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Tu Nombre Es Digno
Tu Nombre Es Digno - Parte 2
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:32 Minutes
Listens:
22
Aired on Dic 08, 2020

Escritura

2 Tesalonicenses 1:10; Salmos 103:12; 2 Pedro 1:4; 1 Corintios 1:2; Efesios 5:3; Mateo 27:52-53; 1 Tesalonicenses 3:13

cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros). 2 Tesalonicenses 1:10 Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Salmos 103:12 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. 2 Pedro 1:4 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. 1 Corintios 1:2

Como hijo de Dios, has recibido un nombre digno por el cual eres llamado por Dios, y a veces también por los hombres. Este nombre te fue dado por Dios mismo y, está grabado en las sagradas escrituras. Ya hemos estudiado que el hijo de Dios es un creyente por convicción. Él es llamado por ese nombre muchas veces en el Nuevo Testamento, pero ese nombre no involucra todas nuestras riquezas como herederos en Cristo Jesús.   El hijo de Dios no es solamente un creyente por convicción, sino que también es un Santo por carácter. No deseo que te retires a causa de que yo haya usado esa declaración. El hijo de Dios es un Santo de Dios, uno de los santificados en Cristo Jesús.   Permítame explicar más a fondo en este asunto, existe un gran mal entendimiento con el término “Santo”; en primer lugar, algunas personas creen que un “Santo” es alguien quien vivió muchos años atrás y tuvo una vida de excepcional santidad. En segundo lugar, algunos creen que uno se hace “Santo” por medio de gran disciplina sobre los deseos carnales, y a través de la cultivación de santidad por medio de la diligencia personal. En tercer lugar, algunos piensan que un “Santo” es alguien quien está muerto y que nadie puede lograr la santidad mientras que está vivo. Ese no es un buen entendimiento del término que usa el Nuevo Testamento.   El término “Santo” en el Nuevo Testamento significa: “un santificado”. Es un término que la Biblia usa para referirse a aquellas personas quienes han depositado su Fe personal en la persona de Cristo Jesús como único y suficiente salvador. 2 Tesalonicenses 1:10 nos dice: “Cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos, y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).” El término “Santo” se refiere a aquellas personas quienes han creído.   El ser creyente en Cristo Jesús te hace ser un santo de Dios, pero ¿Cómo es posible esto?, ¿Qué es lo que hace que una persona arrepentida, y quien confía en Cristo sea un Santo de Dios? La respuesta de esa pregunta está relacionada al ministerio del Espíritu Santo al momento de la conversión.   ¿Qué es lo que sucede cuando un pecador viene a Cristo para reconocerle como su salvador? Varias cosas acontecen. En primer lugar, todos sus pecados son lavados, perdonados y quitados de modo que Él no se acuerda de ellos. El pecador ya no tiene que preocuparse por la culpabilidad que uno puede sentir por sus pecados pasados, porque Dios nos promete lo siguiente en Salmos 103:12 “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.” Pero aún hay más. En segundo lugar, el pecador recibe en esos momentos la misma naturaleza de Dios mismo. 2 Pedro 1:4 dice: “Por medio de las cuales no ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegases a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.” Notemos que, en la conversión cristiana, el creyente en Jesús recibe una naturaleza divina, eso significa que la naturaleza de Dios mismo es recibido por el creyente en ese momento. En tercer lugar, desde ese entonces, el creyente vive la vida de Dios. El cristiano puede explicar su nueva manera de vivir con estas palabras: “Cristo vive en mí”. Y eso es lo que la Biblia nos enseña, el Señor Jesucristo vive en tu corazón por medio de la Fe. Cristo hace morar en ti por medio del Espíritu Santo, esa verdad es para cada creyente en Cristo Jesús y no solamente para unos cuantos Santos.   El cristiano es un Santo a causa de lo que recibió al momento de su conversión. Él no vive una vida de santidad para poder llegar a ser Santo, Él vive una vida de santidad porque Él ya es Santo, por lo consiguiente cada creyente es un santo de Dios.   El ser Santo no es señal de superioridad, observemos un ejemplo Bíblico. Los cristianos de la congregación de Corinto eran llamados Santos en 1 Corintios 1:2, sin embargo, esa congregación estaba lejos de ser maduro espiritualmente, los miembros estaban peleando entre ellos por quien era el predicador favorito, se estaban denunciando los unos a los otros delante de los jueces paganos conforme a leyes paganas. Había gran inmoralidad en la iglesia, las familias tenían problemas, ellos estaban abusando y negando las doctrinas cristianas y los dones que Dios les había dado por medio del Espíritu Santo, y, sin embargo, fueron llamados “Santos” por el Apóstol inspirado.   Existe un curso de conducta que es apropiado por aquellos quienes son Santos de Dios. Efesios 5:3 nos dice: “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a Santos.” Hay muchas cosas que los Santos no deben permitir en sus vidas, no es por medio de limpiar su conducta que ellos llegan a ser Santos. Sino que es porque son Santos que no deberían permitir que tales cosas penetren en las vidas de ellos. Ellos deben mantenerse puros, no para ser Santos, sino porque ya son Santos. Lo que quiero decir es que el carácter viene antes de la conducta, uno tiene que ser antes de que pueda hacer. Él se conduce a la luz de lo que Él es, uno que es Santo se conduce en santidad.   ¿Cómo es usado el término Santo en la Biblia? En primer lugar, casi nunca es usado en tiempo singular, sino en el plural. En segundo lugar, el término Santo nunca es usado como parte del nombre de uno, nosotros decimos: San Juan, San Pedro, etc. Inclusive el primer libro del Nuevo Testamento en su Biblia dice así: “el Santo Evangelio según San Mateo”, pero ese título no es parte de la inspirada palabra de Dios, ese título fue dado por los hombres y no por Dios. En ninguna parte de la escritura encontramos el nombre de una persona con la palabra “San” adelante, entonces no debo acercarme a un creyente para llamarle San fulano de tal. En tercer lugar, el término “Santo” no es usualmente aplicado a personas después de que hayan muerto. En Mateo 27:52-53 leemos lo siguiente “y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de Santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.” En estas palabras encontramos que se menciona el término “Santo” después de que algunos habían muerto. También en 1 Tesalonicenses 3:13 encontramos otro versículo que nos relata el hecho de Santos que han muerto pero que regresan con el señor Jesús a la tierra, dice: “para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus Santos.” Pero más allá de estos dos pasajes, casi ninguno habla de un Santo después de que haya muerto, lo importante de esto es que uno es Santo mientras que está aquí en la tierra y no por causa de algo que sucedió en la tierra o en el cielo después de que uno haya muerto. En cuarto lugar, el término “Santo” se refiere a creyentes en el tiempo presente, cuando hablamos de un cristiano en ser un creyente, estamos hablando del tiempo de su convicción. Cuando hablamos de ser “Santo”, estamos refiriéndonos a su carácter del creyente. Cuando le llamamos cristiano, nos estamos refiriendo a su semejanza con Cristo.   Es precioso el nombre por el cual somos llamados, no debes retroceder cuando oyes mencionar el término “Santo”, ese nombre es aplicado a ti, y a todas las demás personas quienes han recibido al señor Jesús como único y suficiente salvador. No es para jactarte de superior santidad, es un testimonio de la misericordia de Dios y de cómo Él puede tomar a un pecador y darle su divina naturaleza.   Oremos. “Padre, nos regocijamos por el nombre que nos has dado. Ayúdanos a vivir de acuerdo al carácter divino que está en nosotros, lo pedimos para que tu nombre sea ensalzado. Te lo pedimos en nombre de Cristo”. Amén.

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