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Un Estudio Del Libro De Malaquías – Parte III
La Barrera A La Bendición
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Abr 26, 2021
Abr 24, 2021
Duración:
00:14:26 Minutes
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9

Escritura

Malaquías 3:8-12; Salmos 24:1; Santiago 1:17; 1 Corintios 16:1 y 2; Malaquías 3:10; Proverbios 3:9.

¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos. Malaquías 3:8-12 De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. Salmos 24:1 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Santiago 1:17

Hola, me alegro que estén conmigo otra vez hoy, para seguir nuestro estudio en el libro de Malaquías. Este ha sido un libro muy interesante, y hoy vamos a leer en Malaquías 3:8-12 “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos”. En este texto, Dios tiene una controversia para con la gente en el tiempo de Malaquías, los ha acusado de profanar el altar con sacrificios inaceptables, de casarse con mujeres idólatras, de dudar de la santidad de Dios, de alejarse de sus mandamientos y ahora de robarle. Cuando uno roba a Dios, sin duda es una persona malvada y perversa. Él los acusa de este hecho y los deja con el saber de qué son personas egoístas e ingratas. Casi sin excepción, cuando Dios les acusa, ellos responden con una pregunta que actualmente hacen para negar su culpabilidad. Otra vez con esta acusación, ellos responden con su tradicional pregunta. Consideremos 3 cosas en conexión a esta escritura, mientras que observamos la barrera a las bendiciones: Existe una acusación. Un mandato u orden es dado. Promesas son hechas. En primer lugar, vemos que Dios a través de Malaquías, hace una acusación en contra de su pueblo, “¿Robará el hombre a Dios?” entonces el pueblo responde con la pregunta, “¿En qué te hemos robado?”. La respuesta era, “en diezmos y ofrendas”. Existe una verdad fundamental concerniente a Dios, en esta acusación, Dios es dueño de todo, esta es la base y fundación de estudios bíblicos sobre mayordomía. El Salmos 24:1 dice, “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo y los que en él habitan”. Hageo 2:8 nos dice, “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos”. Santiago 1:17 dice, “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”. Dios no necesita de lo nuestro para enriquecerse; es para nuestro bien que Él demanda esto de nosotros. Cuando somos obedientes, Él nos bendecirá, regresándonos más de lo que nosotros le damos. Si desobedecemos, y no le damos lo que le pertenece, ganaremos nada y sufriremos la consecuencia de la desobediencia. Notemos lo que nos dice el versículo 9, “malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado”. Malaquías voceó un mandato positivo a los israelitas, notemos el mandato, “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición, hasta que sobreabunde”. Este versículo, junto con los anteriores, nos da una especificación en cuanto a quienes debían traer sus diezmos y ofrendas. El mandato incluía a toda la nación y la acusa de haber robado a Dios, y la pone bajo una maldición por haber actuado de tal forma. Toda la nación debía responder a este mandato positivo. Esto es lo mismo que encontramos en el Nuevo Testamento en donde Pablo le enseña a la iglesia en Corinto, de dar para ayudar a los santos pobres que no tenían como mantenerse. En 1 Corintios 16:1 y 2 leemos, “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas”. Malaquías 3:10 nos designa el lugar en dónde debían de llevarse las ofrendas y los diezmos; debían ser llevadas al alfolí, no existe duda de que éste era el templo, el centro en donde ellos adoraban. Israel estaba bien instruido en cuanto a lo concerniente a los diezmos. En Levítico, Dios quiso el diezmo de los árboles, de la tierra y de las bestias, Él dijo, “el diezmo de Jehová es, es cosa dedicada a Jehová”. En Proverbios 3:9 leemos, “Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos”. Los judíos estaban bien entendidos sobre los asuntos del diezmo de todo lo que ellos poseían. Muchas veces surge esta pregunta, ¿Son obligados los creyentes del Nuevo Testamento a dar diezmos y ofrendas? Veremos que la práctica de diezmar, vino mucho antes del mandato; Abraham practicó el diezmar, siglos antes de que la ley demandara los diezmos. No conozco ningún versículo en el Nuevo Testamento, que condene el diezmar y suponiendo que el diezmar era un requisito legal dado al judío, sería una vergüenza para el cristiano neo testamentario, bajar en calidad de servicio bajo la gracia. Yo he visto que las personas quienes aman al Señor y tienen el propósito de dar, nunca han sido perjudicadas por causa del diezmar. El diezmo no era el único requisito del Señor, pues Él dijo que ellos le habían robado en ofrendas también. El campo de la mayordomía Bíblica, es más ancho que asuntos financieros, sin embargo, incluye todas las fases del vivir, ¿Has sido culpable de robar a Dios en algo? Notemos que Dios hace promesa de bendición a los que le obedecen en traer sus ofrendas y diezmos al alfolí, observemos el versículo 11, “Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos”. En el versículo 10, promete abrir las ventanas del cielo, para derramar sobre ellos bendiciones hasta que sobreabunden. En el versículo 12, el promete que todas las naciones las llamarán bienaventuradas. Es tremendo estar en el centro de la voluntad de Dios, ¿Eres salvo? Si no, Él no te bendecirá. ¿Eres obediente a su voluntad? Recibe a Jesucristo en este momento y haz esta oración: Señor, yo sé que soy pecador y me arrepiento de todas mis maldades. Ya no deseo ser un extraño para ti, acepto lo que tú hiciste por mí en la Cruz del Calvario y yo sé que tú moriste por mí, y ahora mismo te acepto como mi Salvador. Gracias por entrar en mi corazón. Si hoy recibiste a Cristo, escríbeme para contarme de tu conversión. Yo quiero alegrarme contigo, ahora vamos a orar. Padre, gracias te damos por el estudio de hoy. Señor, si te hemos robado, perdónanos y ayúdanos a no volver a cometer esa falla. Bendice a los amigos que recibieron el mensaje de hoy y ayúdales en su nueva vida. Te lo suplico en el nombre de Jesús, Amén.

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