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Tu Palabra He Guardado En Mi Corazón
Tu Palabra He Guardado En Mi Corazón - Parte 1
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:32 Minutes
Listens:
11
Aired on Dic 14, 2020

Escritura

Deuteronomio 6:4-7; Jeremías 15:16.

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Deuteronomio 6:4-7 Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos. Jeremías 15:16

Escuchemos lo que nos dice Dios en Deuteronomio 6:4-7: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”.   ¿Qué pasaje el que acabamos de leer? Nos enseña que podemos conocer a Dios, amar a Dios y servir a Dios. Nos enseña que la palabra de Dios está a nuestro alcance, para que la podamos memorizar, meditar en ella y enseñarla a nuestros hijos. Nos enseña que dicha involucración con la palabra es esencial para tener una vida espiritual llena de vitalidad. Es tan importante que cada persona quien desea agradar a Dios se mantenga cerca de su palabra. De hecho, el comienzo del decaimiento espiritual comienza con la negligencia de las escrituras.   Alguien ha dicho: “Este libro te mantendrá alejado del pecado o el pecado te mantendrá alejado de este libro”. Todos nosotros necesitamos mantenernos en contacto con la Biblia. Claro está, que nadie puede andar con la Biblia en la mano todo el tiempo. ¿Cómo es entonces que puede tener la palabra consigo en todo momento?   Quiero decirte que hay un método. Hay que llevar la Biblia en la mente por medio de memorizar pasajes de la escritura. Lleva la palabra en tu mente y no tendrás que llevarla en la mano. Ya sé, tú no puedes memorizar porque tienes mala memoria, pero eso no es cierto. No existe tal cosa como buena memoria o mala memoria. Sin embargo, hay mentes mal entrenadas y hay mentes bien entrenadas. Si tú eres una persona de inteligencia normal, tú puedes aprender versículos de memoria. Para el bienestar de tu espíritu, yo te pido que comiences hoy mismo a memorizar porciones de las escrituras.   La comunión con Dios es grandemente acercada, cuando hay porciones de la escritura depositadas como tesoros apreciados en las bodegas de nuestra mente. Palabras, frases y hasta párrafos enteros vendrán a mente en el momento que el sostén espiritual es necesitado. La misma naturaleza de la Biblia nos indica el por qué nos facilita una comunión con Dios. La Biblia es el registro escrito de la revelación de Dios a la humanidad. Observemos esta declaración más al fondo: En primer lugar, la Biblia es el registro de revelación. En segundo lugar, es un registro escrito de revelación. En tercer lugar, es un registro escrito de la revelación de Dios. En cuarto lugar, es un registro escrito de la revelación de Dios a la humanidad. Dios tomó la iniciativa y reveló su persona infinita en términos por medio de las cuales, el hombre en sus limitaciones, pudiera comprender. El causó que existiera un registro permanente, para que toda la humanidad pudiera tenerla y estudiarla.   La Biblia es la palabra de Dios en forma escrita y es igual a que estuviéramos escuchando su voz audible, expresada hoy. Aquel quien lee la Biblia, está leyendo las palabras que Dios ha pronunciado. Aquel quien memoriza la escritura, está memorizando las palabras de Dios. Aquel quien medita en la Biblia está meditando lo que Dios ha dicho. Dicha persona, testificará como el profeta Jeremías, en Jeremías 15:16, “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos”. El salmista testificó: “En mi corazón he guardado tus dichos”. Vendrán tiempos cuando tú no podrás tener una Biblia a la mano. Tu envolvimiento en los asuntos de la vida diaria y tus seres queridos te mantendrán alejado del poder sentarte a disfrutar de la lectura bíblica. Tu salud algún día, te mantendrá lejos de la Biblia, cuando tu visión no sea tan buena. Pero aquel quien se ha propuesto a aprender porciones de la escritura de memoria, podrá deleitarse de ellas a cualquier hora del día o de noche. Yo he podido deleitarme mucho con mi Señor mientras que he viajado de algún lugar a otro en mi automóvil, o mientras que estaba acostado en la oscuridad de la noche. El leer la Biblia, bajo dichas circunstancias, no era posible, pero el meditar sobre las palabras que había aprendido por memoria no sólo me era posible, si no de tan buen provecho.   Me puedo acordar de un amigo mío que mientras viajaba de un lugar a otro, en donde él iba a predicar esa noche, se le vino una frase a la memoria. Las palabras que le vinieron eran estas: “Las inescrutables riquezas de Cristo”. Mi amigo no podía acordarse en qué lugar de la Biblia se encontraban esas palabras, ni tampoco podía acordarse de todo el versículo. Sólo se le venían a la mente, una y otra vez las palabras: “Las inescrutables riquezas de Cristo”. Mientras manejaba, él iba pensando en lo que significaban esas palabras, para todos los que habían confiado en Cristo, Jesús, como salvador. Su corazón llegó a regocijarse de tal forma que cambió todo su mensaje. Al llegar a la iglesia donde iba a predicar, buscó la cita que se encontraba en Efesios 3:8 y predicó con un gran gozo, el tema que Dios le había dado en el camino, como resultado de haber memorizado una porción de la palabra de Dios.   Tengo un problema de poder dormir, a veces yo por la noche. Ni me es de mucha inspiración ni de mucho provecho, el acostarme y estar observando la oscuridad, pero es refrescante el poder sacar porciones de la palabra de Dios de mi mente, y meditar en ellas mientras que espero el sueño que pronto vendrá. No hay necesidad de temer cuando estás a solas con tus propios pensamientos. Sólo tienes que decir: “Señor, deseo pasar este tiempo privado contigo, de una forma provechosa. Háblame por medio de versículos que he memorizado”. Esos momentos quietos pueden llegar a ser tiempos especiales de refrigerio espiritual.   El cristiano que se entrega al proceso de aprenderse por memoria porciones de la Biblia, encontrará que su comunión con Dios es más dulce que nunca. Deseo darte algunas sugerencias para memorizar versículos de la Biblia. En primer lugar, lee tu Biblia con un espíritu de devoción. Mientras que lees, ciertos versículos te llamarán la atención. Esos versículos son los que debes memorizar. En segundo lugar, lee cada versículo una y otra vez. Observa su significado, su puntuación y el orden de las palabras. En tercer lugar, escribe el versículo en un papel; el simple hecho de escribirlo, te ayudará en memorizarlo; de hecho, podrías escribirlo una y otra vez, para así memorizarlo mejor. En cuarto lugar, coloca el papel en donde escribiste el versículo, en un lugar en donde lo vas a ver frecuentemente; así cuando ves el papel, te acordarás del versículo. En quinto lugar, repasa el versículo regularmente en tu mente. De esa forma habrás guardado en tu corazón la palabra, y eso hará más fuerte la comunión que tienes con Dios. Disciplina tu mente en memorizar porciones de la Biblia.   Vamos a orar. Padre, te damos gracias y te alabamos por estar a nuestro alcance. Gracias por tu Santa Palabra, el registro escrito de lo que nos has dado a conocer. Reconocemos las consecuencias serias de la negligencia del estudio de tu Santa Palabra, pero nos entregamos al estudio de las escrituras y a la memorización de tu palabra, para tener más comunión contigo. En el nombre de Jesús, oramos, Amen.

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