(Centro De Vida)
Escritura
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Juan 14:13 y 14 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Juan 15:16
¿Por qué esperamos que Dios conteste nuestras oraciones? ¿Sobre cuáles derechos nos acercamos a Él? ¿Qué derechos tenemos para presentar una petición delante del Dios soberano del universo? La respuesta a esas preguntas nos aclarara uno de los requisitos a una vida de oración efectiva. Así como las señales en la carretera nos dirigen a nuestro destino, así también Dios nos ha dado direcciones en principios bíblicos para llevarnos a la oración contestada. El primer principio es que debemos orar con fe en Dios, el segundo principio es que debemos orar con un espíritu de perdón para con otras personas. El tercer principio, el que vamos a estudiar hoy, es que debemos acercarnos a Dios en el nombre del Señor Jesucristo, nuestro Salvador y Señor. La Biblia nos repite muchas veces que nuestras oraciones son oídas únicamente cuando las presentamos en el nombre de Jesús. Juan 14:13 y 14 “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. Otra vez Jesús dijo en Juan 15:16 “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”. En Juan 16:24 nos vuelve a decir “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”. Otros escritores de las Sagradas Escrituras hablan sobre este tema, el apóstol Pablo en Efesios 5:20 dice que toda oración se debe ofrecer en el nombre de Jesús, él dice “dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”. Si la Biblia lo mencionara una vez sería suficiente, pero Dios repite este hecho una y otra vez, declarando que la oración es contestada cuando la ofrecemos en el nombre del Señor Jesús. No es una mera formalidad que terminamos con nuestras oraciones con las palabras “En el nombre de Jesús”. Esa declaración es indicación de que sabemos que podemos acercarnos a Dios únicamente en el nombre de Él. Fue Jesús quien dijo “Yo soy el camino, y la verdad, y a la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. ¿Qué significa ofrecer nuestras oraciones en el nombre de Jesús? No significa que mencionemos su nombre en la oración, es más que solo eso. El nombre de Jesús se refiere a la autoridad de Él. Supongamos que un crimen se cometió en nuestra comunidad, los policías hicieron una investigación y encontraron la casa en la que se escondían los ladrones, los policías golpearían la puerta y dirían: Abran en el nombre de la ley. Eso no significa que uno de los policías se llama ley, significa que los policías tenían la autoridad de exigir que abrieran la puerta por el bienestar y seguridad de la comunidad. Jesús tiene autoridad delante de Dios padre, Él es el unigénito Hijo de Dios en quien Él se complace. Cuando llegamos a Dios en oración, no podemos llegar a base de nuestros derechos, sino sobre los derechos que Jesús tiene delante del padre. La Biblia declara que nosotros los cristianos somos herederos de Dios, además de eso somos coherederos de Jesús, según Romanos 8:17. El termino coheredero significa herederos iguales, ósea que lo que le pertenece a Jesús le pertenece también a los que están en Jesús. Recibimos esta valiosa herencia en el momento en que recibimos a Jesús como nuestro Salvador personal, esto es lo que hace que la oración contestada sea posible. Una pareja de jóvenes se casa, en la ceremonia el joven pone un anillo en la mano de la señorita. Algunos jóvenes dicen: con este anillo me caso contigo y todo lo que poseo te entrego. Al hacer esta declaración, la esposa tiene derecho de reclamar cualquier posesión que le pertenece a su marido. En la mayoría de los casos, unos días después van al banco y ponen la firma de ella con la de él, para que ella pueda retirar dinero del banco. Al hacer esto, ella retira ese dinero bajo su autorización, de igual manera nosotros llegamos a ser cristianos por medio de ser puestos en Cristo. Debido a nuestra unión con Él, nuestra firma es certificada en el banco celestial, podemos acercarnos a Dios pidiéndole que supla nuestras necesidades y nuestras peticiones serán contestadas. Jesucristo nos ha autorizados para acercarnos a Dios en su nombre, al pedir nosotros y al darnos Dios, el Padre es glorificado en el Hijo. Por medio de la oración en el nombre de Jesús nuestras necesidades se suplen y la gloria de Dios es manifestada. Por eso es que Proverbios 15:8 nos dice que “la oración de los rectos es el gozo de Dios.” Debemos asegurarnos de aplicar este principio a nuestras oraciones, no vamos a recibir respuesta a menos de que oremos en el nombre de Jesús. ¿A dónde está nuestra confianza cuando oramos? ¿Sentimos que vamos a recibir contestación cuando oramos? ¿Nos sentimos más seguros cuando lloramos al orar con Dios? ¿Sentimos que nuestras oraciones tienen más fuerza cuando otros nos acompañan en la oración? Si nuestra respuesta es sí, entonces tal vez estamos dependiendo de lo incorrecto. Debemos preguntarnos ¿En quién confiamos para que nuestras oraciones reciban respuestas? La confianza del cristiano debe estar en Dios Padre y en Jesucristo el Salvador, no debemos confiar en nuestras emociones, ni en nuestra persistencia, ni en quienes oran con nosotros. La clave para la oración contestada es la autoridad de Jesucristo delante de Dios el Padre. En entregar a Jesús como el sacrificio por nuestros pecados, Dios ha dado lo mejor que el cielo puede dar, he ahí la clave para que nuestras oraciones sean contestadas. Leamos Romanos 8:32 “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?”. En vista de que nos acercamos en nombre de Jesús a Dios padre, Jesús es nuestro representante, abogado, mediador o intercesor. En 1 Timoteo 2:5 dice “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. Para cualquier cosa que necesitemos, tenemos un abogado con el Padre y es Jesucristo, no nos acercamos a Dios a base de nuestros propios méritos o justicia, nos acercamos a Dios en confianza en el nombre de Jesús. Supongamos que una persona nos escribiera un cheque, el retiro del dinero vendría de su cuenta de lo que tendría depositado a su nombre y no de nuestra cuenta bancaria, no nos aproximamos a Dios a base de nuestros méritos, nosotros no tenemos depósitos en el cielo aparte de Cristo Jesús, ninguna petición seria honrada sino es presentada en su nombre, debemos olvidarnos de nosotros y concentrarnos en Él. Entonces podemos llegar a Dios con confianza por medio de Jesús para pedir y recibir todo lo que necesitamos para vivir una vida agradable a Él. Nunca nos rechazara cuando pedimos en el nombre de Jesús. Repasemos los tres principios de oración que hemos discutido en los últimos estudios: En primer lugar, debemos orar a Dios con fe. En segundo lugar, debemos orar a Dios con un espíritu de perdón hacia los que nos han hecho mal. En tercer lugar, debemos orar en el nombre de Jesús y si seguimos estos principios de oración, el Señor nos contestará. Acordémonos de estas palabras de Jesús que encontramos en Juan 14:13 y 14 “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. Podemos orar con eficacia cuando oramos en el nombre de Jesús. Vamos a orar. Padre, gracias te damos por el estudio de hoy. Pedimos sabiduría para poder aprender a orar con eficacia y gracia para poner en práctica lo que aprendemos. Ayúdanos, porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
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