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El Cristo
El Cristo Pre-Encarnado
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 13, 2021
Sep 13, 2021
Duración:
00:14:28 Minutes
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56

Escritura

Juan 1; Colosenses 1:17; Hebreos 7:3; Juan 17:5 y 24; Hebreos 1; Juan 1:3; Colosenses 1:16; Colosenses 1:17; Hebreos 1:3; Hebreos 11:3; Juan 1:18; 2 Corintios 5:19.

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Juan 1 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:17 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. Hebreos 7:3

Jesús hizo esta pregunta a un grupo de estudiantes de la Biblia “¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo?”. Ellos respondieron de acuerdo con lo enseñado en las aulas de colegios bíblicos; ellos respondieron: “El hijo de David”. Pero, aunque hayan sido estudiantes de las Escrituras, no comprendían el significado de su nombre. Jesús hizo la misma pregunta a un grupo de pescadores que casi no había recibido ninguna educación, quienes habían estado con Él y escuchado su enseñanza y viendo sus milagros. Uno de ellos respondió: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Si yo les preguntara, ¿Quién es este Jesús de Nazaret?  ¿Cuál sería su respuesta? Algunos me dirían que era un buen hombre, otros me dirían que un gran maestro y algunos hasta me dirían que era un gran profeta de Dios. Todas estas respuestas serían correctas, pero no son lo suficiente. Estas respuestas serían como decirme que “Un huracán es un soplo suave de aire”. La identificación falta tanto que hasta suena ridículo. ¿Quién es Jesús de Nazaret? Las Escrituras del Nuevo Testamento lo declaran ser “Deidad Eterna”, “Dios mismo encarnado en cuerpo humano”. Investiguemos lo que la Biblia tiene que decir del Cristo antes de su estado de encarnación. Veamos cómo era y qué hacía antes de nacer como un bebé humano. Es un hecho que el Cristo existía antes de su nacimiento a la Virgen María. El apóstol Juan probablemente conoció a Jesús mejor que cualquier otra persona. En Juan 1, Él escribe: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios (…) Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. (…) A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. Con estas palabras inspiradas aprendemos mucho acerca del Cristo. Vemos en estos versículos que Jesús es llamado “El Verbo”. El término verbo es un término “logos”, que significa palabra con acción, que se refiere a la segunda persona de la Santa Trinidad de Dios. Juan nos está diciendo: Jesús es Dios. Como Dios, Él existía antes de nacer de una madre humana. Como el verbo de Dios, Jesús nos revela a Dios por medio de un cuerpo físico. Cuando leemos, “En el principio era el Verbo” (Juan 1:1), debemos comprender que antes del principio, el verbo ya existía. Jesús es el verbo; ni fue creado, ni tampoco comenzó su existencia al nacer de una madre humana. Colosenses 1:17 habla de Él, diciendo: “Y él es antes de todas las cosas”. Antes de que existiera cualquier cosa, Él existía. Hebreos 7:3 nos dice que Él era “sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida”. Su vida no comenzó cuando nació de María; Él ya existía mucho antes de eso. Cristo existía en la gloria de Dios antes de nacer como humano. Escuchemos lo que Él mismo nos dice en Juan 17:5 y 24 “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. (…) porque me has amado desde antes de la fundación del mundo”. Ahora, este versículo, el texto este nos indica 3 cosas. En primer lugar, que Jesús estaba con el Padre antes de que el mundo existiera; en segundo lugar, que Jesús compartió con la gloria de Dios antes de que el mundo existiera; y, en tercer lugar, que Jesús era amado por el Padre, antes de que el mundo existiera. Hebreos 1 describe al Hijo de Dios, de quien Dios nos ha hablado en los postreros días, diciendo que Dios le “constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Hebreos 1:2-3). Esta es una gloriosa descripción de nuestro Señor. Por eso es que los ángeles proclamaron el anuncio de su nacimiento, por eso Dios envió a sus ángeles a adorarle cuando vino a esta tierra. Nosotros debemos mirarle en su gloria con el Padre y adorarle de la misma manera. Cristo estaba activo, haciendo su trabajo como Dios, antes de nacer como humano. La Biblia nos enseña de 3 cosas que Él hizo antes de su encarnación. En primer lugar, creó todas las cosas. La Biblia nos dice en Juan 1:3 “Todas las cosas por él fueron hechas”. Colosenses 1:16 nos dice que todas las cosas “que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”. En segundo lugar, Él preserva todas las cosas. Colosenses 1:17 dice: “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”. La palabra subsiste nos da la idea de que Cristo mantiene unidas las cosas; Él no solo creó todas las cosas, Él mantiene a todas las cosas en el universo con bien. Aún en estos momentos, Él “sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”, según Hebreos 1:3. Jesús todavía está haciendo el trabajo que sólo Dios puede hacer. En tercer lugar, Él es la estructura de los siglos. Hebreos 11:3 nos dice: “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios”. La palabra universo se refiere al plan entero de tiempo y espacio; todo el universo fue creado bellamente coordinado por la palabra de Dios. El pasar del tiempo y los cambios de los siglos están en las manos de Jesús; Él controla todo, Él es Dios mismo. Era Dios durante su encarnación aquí en la tierra, siempre ha sido Dios y siempre lo será. Cristo, la segunda persona de la Santa Trinidad, se manifestaba en días del Antiguo Testamento. Nosotros leemos de las apariencias de Dios en la Biblia. A veces es llamado el Ángel de Jehová, el Ángel de su Presencia, el Mensajero del Pacto, Sabiduría, Palabra de Dios, Gloria de Dios y muchas cosas más. Pero en todas las apariencias de Dios, eran también las apariencias del Cristo pre-encarnado a quien nosotros conocemos como Jesús de Nazaret. Él llevaba en sí la misma naturaleza de Dios en eternidad; vino a la tierra en naturaleza del hombre. El propósito de todo ello es para que nosotros pudiéramos conocer personalmente a Dios. Juan 1:18 dice: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. Según 2 Corintios 5:19, “Dios estaba en Cristo”, en la eternidad y en el tiempo. Vamos a orar: Padre, es tan importante que el mundo reconozca que Jesús es Dios. La esperanza de todo cristiano se basa sobre ese hecho. Hay quienes enseñan que Jesús es un Dios pequeño, aparte de tu persona, pero tu palabra nos enseña todo lo contrario. Padre, nosotros te damos gracias por lo que has hecho por nosotros. Aumenta nuestra fe y ayúdanos a testificar del Cristo, la única esperanza para el pecador. Te lo suplicamos en el nombre de Jesús. Amén.

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