Copyright 2016-2019 Lifeword
Requisitos Para La Oración
Espíritu Correcto Al Orar – Voluntad De Dios
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Dic 09, 2021
Nov 30, 2021
Duración:
00:14:33 Minutes
Vistas:
181

Escritura

1 Juan 5:14 y 15; Juan 15:7

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. 1 Juan 5:14 y 15 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. Juan 15:7

Espero que todos hemos orado hoy, espero que hayamos podido orar con la seguridad de que Dios nos haya escuchado, espero que todos esperamos recibir lo que hemos pedido del Señor y espero todo esto porque esto es muestra de que tenemos una vida de oración saludable. Hay principios que Dios ha puesto para guiarnos a orar con eficacia, ya hemos visto tres de esos principios y hoy estudiaremos el cuarto. El primer principio es que debemos orar con fe en Dios, el segundo principio es que debemos orar con un espíritu de perdón hacia otros, el tercero es que debemos orar en el nombre de Jesús. Y el principio de hoy, el cuarto principio, es que debemos orar con un espíritu que desea ver hecha la voluntad de Dios para la gloria de Él. Si nuestra oración va a ser efectiva, tiene que ser presentada de acuerdo a la voluntad de Dios. 1 Juan 5:14 y 15 dice “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”. Dios hará cualquiera cosa por nosotros cuando oramos de acuerdo a su voluntad. Pero ¿Cómo podemos estar seguros de que estamos orando de acuerdo a su voluntad? ¿Podemos nosotros conocer su voluntad de tal forma que podamos orar de acuerdo a ella? Claro que sí, los hijos de Dios pueden conocer cuál es la voluntad de Dios, pero lo primero que tenemos que hacer es someternos a su voluntad, no importa cuál sea. Dios no dará a conocer su voluntad a aquel que a quien ya sabe que se opondrá a ella, si vamos a orar que “Se haga tu voluntad” debemos estar dispuestos en nuestro corazón a aceptar esa voluntad, cualquiera que sea. La mejor forma de conocer la voluntad de Dios es por medio de su palabra, la Biblia. La voluntad de Dios es expuesta explícitamente en las Sagradas Escrituras, si deseamos orar de acuerdo a la voluntad de Dios, tenemos que mantenernos cerca de su Palabra. Juan 15:7 nos dice, hablando de Jesucristo “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. Si la Palabra de Dios mora en nosotros, nuestra voluntad será hacer la voluntad de Dios, su voluntad será la nuestra. De esta manera podemos orar confiando en que recibiremos nuestras peticiones. La Biblia es esencial a la oración eficaz. Proverbios 28:9 nos dice “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable”. Peticiones santas se vuelven abominables cuando el que ora es negligente para con la Biblia. Dios nos da una buena ilustración de la relación entre la oración y la Biblia en Santiago 5:17, dice “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses”. ¿A dónde consiguió Elías la fe para orar con tanto poder? Escuchemos sus palabras en oración sobre el monte Carmelo en 1 Reyes 18:36 “Sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas”. Elías sabia la ley de Dios, mostrado en 2 Crónicas 7:13 y sabía que, si el pueblo se apartara de Dios, Él cerraría los cielos para que no hubiera lluvia. Elías confió en la Palabra de Dios y pudo orar de acuerdo a su voluntad. Elías supo la voluntad de Dios porque conocía su Palabra. Nosotros también podemos orar con confianza cuando reclamamos las promesas de Dios en la Biblia, tenemos que buscar una promesa de Dios que se aplica a la petición que deseamos hacer. Entonces podemos decir como el rey David en 1 Crónicas 17:23 “Ahora pues, Jehová, la palabra que has hablado, sea firme para siempre, y haz como has dicho”. Pero debemos acordarnos también de las palabras de Jesús en Juan 15:7 “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. Cuando estudiamos la Biblia debemos buscar promesas de Dios, podemos anotar esas promesas en un cuaderno, podemos memorizar esas promesas guardándolas en nuestro corazón y mente. Después, cuando oramos, podemos reclamar estas promesas, podremos orar con confianza y tener la seguridad de que nuestra petición es la correcta porque va de acuerdo a la voluntad de Dios. No solo debemos orar de acuerdo a la voluntad de Dios, sino que debemos también orar pidiendo aquellas cosas que traerán gloria a Dios. Dios merece ser glorificado en nosotros, Efesios 1:12 nos enseña que “fuimos salvos del pecado a fin de que seamos para alabanza de su gloria”. Cuando nuestras oraciones son contestadas, Dios es glorificado, esta es una de las razones por las cuales tenemos el privilegio de poder orar con Dios. Mira lo que Jesús nos dice en Juan 14:13-14 “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. Cuando tenemos necesidad de alguna cosa, llegamos a Dios, así como un niño se acera a su padre amante para presentarle su petición. Pedimos con confianza cuando sabemos que lo que hemos pedido va de acuerdo a su voluntad. Dios nos oye y nos da lo que pedimos, esto resulta en un gozo tremendo para nosotros y tenemos que contarle a nuestros hermanos y amigos lo que Dios ha hecho por nosotros, esto resulta en que nosotros y nuestros hermanos y amigos le alabemos por su fidelidad en cumplir lo que promete, y Él es glorificado en el Hijo por medio de nuestro pedir y su contestar. Toda promesa en cuanto a oración será contestada para la honra y gloria de Dios. En 2 Corintios 1:20 nos dice “Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”. Cuando oramos correctamente, nuestras peticiones, alabanzas y confesiones, son para honra y gloria de Dios. Debemos contar como privilegio el poder glorificar a Dios por medio de la oración, si las oraciones contestadas glorifican a Dios ¿Por qué algunas oraciones no reciben contestación? La epístola de Santiago nos ofrece una explicación en su capítulo 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. Por eso es que Dios no contesta a veces, las contestaciones de algunas peticiones serian para deshonra de Él y para promoción de deseos carnales. Que trágico que el hombre se disponga a prostituir el privilegio de la oración en un intento de satisfacer sus deseos carnales, seria en contra de todos los principios de Dios que el contestara tales oraciones. Nadie podría glorificar a Dios con pedir la satisfacción de sus propios deseos carnales ¿Por qué? Porque Romanos 8:7 y 8 nos dice que “Los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”. Sería bueno que examináramos nuestros motivos antes de entrar a la oración. Creo que esto explicaría la razón por cual muchas de nuestras oraciones siguen sin contestación. Algunas peticiones se relacionan directamente a la voluntad de Dios y sirven para su gloria, mientras que otras peticiones se relacionan indirectamente a su voluntad. Por ejemplo: ¿Cómo puede el hecho de que yo pida comida y vestidura para mi familia glorificar a Dios? Esta petición se relaciona indirectamente, lo que pasa es que al proveer nuestras necesidades Él es glorificado por medio de revelar su cuido paternal. Si somos entregados a su servicio, Él es glorificado en el hecho de que podemos servirle debido a que el suple nuestras necesidades. No debemos temer pedir lo que necesitamos, Él es glorificado cuando provee para nosotros, es el propósito de Dios y por consiguiente su voluntad ser glorificada en todo. Cualquier cosa que le traiga honra y gloria está de acuerdo a su voluntad, así que podemos pedir sin demoras. Acordémonos de que todas las promesas de Dios son confirmadas en Cristo Jesús para la gloria de Dios por medio de Él. Para orar con confianza debemos levantar nuestros ojos y fijarnos metas en nuestras vidas que se centralicen en glorificar a Dios, debemos sujetar nuestras oraciones a la voluntad de Él, y de esta manera gradualmente encontraremos que nuestra vida de oración se vuelve más efectiva. Nosotros y Dios también nos alegraremos si Él nos contesta y vamos a saber que hemos pedido de acuerdo a su voluntad. Si aplicamos este principio a nuestras oraciones, experimentaremos la bendición de poder orar con poder. Vamos a orar. Padre, gracias te damos por el privilegio de la oración. Señor muchas veces oramos conforme a nuestra voluntad carnal en vez de orar de acuerdo a tu voluntad. Padre ayúdanos a escudriñar tu Palabra y buscar tu voluntad en nuestras vidas de manera que nuestras oraciones sean para traer honra y gloria a tu nombre. Ayúdanos porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

Otros archivos en esta serie