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Porque Él Vive
Nuestros Pecados Son Perdonados
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Mar 03, 2022
Feb 26, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

1 Corintios 15:17; Juan 1:29.

y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. 1 Corintios 15:17 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan 1:29

La doctrina cristiana no es un ejercicio mental, solo para tener algo en qué creer, es algo muy práctico; nuestra doctrina es la base de nuestra fe y la fe es el fundamento de nuestra esperanza. La resurrección corporal de Jesús de la muerte es más que un principio teológico. La resurrección de Jesús es sumamente importante para nosotros, pues en ella se basa nuestra fe y nuestra seguridad. 1 Corintios 15:17, nos dice: “Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados”. Este versículo señala lo esencial que es la resurrección de Cristo para el perdón de pecados, si Jesús no ha resucitado, aún estamos en nuestros pecados, pero si Jesús ha resucitado, nuestros pecados son perdonados por medio del arrepentimiento y fe personal en su persona; un repaso de los beneficios que recibimos debido a la resurrección de Jesús tiene que incluir esta verdad. Debido a que Jesús vive, nuestros pecados son perdonados. ¿Sabes tú cuál es el significado de perdón? La palabra más comúnmente usada en el Nuevo Testamento es “Afiemi”, que significa quitar. Este término, tiene dos aplicaciones. En primer lugar, significa la remisión de castigo, debido a una conducta pecaminosa, la liberación del pecador en no tener que sufrir la pena de sus pecados, la cual justamente merece sufrir; en segundo lugar, significa que la causa de la ofensa es borrada, o sea que el pecado es borrado del récord del pecador, eso significa que el pecado y el castigo que se  merece, es quitado cuando uno es  perdonado, precisamente ese era el mensaje de Juan el Bautista quien dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo” (Juan 1:29). Es el Cristo viviente, y solamente Él es el que puede quitar nuestros pecados y borrar el castigo que merecemos por nuestros pecados.   La necesidad de ser perdonados se basa sobre dos hechos solemnes: Nuestra culpabilidad universal y el castigo trágico que merecemos. En primer lugar, la Biblia nos enseña que cada persona que ha recibido la edad de responsabilidad personal ha pecado en contra de Dios y por lo consiguiente es un pecador. Si vamos al capítulo 3 de Romanos, encontraremos estas palabras en los versículos 9, versículo 19 y versículo 23, escucha lo que dice: “Ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. 19 Sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Quiero decirte que cada persona de inteligencia normal ha pecado en contra de Dios. Eso me incluye a mí al igual que a ti. En segundo lugar, el trágico castigo del pecado, hace que el perdón sea imperativo. Dios ya nos ha amonestado que la paga del pecado es muerte, y tienes que acordarte que muerte en la Biblia lleva al pensamiento de separación, el resultado del pecado es que cada persona es separada de Dios, hasta el momento en que recibe el perdón de Jesús. Déjame decirte que todos necesitamos ser perdonados, ¿por qué? pues porque todos hemos pecado en contra de Dios. Cada persona necesita que sus pecados les sean quitados y que el castigo sea borrado, cada persona que es capaz de tomar una decisión moral ha pecado en contra de Dios y necesita ser perdonado. Puedo decir, con toda franqueza que cada persona con quien te encuentres necesita del perdón de sus pecados. Ahora, este perdón puede ser administrado únicamente por Jesucristo, el unigénito Hijo de Dios. En Hechos 13:38 y 39, leemos las siguientes palabras: “Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de Él se os anuncia el perdón de pecados, y que en Él es justificado todo aquel que cree”. La Biblia es clara en decirnos que el hombre no puede efectuar el perdón de sus propios pecados ¿Por qué? Porque el perdón de pecados no es el resultado de un esfuerzo humano, el hombre no puede ser perdonado a base de sus propios méritos, pues todo hombre merece castigo y no perdón. Efesios 2:8 y 9, lo expresa de la siguiente manera: “Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”.   En Lucas 24:47, Jesús dio el mandamiento de “que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones”, en esta declaración, encontramos algunas verdades de gran interés. Lo primero que veo yo, es que el arrepentimiento y el perdón, son compañeros; en segundo lugar, veo que el perdón de pecados tiene que ser hecho en su nombre, únicamente en Jesús es que podemos obtener el perdón de pecados; en tercer y último lugar, veo que el perdón de pecados por medio de arrepentimiento y fe en Jesús puede ser aplicado a todas las naciones y que es nuestro deber predicar esta verdad a todas las naciones. El perdón en Cristo Jesús puede ser alcanzado por todo el que desea obtener perdón; si quieres saber por qué tiene que venir por Jesús el perdón de pecados, es porque Él es el único que ha provisto salvación para el pecador, por medio de su muerte y resurrección. Su muerte no fue un ejemplo de una buena causa; fue un acto por medio del cual Él pagó la deuda que nosotros debemos, Él recibió nuestro castigo en su propio cuerpo sobre la cruz; Él sufrió lo que tú y yo merecemos sufrir, y al hacer esto, Jesús hizo posible, la salvación a todo aquel que cree de corazón que Él ya pagó su deuda; cuando el pecador se arrepiente de sus pecados y acepta lo que Jesús hizo en la cruz por Él, recibiéndole como su único y suficiente Salvador, Dios le perdona, le da vida eterna y lo recibe como miembro de su familia. Jesús no solo murió por nuestros pecados, sino que hoy vive para ser el Salvador de aquellos quienes ponen su confianza en Él. Romanos 5:10, nos dice: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más estando reconciliados seremos salvos por su vida”.   Hebreos 7:25, añade a esta verdad: “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. Jesús ya pagó el castigo y provee salvación por medio de su vida; Él vivirá para siempre y hoy intercede por nosotros. Si Jesús no resucitó, no hay salvación. Lo bueno es que sí resucitó; y hoy ofrece salvación a todos, de hecho, yo soy salvo porque Él vive y si tú crees en Él arrepintiéndote de tus pecados y aceptándole como tu Salvador, te salvará a ti también. La experiencia de la salvación es algo tremendo; en realidad no hay como expresar lo que siente, diferentes personas reaccionarán a la salvación de acuerdo a la estructura de sus emociones, yo he visto a algunos llorar cuando aceptaron a Cristo, otros gritaron de felicidad, algunos sonrieron y algunos no mostraron ninguna expresión. Sin embargo, hay que reconocer que la salvación se basa en una relación con Dios y no en las emociones humanas, generalmente la Biblia nos habla del gozo al ser perdonado uno de sus pecados, eso es así debido a que la carga de la culpabilidad del  pecado es quitada, además de eso, está la seguridad de que uno es salvo y que la vida eterna reina en su corazón, la clave del asunto es el saber que uno está bien con Dios, y la emoción que acompaña a ese sentir será expresada en la forma natural en que el individuo se expresa. Es importante que comprendas que hay que buscar al Señor y no un sentir, una experiencia o una emoción, hay que buscar el perdón de Dios, y esto se puede lograr únicamente cuando la persona está arrepentida de sus pecados y está dispuesta a confiar únicamente en la persona de Cristo Jesús como su Salvador. Tus pecados serán borrados, tu relación con Dios, la relación entre padre e hijo será establecida y el Espíritu Santo de Dios entrará a tu espíritu humano y serás salvo ¿Por qué no lo haces ya?   Vamos a orar. Padre, en estos momentos, te pido que abras los ojos de mis amigos, para que puedan comprender, ojalá yo pudiera creer por ellos, pero sé que eso es inútil, ellos tienen que tomar la decisión de lo que van a hacer con Cristo, pido que tu Espíritu Santo les ayude, en el nombre de Jesús te lo imploro. Amén.

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