Santiago 3:15, 23, nos habla de controlar la lengua. Es una continuación de lo que discutíamos en nuestra última charla. Vamos a acercarnos a este capítulo con las palabras de Jesús en nuestra mente. En Mateo 12:36 y 37; Jesús dijo: "Más yo os digo, que toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado," por eso no nos sorprendamos de que Santiago, el medio hermano de Jesús, hiciera tanto énfasis en el asunto de controlar nuestro hablar. Tenemos que saber que las palabras en sí mismas llevan gran poder; por eso es que Santiago nos dice: "Cuan grande voz que enciende un pequeño fuego;" una sola chispa puede dar incendio con la capacidad de destruir miles de manzanas del terreno, así mismo una sola palabra, puede dañar a muchos. Las personas que vivían en el tiempo de Jesús, conocían el poder de las palabras. Al buscar un hombre la ayuda de Jesús en sanar a sus siervos, le dijo: "Solamente di la palabra y mi siervo sanará;" él reconocía la autoridad de Jesús, y creía en el poder de la palabra expresada. ¿Creemos nosotros?