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La Caída Del Hombre
La Caída Del Hombre - Parte 4
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:32 Minutes
Listens:
3
Aired on Ene 07, 2021

Escritura

Romanos 3:23; Romanos 6:23; Romanos 5:12; Romanos 5:18-21; Efesios 2:8 y 9; 2 Corintios 5:19; Hebreos 4:15; 1 Pedro 2:22; 1 Pedro 2:24; 1 Pedro 3:18; Isaías 53:5 y 6.

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, Romanos 3:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 6:23 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Romanos 5:12

La humanidad se encuentra en grandes problemas. Los primeros humanos pecaron trayendo sobre ellos y todos los que vinieran después de ellos la debilidad de no poder resistir al pecado, de tal manera que todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, según Romanos 3:23. La consecuencia que le viene al pecado humano es el veredicto de la muerte espiritual porque la paga del pecado es muerte, según Romanos 6:23. Romanos 5:12 nos dice: “así la muerte pasó a todos los hombres por cuantos todos pecaron”. Podemos ver que el hombre tiene grandes problemas. Él es depravado por naturaleza y escoge ser pecador. La condición del hombre es una condición desesperada pero no es una condición que no tiene esperanza ni remedio escuchemos lo que nos dice Romanos 5:18-21: “así que como por la transgresión de uno, vino la condenación a todos los hombres. De la misma manera, por la justicia de uno, vino a todos los hombres la justificación de vida, porque así, como por la desobediencia de un hombre, los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Por la ley se introdujo para que el pecado abundase; más cuando el pecado abundó, sobre abundó la gracia para que así, como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para la vida eterna mediante Jesucristo, Señor Nuestro”. He ahí la esperanza que el hombre tiene. La Biblia nos da a entender que sólo hay dos tipos de persona en el mundo, hoy: los salvos y los perdidos. El hombre perdido es el hombre natural, mientras que el hombre salvo es llamado el hombre espiritual. La Biblia también nos enseña que hay un líder de estos dos tipos de hombres. Adán es la cabeza del hombre natural y es responsable por las condiciones del hombre natural. Él es responsable del estado del hombre en no poder resistir con éxito las tentaciones del pecado. Jesús es la cabeza del hombre espiritual y es responsable por la salvación del pecado y culpabilidad y nos permite ser hijos de Dios. Cada persona en el mundo, incluyéndote a ti, le pertenece a uno de esos dos grupos de personas: los perdidos en Adán o los salvos en Jesús. Pongamos nuestra atención en el rescate que Dios ha extendido al hombre caído; llamamos a ese rescate: Salvación. Significa, estar a salvo. Dios nos ha hecho estar salvos en Jesucristo, cuando antes íbamos a la destrucción y muerte al infierno para toda una eternidad. ¿Por qué se preocupó Dios en salvar o en rescatar a los pecadores de su culpabilidad? La Biblia usa 3 palabras para explicar el porqué, y esas palabras son: misericordia, amor y gracia. La misericordia es la respuesta de Dios a los pecadores en vista de la miseria de ellos; es lástima afeccionada, es tendida al necesitado. Dios mira al hombre sufriendo bajo la maldición del pecado y su misericordia sale hacia él. Él desea ayudar, aliviándole de su miseria; Él se enoja diariamente con el pecado, pero es misericordioso con los que sufren a causa del pecado. La misericordia de Dios le movió a efectuar el rescate del hombre caído en pecado. El amor es la respuesta de Dios en vista de que el hombre está perdido. El amor significa que uno da de si mismo por el bien de otros. Es un sacrificio propio, el abandono de uno en bienestar de otro, el exponerse uno de parte de otro, el bajarse uno para elevar al otro. El amor de Dios hizo que el diera de sí mismo en la persona de su hijo unigénito para rescatar a los que estaban perdidos en pecado. La gracia es la respuesta de Dios en vista de la culpabilidad de los pecadores; es Dios haciendo algo bueno para otra persona, aunque esa persona no merece que Dios haga algo bueno por ella; en realidad, la persona merece castigo. Es Dios llegando al rescate por medio del perdón de pecados cuando, justamente, podría llegar para condenar, enviando a uno al castigo eterno. Misericordia, amor y gracia son encontradas en Efesios 2:8 y 9: “porque por gracia sois salvos por medio de la fe y esto, no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe”. ¿Cómo es que Dios hizo para rescatar al hombre que había caído en pecado?, ¿qué método siguió para que el llegara ser el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús. En primer lugar, Dios proveyó el rescate por medio del ministerio de un hombre sin pecado. Dios vino al mundo personalmente para salvar a los hombres de sus pecados. La Biblia nos dice en 2 Corintios 5:19 que Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados. Mientras que Él vivió en la tierra, fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado, según Hebreos 4:15. Ahora, 1 Pedro 2:22 nos dice que, “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca”. Un hombre pecador no podría rescatar a otro hombre humano sin pecado para redimirlo de su pecado. En segundo lugar, Dios proveyó el rescate por medio de un sacrificio sustitutorio, usando a un substituto sin pecado. A través de toda la Biblia, Dios ha enseñado que un inocente puede dar su vida en rescate por los culpables. Por precepto y ejemplo, Dios impresionó esa verdad al corazón humano. En el período del antiguo testamento, animales inocentes fueron sacrificados por los pecados humanos y el perdón de pecados fue recibido. Todo eso fue en preparación de aquel día en que Dios se daría a sí mismo en la persona de Cristo Jesús, unigénito hijo, para ser el sacrificio del hombre pecador. Jesús murió por los pecadores; Él murió en el lugar de ellos. 1 Pedro 2:24 nos dice, “quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia, y por cuya herida fuisteis sanados”. 1 Pedro 3:18 nos dice: “porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos para llevarnos a Dios”. Él murió la muerte que nosotros debíamos morir para podernos librar del pecado. Isaías 53:5 y 6, dice: “mas, Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino, mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros. El sacrificio de Jesús, una vez y para siempre, ha hecho posible la salvación eterna para todos los que desean creer. Nada se le tiene que añadir; ya está hecho, ya está cumplida la obra. El camino está hecho, la salvación está a la disposición del pecador. Dos cosas se requieren de aquél que desea ser salvo del pecado. Esas dos cosas son: el arrepentimiento del pecado y la fe personal en Cristo Jesús. El arrepentirse significa que uno va a volver de los pecados reconociendo que es pecador y venir a Dios sintiéndose mal por haber ido en contra de Él. La fe significa confianza, significa que la persona quita su confianza de cualquier otra cosa más que de Jesús y confía únicamente en Él para salvarle de sus pecados. El arrepentimiento y la fe son más que simplemente reformar la conducta de uno y creer que existe un Dios; es rechazar el pecado y lanzarse sobre Cristo Jesús como su único rescate del pecado y salida del infierno. El arrepentimiento hacia Dios y la fe en Cristo Jesús es la única forma de salvación para el hombre. Esa salvación es para todo hombre. Tú también puedes arrepentirte hoy y recibir a Cristo Jesús como tu salvador. Confía únicamente en Él y serás salvo. Vamos a orar. Padre, gracias por la salvación. Gracias por ofrecerte a toda la humanidad. Gracias por ofrecer gratuitamente la salvación. Te pedimos que ayudes que muchas personas puedan venir al arrepentimiento y perdón de sus pecados en estos mismos momentos. En el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.

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