Copyright 2016-2019 Lifeword
Requisitos Para La Oración
Relación Correcta Con Otros
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Dic 07, 2021
Nov 30, 2021
Duración:
00:14:33 Minutes
Vistas:
1

Escritura

1 Pedro 3:1-7; Mateo 6:14 y 15

Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; 6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza. 7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. 1 Pedro 3:1-7 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. Mateo 6:14 y 15.

A Dios le encanta contestar las oraciones de los suyos, pero las oraciones deben ser presentadas correctamente, de manera de que Él las pueda contestar sin tener que honrar al pecado. Para mostrarnos como recibir contestaciones a nuestras oraciones Él nos ha dado cinco principios, el primer principio tiene que ver con nuestra actitud para con Él, es el requisito de la fe que cuando oramos debemos creer. El segundo principio tiene que ver con nuestra actitud hacia otros, es el requisito del perdón, cuando oramos debemos perdonar. Así como los pecados más pequeños causan grandes problemas, así la relación incorrecta en nuestros hogares o en la sociedad pueden causar mucho daño a nuestra vida de oración. Hoy vamos a preguntarle a Dios ¿Qué clase de relación debemos tener con otros para poder orar eficaz mente? Dios declara con franqueza que la vida de oración efectiva depende de la relación que tenemos con los otros miembros de nuestra familia. En 1 Pedro 3:1-7 encontramos que Dios manda a la mujer ser sumisa a su marido, que viva una vida pura y que cultive gracias espirituales, después manda al hombre que honre a su esposa y que la trate con amor, después relaciona ese tipo de conducta con la vida de oración, incorporada y privada diciendo que si el hombre y la mujer tuvieran esa conducta no serían estorbadas sus oraciones. La esposa que se revela en contra de su marido o el marido que no la respeta y la ama no podrá orar con eficacia. De igual manera este principio se aplica a relación entre padres e hijos, el hijo que desobedece a Dios por falta de respeto a los padres o por desobedecerles, causara daños a su vida espiritual y encontrará que sus oraciones son estorbadas, o el padre que abusa de sus hijos y no las entrena en las cosas del Señor, sufrirá del mismo problema espiritual. El que peca en contra de Dios no puede tener una vida de oración efectiva, relaciones correctas en el hogar son esenciales si vamos a experimentar el gozo de la oración contestada, debemos practicar el amor hacia todos los miembros de nuestra familia, entonces podemos orar con más poder. En el Padre Nuestro, Jesús nos enseñó a orar “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. De las siete peticiones en el Padre Nuestro, solo esta petición fue desarrollada para más explicación. En Mateo 6:14 y 15 Jesús continúo diciendo “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. Es necesario que comprendamos bien lo que Jesús nos está diciendo, no está diciendo que nuestro perdonar a otros es un acto de mérito que obliga a Dios en perdonarnos a nosotros, ni tampoco está diciendo que el perdón de Dios es imperfecto y que nosotros tenemos que darle el ejemplo, tampoco proveyó un fundamento sobre el cual podemos sentir que somos perfectos por haber perdonado a otros. Jesús dijo totalmente diferente a todo esto: En primer lugar, el Señor está reconociendo que nosotros pecamos en contra de Dios. Algunos de nuestros pecados se encuentran en el área de responsabilidades que no cumplimos, nosotros debemos orar “Perdona nuestras deudas”. Algunos de nuestros pecados se encuentran en el área de irnos en contra de su voluntad y entonces debemos orar “Perdona nuestras ofensas”. Debemos acordarnos de las palabras de Romanos 3:23 “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. No puede ser más claro, nosotros hemos pecado en contra de Dios, hemos pecado en contra de Él personalmente e individualmente. En segundo lugar, el Señor está reconociendo que pecamos los unos contra los otros. Esto se ve en que nosotros pedimos perdón, así como perdonamos a otros. Es un hecho establecido según Santiago 3:2 que nosotros nos ofendemos muchas veces, algunas de estas ofensas son intencionales y otras son accidentales, pero las ofensas surgen. En esto ninguno de nosotros somos inocentes. En tercer lugar, el Señor reconoce que nosotros deseamos el perdón de Dios, pero que al mismo tiempo nosotros no estamos dispuestos a perdonarnos los unos a los otros, por eso es que Jesús puso condiciones en su oración, los puso para enseñarnos lo serio que es tener un espíritu amargo que no quiere perdonar. El hizo la petición “Perdona nuestras deudas” y la condición “Como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Si no estamos dispuestos a orar esa oración nunca tendremos poder en nuestras oraciones. ¿Porque es importante tener un espíritu perdonador para con otros? Vamos a ver lo que Dios requiere de nosotros: En primer lugar, al cristiano se le enseña a perdonar. Simón Pedro le pregunto a Jesús ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le respondió diciendo: No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete. Lo que dijo era que no debíamos llevar la cuenta, debemos perdonar y perdonar y perdonar. Nuestro perdonar debe ser sin límite. Otra vez Jesús dijo en Lucas 17:3 y 4 “Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale”. Dios nos enseña que el perdón es total e incesante. En segundo lugar, el perdón que ofrece el cristiano no es una obra de la carne, sino que está basado sobre su relación con Dios. El cristiano puede perdonar porque el mismo ha sido perdonado. Cristo nos dio el ejemplo y provee la gracia para perdonar. El cristiano nunca debiera decir: No puedo perdonar. Dios le ayudara, no hay excusa para que el cristiano guarde un espíritu de amargura y rencor. En tercer lugar, tener un espíritu que no perdona es rebeldía a Dios, es pecado. Él demanda que guardemos Efesios 4:32 que dice “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Desobediencia a este mandato es pecar. El tener un espíritu de no perdonar es directa desobediencia, es rebelión en contra de la voluntad de Dios, es un pecado terrible. Llegamos a la conclusión de que el no perdonar es asunto de la carne, es contrario a cosas espirituales. El mantener un espíritu no perdonador es alojar pecado en el corazón. El Salmos 66:18 dice “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado”. El espíritu no perdonador cerrara las ventanas del cielo hasta confesar y recibir perdón y llegar a ser una persona que perdona por la gracia de Dios. Jesús conto la parábola de un hombre que debía una gran cantidad de dinero, sin poder pagar busco misericordia del que le había dado dinero, consiguió que le perdonaran la deuda, saliendo perdonado y libre se encontró con uno que le debía una poco suma, exigió que el hombre le pagara, cuando el hombre le dijo que no podía pagarle le echo preso. Que injusto e irrazonable fue este hombre, que habiendo obtenido perdón de su gran cuenta que debía, no pudiera perdonar a uno que le debía pequeña cantidad. Apliquémonos esta ilustración, nuestro pecado en contra de Dios será tan grande que había causado muerte espiritual en nosotros, estábamos condenados al infierno lejos de la presencia de Dios, en misericordia Dios pago la deuda por medio de la muerte de su Hijo, ¿Cómo reaccionaremos cuando alguien peque en contra de nosotros? La deuda que otro puede tener para con nosotros no se puede comparar a la deuda que nosotros tenemos para con Dios, debemos mostrar un espíritu cristiano de perdón. Jesús prometió en Mateo 6:14 “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial”. Esto es un pequeño precio para pagar a cambio de un acceso a Dios. Aquí terminamos con el segundo principio para tener una oración efectiva. El primero es, cuando oramos creamos, y el segundo es, cuando oramos perdonemos. Vamos a orar. Padre, ayúdanos a aplicar esta importante lección a nuestras vidas. Señor, muchas veces nos cuesta perdonar a otros, sin embargo, sabemos que debemos perdonarnos los unos a los otros, perdónanos por fallar en esto. Enséñanos, porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

Otros archivos en esta serie