(Centro De Vida)
Escritura
Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. 17 Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. Malaquías 3:16 y 17 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Deuteronomio 6:6-9
En nuestros dos últimos estudios hemos discutido la importancia de compartir el Evangelio de Jesús, con los miembros de nuestra familia, para que cada uno de ellos pueda ser salvos. Sería trágico el que nosotros pensáramos, que cada uno de ellos, ya saben cómo ser salvos. De hecho, puede ser que uno de nuestros seres queridos haya visitado una iglesia muchas veces, pero que todavía no saben cómo recibir a Jesús, como Salvador. Muchos predicadores son testigos de que a veces es necesario que uno se sienta a solas con un individuo, para que pueda comprender el camino de la salvación. Yo he predicado el Evangelio, domingo a domingo, desde el púlpito de una iglesia; he visto a ciertos individuos venir a escuchar sermón tras sermón, e irse a casa vacíos, sin Cristo. Pero muchos de ellos han llegado a conocer a Jesús, porque cierto hermano o hermana, se sentó con ellos a solas para explicarles cómo invitar a Jesús en el corazón. Eso podría ser el caso con alguno de los de tu familia, por eso es que te ánimo, si eres salvo, a compartir el mensaje de la salvación con ellos. No debes esperar que un pastor, predicador o evangelista haga el trabajo; tú debes testificarle de tu Salvador. Ahora, una de las cosas más importantes para lograr este objetivo es que uno mantenga abierta las líneas de comunicación espiritual. ¿Qué significa esto? Hoy quiero que veas conmigo cinco puntos que nos ayudarán a mantener abiertas las vías de comunicación espiritual con nuestra familia. El primer punto que vamos a considerar es el de hablar de Dios abiertamente y sin pena. Dos cosas de valor suceden cuando hablamos abiertamente de Dios. En primer lugar, Dios es complacido; a Él le agrada que sus hijos hablen acerca de Él. Encontramos estas palabras en Malaquías 3:16 y 17: “Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día que yo actúe; y les perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve”. En segundo lugar, el hablar de Dios con la familia, hace que sea más fácil el tratar con asuntos espirituales, cuando llega el momento oportuno. Es una verdadera pena, que la mayoría de los niños escuchen el nombre de Dios, únicamente cuando algo trágico haya sucedido. Debemos tomar en cuenta a Dios en nuestro hogar, para que podamos dirigir a los demás miembros de nuestra familia, a los pies de Cristo. Por ejemplo, no digamos: “¡Qué suerte tuve hoy!”; sino: “El señor sí que me bendijo hoy”. No digamos: “Estoy prosperando en mi negocio”; sino digamos: “El Señor está haciendo prosperar mi negocio”. Tomemos en cuenta a Dios. Al hacer esto, cuando surge la oportunidad, no nos dará pena hablar de Él, pues ya ellos estarán acostumbrados al oírlo mencionar en diaria conversación. Lo que quiero decir es, que si tenemos el hábito de hablar de Dios en nuestra conversación normal, no nos será difícil hablar de Él en discusiones especiales. El segundo punto es el de magnificar a la Biblia en nuestro hogar. Los demás miembros de nuestra familia deben ver que la Biblia tiene un lugar muy especial en nuestra vida. Esto nos ayudará en mantener abiertas las vías de comunicación espiritual con ellos. Siempre me ha encantado, la instrucción que Dios nos da en Deuteronomio 6:6-9, lee conmigo. Deuteronomio 6:6-9: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”. La Biblia debe tener influencia en todo lo que hagamos: en nuestra forma de pensar, en la enseñanza que damos a nuestros hijos, en nuestro diario hablar, en nuestro trabajo y, en fin, en todo lo que hacemos. La Biblia debe gobernar nuestras vidas. Claro está que esto será imposible, a menos de que la Biblia tenga un lugar especial en nuestra vida. Mira, aunque no entiendas la Biblia muchas veces, y aunque no puedas o no te sientas lo suficiente capaz para discernir, mucho menos explicar su contenido, siempre debemos leerla y dar lugar a que Dios nos hable. Si buscamos de corazón entendimiento, te aseguro que Dios nos lo dará, pero tenemos que poner también de nuestra parte; debemos leerla. Si eres jefe de hogar, es sumamente importante, que te reúnas diariamente con los miembros de tu familia para tener un breve estudio de la Palabra de Dios; esto tendrá una impresión tremenda sobre tus hijos. El crear este hábito en la vida de ellos, será de gran bendición. Todo esto ayuda a mantener abiertas las vías de comunicación espiritual. El tercer punto que deseo compartir contigo, es el de orar con tu familia y orar por tu familia. No hay cosa que facilite mejor el comunicarte con tu familia, que el comunicarse primeramente con Dios. Acuérdate que sólo Él, es quien puede ayudarnos en alcanzar a las otras personas. Sin su ayuda, daría igual que habláramos con una pared, pues sólo Él puede tocar los corazones de la gente. La oración debe ser parte primordial de nuestro diario vivir. El jefe de hogar debe reunir a su familia para orar diariamente. Así como deben estudiar juntos la Biblia todos los días, así también deben orar juntos todos los días. Esto es parte vital de la vida entregada a Dios. Nuestras oraciones deben ser sinceras y honestas. No debemos usar nuestras oraciones para corregir la mal conducta de nuestros hijos. Sin embargo, sí debemos dejar que nuestros hijos sepan que nos preocupamos por ellos en nuestras oraciones, haciendo mención de ellos y nombrándolos uno por uno, pidiendo que Dios ilumine sus mentes. No hay sustituto para la oración; debemos orar diariamente con y por nuestra familia. El cuarto punto que quiero compartir es que debemos reclamar la promesa de Dios, de dar salvación a los de nuestra casa. El Evangelio es para todos y Hechos 2:39, dice: “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”. La salvación del hogar no significa, que un miembro de la familia puede ser salvo de parte de los demás miembros; no, claro que no. Pero sí significa, que si hay un miembro salvo en la familia, y si da buen testimonio, puede ser usado por Dios, en traer a los demás a los pies de Jesucristo. Pedro, en 1 Pedro 3:1-6, nos escribe de la posibilidad de que un marido acepte a Jesús, debido a la conducta y testimonio que su esposa cristiana le da. La influencia de un buen cristiano es poderosa, porque el Cristo quien vive en Él, es poderoso. Puedo darte el ejemplo de Lidia, la primera convertida al cristianismo en el continente de Europa, y también el carcelero de Filipos; ambos supieron del gozo de ver a los demás miembros de du familia venir a Jesucristo, para salvación y vida eterna. Y tú también puedes experimentar ese mismo gozo al serle fiel al Señor y reclamarle la promesa de la salvación de tu hogar. El quinto y último punto, es el de asistir regularmente a la iglesia con tu familia. Esto es otra cosa que ayudará en mantener abiertas las vías de comunicación espiritual. Conste que una persona no tiene que ir a la iglesia para ser salva, pero el asistir a una iglesia, nos ayuda a mantener nuestras mentes ocupadas en pensar sobre asuntos espirituales, y eso nos facilita el poder hablar en otras ocasiones sobre asuntos espirituales con diferentes miembros de nuestra familia. Dios nos dice, en Hebreos 10:25, que “no debemos dejar de congregarnos como algunos tienen por costumbre, si no que debemos exhortarnos, y tanto más cuando vemos que el día se acerca”. Al oír un mensaje o charla bíblica en la iglesia, podemos usar eso como punto de referencia, para entablar otras discusiones; de esta manera abriremos paso al Evangelio en los corazones de nuestros seres amados. El asistir regularmente a la iglesia, nos ayudará a implantar las Sagradas Escrituras en la vida de nuestra familia, las cuales, según 2 Timoteo 3:15, “la pueden hacer sabia para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”. Para guiar a nuestras familias a los pies de Jesús, tendremos que mantener abiertas las vías de comunicación espiritual. Vamos a orar. Padre, ayúdanos a poner estas cosas en práctica en nuestras vidas, para el bienestar y para la salvación de otros en nuestras familias, quienes no te conocen. Ayúdanos en practicar el leer diariamente la Biblia, orar y testificarles a nuestras familias. Ayúdanos, porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
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