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El Espíritu de Dios en el Cristiano
El Espíritu De Dios En El cristiano - Parte 3
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:32 Minutes
Listens:
1
Aired on Dic 23, 2020

Escritura

2 Corintios 3:18; Romanos 8:29; 1 Tesalonicenses 4:3-7; 2 Tesalonicenses 2:13; 1 Pedro 1:2; 2 Pedro 1 y 4; Gálatas 5:16; 2 Corintios 3:17; Romanos 8:2; Romanos 6:11; Romanos 6:4-6

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Romanos 8:29 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6 que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. 1 Tesalonicenses 4:3-7 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. 2 Tesalonicenses 2:13

La presencia personal del Espíritu Santo en la vida del cristiano es declarada repetidamente en la Biblia; no rechaces esa verdad, acéptalo con gozo. Dios está viviendo la vida de deidad en tu humanidad. La vida infinita de eternidad, en tu finita brevedad por medio de su Espíritu Santo. El Espíritu de Dios está viviendo en ti, para que crezcas a la semejanza de Cristo Jesús. Él está contigo como un divino compañero, Él te instruye como tu maestro divino, Él te purifica como tu Santificador Divino. Todo esto fue diseñado para cumplir con el propósito que nos es expresado en 2 Corintios 3:18 y en Romanos 8:29 y dice así: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos”. ¿Tú has recibido al Espíritu Santo cómo tu Divino Santificador? ¿Qué es santificación? Podríamos definir la palabra de esta manera: santificación es esa relación con Dios en la cual el cristiano es separado de todo lo que es profano y es devoto únicamente a lo Santo. Es una separación del creyente de todo lo que es malo. Es la voluntad de Dios para cada creyente y fue su propósito por haberle llamado por medio del evangelio, según 1 Tesalonicenses 4:3-7. La santificación es posicional y experimental. La santificación posicional nos da a entender que el cristiano es separado únicamente para el servicio de Dios y que le pertenece a Él desde el momento de su Salvación. La santificación experimental es el justo andar del creyente, en donde el cristiano va separando cada área de su vida para seguir la voluntad y diseño de Dios. El Espíritu Santo es el agente de Dios en cuanto a la santificación. Pablo escribió a los Tesalonicenses en 2 Tesalonicenses 2:13: “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad”. El apóstol Pedro escribió lo siguiente en 1 Pedro 1:2: “Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu”. No hay duda de que es el Espíritu Santo quien santifica a los creyentes. La santificación posicional sucede en el momento de la conversión. La persona quién se salva por medio de la fe en Jesús, llega a ser una nueva creación. Nunca es igual su vida desde ese momento. Él tiene la naturaleza divina, la naturaleza de Dios mismo viviendo en su cuerpo mortal, según 2 Pedro 1 y 4. La presencia de Dios en él, hace que su cuerpo sea el santuario del Espíritu Santo. Él es santificado por virtud de su posición, la relación que él tiene con Dios. El Espíritu Santo es agente de la santificación posicional; en primer lugar, al cristiano le es dada una nueva naturaleza, pues ha nacido del Espíritu, desde ese momento él lleva en sí la naturaleza divina por medio de la cual, él está muerto para el mundo y vivo para con Dios. En segundo lugar, el cristiano está ligado con Cristo por medio del Espíritu Santo como las ramas a la vid. Es así como llegamos a ser una nueva creación en Cristo Jesús. En tercer lugar, el creyente llega a ser morada del Espíritu Santo desde el momento de su conversión, hasta el día en que se pone delante del Señor en la eternidad. En cuarto lugar, el cristiano es llamado por un nombre nuevo como resultado del trabajo del Espíritu Santo; 66 veces en el Nuevo Testamento se les llama Santos a los cristianos. Ellos han sido santificados en Cristo Jesús y llamados Santos porque han sido lavados, santificados y justificados por el Nombre de Jesucristo y por el Espíritu Santo. En quinto lugar, el cristiano es librado del pecado a través de Jesús por medio del Espíritu Santo. Eso es lo que le permite ser una persona santificada. El Espíritu Santo es el agente por medio de quien el pecador arrepentido y confiado en Cristo llega a ser una nueva criatura, en unión con Cristo Jesús. Él llega a ser morada del Espíritu Santo, llamado por un nuevo nombre y librado del pecado. Lo que es verdad del creyente en posición, debe ser verdad en cuanto a práctica también. La santificación posicional debe ser santificación práctica. El Espíritu Santo hace su morada en el creyente para llevar a término la práctica de la santificación. Él está en el creyente como el sostén de su vida nueva espiritual; el transformador de su manera de vivir y el renovador del Espíritu de vida. Él trae la santidad hasta la máxima capacidad. La transformación del nuevo creyente tiene que venir desde el interior de su ser, habiendo asegurado una posición maravillosa para el creyente, Él está trabajando para producir en ese creyente una condición correspondiente a la posición que tiene. El nuevo creyente recibe una nueva naturaleza al momento de su conversión, pero eso no elimina a la vieja naturaleza que estaba en él. La Biblia nos enseña de que hay una lucha constante entre ambas naturalezas. La carne es la naturaleza del hombre en la cual hay esclavitud hacia el pecado, pero si el creyente vive conforme a la naturaleza Espiritual puede librarse de esclavitud. El Espíritu Santo dentro del creyente tiene el poder para vencer a la carne, Gálatas 5:16 dice: “Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”. La Biblia nos declara en 2 Corintios 3:17: “Dónde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”. Romanos 8:2 dice: “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”. La base de la victoria sobre la carne fue puesta en la cruz del Calvario. El compartir la crucifixión de Cristo Jesús, es compartir también su resurrección. La carne ha sido crucificada con Cristo, ese es un hecho. El creyente debe tener fe en ese hecho y permitir que el Espíritu le haga realizar la verdad del asunto. Romanos 6:11 dice: “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro”. Aceptémoslo como un hecho ahora mismo. Nosotros estamos viviendo la vida de Cristo por medio del Espíritu Santo en estos mismos momentos. Romanos 6:4-6 nos dice: “Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con Él en la semejanza de su muerte, así también los seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado”. El propósito de Dios es que las obras de la carne queden sin trabajo. Deseo darles seis sugerencias de cómo pueden trabajar juntamente con el Espíritu Santo para engrandecer la santificación de su diario vivir. En primer lugar, fe; tienes que confiar en el hecho de que es posible que tú seas Santo, no por los esfuerzos que tú harás, sino porque Dios ya te ha dado todo lo que necesitas para serlo. En segundo lugar, la Biblia; hay que mantenerse cerca de la palabra de Dios en vista de que la santificación viene a través de su verdad. En tercer lugar, la oración; Dios te dará todo lo que le pidas si va de acuerdo a su voluntad, es la voluntad de Él que tú seas santificado en cuerpo, alma y espíritu. En cuarto lugar, pureza; huye de cada pecado para no afligir al Espíritu Santo. En quinto lugar, entrega; debes entregarte por completo al trabajo del Espíritu Santo, porque es Dios el que pone el querer como el hacer su voluntad y en sexto lugar, estar lleno; busca cómo estar lleno del Espíritu Santo cada momento de tu vida, entrégate a Él y verás cómo cambiará tu actitud en cuanto a todo. Vamos a orar...  Padre, santifícanos por completo para que nuestros cuerpos, nuestra alma y nuestro espíritu estén sin mancha hasta el día en que regrese nuestro Señor Jesucristo, en el Nombre de Él se los suplicamos, amén.

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