Escritura
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. 16 Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 17 Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. 18 Y dejando luego sus redes, le siguieron. 19 Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. 20 Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron. Marcos 1:14-20 Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. 28 Y dejándolo todo, se levantó y le siguió. Lucas 5:27-28 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. 33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:26-27, 33 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Lucas 9:23-24
Aquellos quienes confían en Jesús tienen dos títulos primarios en el Nuevo Testamento, son llamados “Discípulos” en los cuatro Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan; y son llamados “Santos” en las Epístolas. Me sorprendí al darme cuenta de lo ocurrido con esos dos términos cuando estudié para ver si mis cálculos eran ciertos. Encontré que el término “Discípulo” sale 267 veces en los Evangelios y en Hechos, mientras que el término “Santo” sale solo una vez en Mateo. El término “Santo” se encuentra 57 veces en las Epístolas y 4 veces en Hechos; pero el término “Discípulo” no ocurre ni una sola vez en las epístolas. Eso nos indica que hubo un cambio de énfasis al cambiar de los Evangelios a las Epístolas. La palabra “Discípulo” se relata a una entrega; la palabra “Santo” se relata al carácter. La palabra “Discípulo” pone su énfasis en lealtad a Jesús en el área de la mente y voluntad; la palabra “Santo” pone su énfasis en la relación con Jesús en el área del carácter y la conducta de uno. Seamos más específicos en nuestra definición, un discípulo es un alumno o un aprendiz, el que estudia bajo la enseñanza de cualquier maestro de religión, aprendizaje, arte, etc., un seguidor de Jesús. El énfasis en discipulado es que uno se entrega así mismo en seguir las instrucciones de un maestro y hacer lo que ese maestro le indica. El énfasis de discipulado es una entrega total. Relatemos esa definición a los otros términos que hemos considerado en este estudio, el cristiano es un creyente por convicción, un santo por carácter, un cristiano en conducta y un discípulo por entrega. La entrega total es la esencia de ser un discípulo de Jesús. Notemos el elemento de la entrega a Jesús sobre los negocios en Marcos 1:14-20, Jesús vino a Galilea predicando el Evangelio del reino de Dios, andando junto al mar de Galilea vio a Simón y a Andrés, su hermano, que echaban la red en el mar porque eran pescadores, y les dijo Jesús: “Venid en pos de mí, y hare seáis pescadores de hombres”. Y dejando luego sus redes, le siguieron, pasando de ahí un poco más adelante vio a Jacobo, hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes, y luego los llamó, y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron. Otra vez notemos el elemento de la entrega total en Lucas 5:27-28: “Después de estas cosas salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.” Aquí encontramos a hombres dejando sus oficios y profesiones para seguir a Jesús, eso es lo que significa el discipulado. En el verdadero discipulado, no solo el trabajo tiene que tomar segundo lugar en la vida de uno. Leamos lo que nos dice Lucas 14:26-27,33 Jesús dijo: “Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre y madre, y mujer e hijos, y hermanos y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo”, “Así que cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.” El discipulado significa que el maestro de uno y el seguirle es lo único en la vida de uno que tiene prioridad. En el discipulado cristiano Jesús es señor al igual que maestro, amo al igual que salvador. Jesús dijo en Lucas 9:23-24: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígueme, porque todo el que quiera salvar su vida la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvara.” Ese es el principio por medio del que la vida cristiana se tiene que vivir. Romanos 12:1-2 dice: “Así que hermanos, Os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional, no os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” El discipulado significa entrega total, pero es más que eso, es también una relación de gran afecto entre maestro y discípulo. De otra manera, el discípulo seria únicamente un esclavo. Pero el discipulado es una idea de libertad y alegría, la relación de gran afecto entre el maestro y el discípulo es lo que hace la diferencia. Nosotros nos alegramos de ser discípulos de Jesús porque tenemos la seguridad de su amor hacia nosotros, porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en Él cree no se pierda más tenga vida eterna. Jesús no vino al mundo en contra de su voluntad. El vino gozoso y llevo el castigo de nosotros en su cuerpo, eso es demostración suficiente para mí, de que Él me ama. Juan 15:13 dice: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” Romanos 5:8 dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” El amor de Cristo no es una cosa pasajera. Vamos a ver lo que nos dice Juan 13:1: “Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.” Cuando nosotros llegamos a ser discípulos de Jesús, Él demuestra su gran amor para con nosotros de tal manera que no lo podemos explicar, al mismo tiempo Él pone el amor de Dios en nuestros corazones, nosotros por lo consiguiente le amaremos a Él al igual que Él nos ama a nosotros. También nos amaremos los unos a los otros como Él nos ama, amaremos a los que no son seguidores de Cristo al igual que Él los ama. Ese amor que es puesto en nuestras vidas a través del discipulado nos traerá sumo gozo. Existe una gran meta en el discipulado, el maestro hace sus diseños para que los discípulos actúen y sean como él, entonces la meta del discípulo es creer la verdad y vivir la vida de Dios en este mundo. El gran propósito de Dios en salvarnos es para que seamos conformados a la imagen de su hijo, Él nos diseñó para que fuéramos como Jesús. Jesús dijo en Lucas 6:40: “Todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro.” Otra vez dijo en Mateo 10:25: “Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor.” Esto es lo que Dios está haciendo en nosotros conforme a 2 Corintios 3:18: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” El ser como Cristo Jesús es el deseo sincero de cada discípulo, la entrega al Señor, la relación con el Señor, el compartir el amor del Señor, y el llegar a ser más y más como el Señor es lo que produce la bendita cosecha del fruto espiritual en nuestras vidas. Jesús dijo en Juan 15:16: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, en esto es glorificado mi padre en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos.” Esto es un gran privilegio, el llevar fruto para la honra y gloria de Dios. El discipulado significa una entrega total, en vista de esto te pregunto ¿Eres tú un discípulo de Jesús? Oremos. Padre, ayúdanos cada día a ser más y más como nuestro Señor Jesús. Ayúdanos a abundar en tu gracia para la honra y gloria tuya, ayúdanos a entregarnos completamente al hacer tu voluntad en nuestras vidas. En el nombre de Cristo Jesús te lo suplicamos. Amén.
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