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La Caída Del Hombre
La Caída Del Hombre - Parte 3
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:32 Minutes
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1
Aired on Ene 06, 2021

Escritura

Romanos 5:12; Génesis 3:7-19; Romanos 3:23.

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Romanos 5:12 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. 14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. 16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. 17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Génesis 3:7-19 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, Romanos 3:23

Has observado la condición del mundo para hacerte la pregunta, ¿qué es lo que le pasa al hombre? La Biblia nos tiene una respuesta a esa pregunta y se encuentra en Romanos 5:12: “por tanto como el pecado entró en el mundo por un hombre, así la muerte pasó a todos los hombres por cuanto todos pecaron”. El problema del hombre es el problema de la culpabilidad humana a causa del pecado. El hombre ha caído desde un alto y sagrado estado en el cual él fue originalmente creado. Él ha tenido que sufrir las consecuencias que continuaron a esa caída original. Es al estudio de esa caída que queremos volver nuestra atención. Deseamos estudiar la condición a que el hombre ha caído. Ésta es la verdad central que nos enseña la Biblia: el hombre es depravado por su naturaleza y él escoge pecar; esa es la consecuencia de su caída. Génesis 3:7-19, nos dice lo siguiente: “entonces fueron abiertos los ojos de ambos y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día, y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Más Jehová Dios llamó al hombre y le dijo, ‘¿dónde estás tú?’, y el respondió, ‘oí tu voz en el huerto y tuve miedo porque estaba desnudo y me escondí’. Y Dios le dijo, ‘¿quién te dijo que estabas desnudo?, ¿has comido del árbol que yo te mandé no comieses?’, y el hombre respondió, ‘la mujer que me diste por compañera me dio del árbol y yo comí’. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer, ‘¿qué es lo que has hecho?’, y dijo la mujer, ‘la serpiente me engañó y comí’, y Jehová Dios dijo a la serpiente, ‘por cuanto esto hiciste, maldito serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo, sobre tu pecho andarás y polvo comerás todos los días de tu vida, y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la suya; éste te herirá en la cabeza y tú la herirás en el calcañar’. A la mujer dijo, ‘multiplicaré en gran manera los dolores de tus preñeces, con dolor darás a luz los hijos y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti’. Y al hombre dijo, ‘por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer y comiste del árbol que te mandé diciendo, no comerás de él, maldita será la tierra por tu causa, con dolor comerás de ella todos los días de tu vida, espinos y cardos te producirá y comerás plantas del campo; con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado, pues polvo eres y al polvo volverás’. Esta grabación sagrada nos reporta solemnemente las consecuencias del primer pecado del hombre. Hubo 6 consecuencias inmediatas experimentadas por Adán y Eva al reconocer que ellos habían desobedecido a Dios. En primer lugar, recibieron una sabiduría que antes no tenían, fueron abiertos los ojos de ambos y conocieron que estaban desnudos. Ellos habían vivido en tal grado de inocencia que no sabían que estaban desnudos. En segundo lugar, fueron llenados de vergüenza al ver que estaban desnudos; cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales. En tercer lugar, fueron víctimas del temor a Dios y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. En cuarto lugar, prefirieron esconderse de Dios en vez de acercarse a Él. En quinto lugar, intentaron justificar la maldad que habían hecho por echarle la culpa a otra persona. Adán le echó la culpa a Eva, y Eva le echó la culpa a la serpiente. Y en sexto lugar, fueron llenados de la culpabilidad de su pecado, pero no buscaron el perdón de su pecado. Las preguntas que Dios le hizo a Adán fueron diseñadas para hacerle confesar su maldad; pero Adán no confesó. Podemos observar también que hubo consecuencias remotas del pecado que Adán y Eva cometieron. Número 1, la serpiente fue consignada a andar sobre su pecho y comer del polvo por el resto de su vida, en señal del juicio de Dios sobre ella por haber sido usada por Satanás como agente de maldad. Número 2, la mujer fue consignada a concebir sus hijos con gran dolor y sufrimiento y estar bajo el poderío de su marido. En tercer lugar, al hombre se le dijo que él iba a trabajar duramente, ganándose la vida con el sudor de su frente, luchando con la tierra para hacerle producir los alimentos que él necesitaría hasta el día en que regresaba al polvo. Finalmente, el hombre y la mujer fueron excluidos del jardín del Edén para siempre y apartados del acceso del árbol de la vida. El efecto de la caída de Adán y Eva continuó con ellos por el resto de sus vidas sobre la tierra. El efecto de esa caída continúa aún hoy día. Toda la humanidad tiene como herencia la caída de Adán. Nosotros usamos el término depravidad para describir teológicamente cómo el pecado de Adán afecta hoy día a toda la humanidad. Existe un grave malentendido en cuanto al término depravidad; no significa que un recién nacido ya nace condenado al infierno, no significa que cada persona es tan mala como podría ser, no significa que cada persona es culpable de toda clase de pecado. Eso es un mal entendimiento del término depravidad. Depravado significa que un hombre es hecho débil en cuanto al pecado, significa que la totalidad de su ser, su mente, sus emociones, su voluntad y su cuerpo es débil e incapaz de resistir con éxito las tentaciones del pecado. Por ejemplo, si el pecado fuera azul, el hombre tendría algo de azul en todo su ser. Hemos heredado la consecuencia del pecado de Adán, pero no la culpabilidad de ese pecado. No somos condenados a causa del pecado de Adán, sino por los pecados que nosotros mismos cometemos. Todo lo que hace el pecado de Adán es hacernos vulnerables al pecado, débiles e incapaces de resistir. Pero no compartimos su culpa de pecado, y, por lo consiguiente, un niño no es culpable de pecado hasta el día en que crece al punto en que puede escoger entre el pecado o Dios. Él hereda las consecuencias, pero no la culpabilidad del pecado de Adán. Esa debilidad hacia el pecado ha resultado en la culpabilidad de todos los seres humanos. Romanos 3:23 dice: “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. La culpabilidad no es tomada en cuenta hasta el momento en que uno tiene una sabiduría de su desobediencia a la voluntad de Dios. Pero cuando uno hace lo que sabe que Dios prohíbe o rehúsa a hacer lo que Dios ha mandado, entonces es constituido como pecador y permanecerá culpable hasta que reciba el perdón de sus pecados por medio de Cristo Jesús. La Biblia nos dice que el hombre está muerto en sus delitos y pecados, nos enseña que el hombre pecador está separado de Dios, así como Adán fue separado de la presencia de Dios. Nosotros podríamos decir que la persona quien anda sin el perdón de Cristo en su corazón, anda en rebelión a Dios. Esa persona es controlada por 3 fuerzas: el mundo, el príncipe del poder del aire y los deseos de la carne. Él permanece en esa condición hasta el momento en que recibe a Cristo como salvador de su alma. El hombre es depravado, muerto en sus delitos y pecados; pero no tiene que quedar así. Dios ha provisto para él y le ofrece perdón si le oye, se arrepiente y si cree. Vamos a orar. Padre, temblamos al pensar en las consecuencias que le caen a una persona que se pone en contra tuya. Temblamos porque reconocemos que nosotros hemos pecado; inexcusablemente hemos pecado en contra de ti. No tendríamos ni una sombra de esperanzas si no hubiera sido por tu gracia que nos has demostrado en Cristo Jesús. Nosotros, los que hemos creído en Él, nos regocijamos en su perdón. Pedimos también que otros puedan recibirle en estos mismos momentos y esto te lo pedimos en el nombre de nuestro señor Jesucristo. Amén.

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