una persona que comparte tu entrega a Cristo Jesús. Este principio es una expresión natural de la enseñanza de 2 Corintios 6:14-18, el pasaje comienza con este mandato: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”. Al hacer este mandato, el texto da una explicación del por qué un cristiano no debe unirse en yugo desigual con el incrédulo. La justicia no tiene compañerismo con la injusticia; la luz no tiene comunión con las tinieblas; Cristo no concuerda con Belial; el creyente no tiene parte con el incrédulo; y el templo de Dios no tiene acuerdo con los ídolos. Siendo todo esto la verdad porque se va a juntar un creyente con un incrédulo en matrimonio, siendo esta la relación más íntima de cualquier relación entre humanos. Esto sería cometer un error, pero de los mas grandes.   Escucha lo que demanda Dios en los versículos 17 y 18 del mismo capitulo: “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”. Un matrimonio feliz, requiere un compañerismo cristiano. Existe una separación espiritual, cuando el marido y su esposa no son ambos, creyentes en el Señor. Jesús nos amonesta en Mateo 6:24 “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. En un matrimonio desigual uno sirve a un amo, mientras que el otro sirve a otro. Esta separación espiritual seguramente resultará en problemas. Amós 3:3, nos hace esta pregunta: “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”. La respuesta en el caso que estamos tratando es: no. No podrán porque hay una separación espiritual muy seria entre ambos. Es algo sorprendente, pero la segregación en el Antiguo Testamento se basaba en la religión, y no en las razas. Personas de diferentes naciones se casaban en tiempos antiguos testamentarios pero los judíos tenían órdenes estrictas de no casarse con personas de otras naciones, debido a las falsas religiones que tenían. Esdras pidió a los hombres de su nación repudiar a sus esposas porque eran de religiones paganas. El gran líder sabía que las madres paganas tendrían una influencia tremenda en la vida espiritual de la familia. Así que el protegió a las familias, por medio de quitar a la persona que practicaba religiones perversas. Ese principio se pasó al Nuevo Testamento. Es declarado en 1 Corinitos 7:12-16, si un cristiano está casado con un incrédulo, el cristiano puede ejercer su influencia espiritual y santificar a su compañero no creyente. Pero si el no creyente, no desea vivir con su compañero cristiano y se va, debe ser permitido a ir. El hermano o hermana cristiano no está sujeto a la servidumbre en tal caso.   Cuando doy consejo a jóvenes, les digo lo siguiente: En primer lugar, les hago saber que, si se juntan con alguien que no tiene sus mismas convicciones y entrega a Cristo, tarde o temprano saldrán heridos. Demasiadas veces el problema sigue hasta después del matrimonio, y termina en el odiado divorcio. En segundo lugar, les digo que, si ya están enamorados con alguien que no es cristiano, que guíen a la persona a Cristo o que no se casen con esa persona. Casarse con tal persona es evitar problemas que pronto llegarán a ser una carga para ambos. En tercer lugar, si ya están casados con un incrédulo, les pido que su meta sea guiar a su compañero a Cristo.   Siempre habrá una división espiritual en la familia, donde uno de la pareja no es cristiano. Esto es reflejado en las estadísticas de divorcio. Es cierto el hecho de que Cristo es un factor importantísimo en cualquier matrimonio, y el matrimonio que tiene como su centro a Jesús, no puede fracasar. Un matrimonio feliz requiere el compañerismo de una iglesia. Así como uno debe casarse con una persona que ha aceptado a Jesús, y comparte la fe de uno, así también debe casarse con alguien que está sirviendo a Dios a través de la iglesia. No estoy diciendo que uno tiene que casarse con alguien en la misma congregación donde uno asiste. Pero sí se debe casar con alguien que está de acuerdo con las doctrinas que uno practica. No estoy siendo crítico cuando digo esto. Solamente quiero evitar un gran dolor para alguien en el futuro. Si tú te casas con alguien que no tiene tus mismas creencias, vas a lamentarlo. Luego, al tener hijos, habrá un pleito continuo en el hogar, en referencia a qué iglesia van a asistir. He visto este problema repetirse vez tras vez. Una pareja se une en matrimonio, desde el principio se dan cuenta del problema que tienen pues, él se quiere casar en su denominación, y ella en la suya. Los suegros están totalmente en contra de la religión del nuevo miembro familiar. Hay dos ceremonias; una para el predicador evangélico, y la otra por un sacerdote. La pareja sigue convencida de que, debido al amor que tienen, las cosas se arreglarán. Pero no es así. Después viene el bebé, y la mamá quiere que se realice el sacramento católico del bautismo. El papá no permitirá esto. El problema se magnifica. Al pasar de los años, la lucha se vuelve más intensa y finalmente, ambos, se dan por vencidos. Yo he visto tantos matrimonios fracasar de esta manera.  Y por eso es que insisto que uno se case con alguien que tiene sus mismas convicciones y creencias. Si tú no conoces a Jesús como tu Salvador, yo te invito a recibirle hoy en tu corazón. Si tu matrimonio está mal, Él puede ser la respuesta, la solución a tus problemas. Si no eres casado, la mejor manera de arreglar tu vida es por medio de permitir que Él entre a tu vida. Después de recibirle, puedes buscar a alguien que también ame a Jesús, y está siguiendo en sus pisadas. La verdad es que no importa cuál sea tu estado, casado o soltero, si no tienes a Cristo en tu vida, te estás perdiendo lo mejor de la vida. Sin Jesús, la vida no es nada. Pídele que te perdone de tus pecados, y acéptale hoy como tu Salvador. Vamos a orar. Padre, tantas familias fracasan hoy por no ser entregadas a tu santa voluntad. Te pido hoy que, lo que hemos enseñado, sirva para abrir los ojos de algún amigo. Que sepa buscar a una persona que te ame a ti, y que está sirviéndote de acuerdo a tu voluntad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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