Pero en cuanto a ti, enseña lo que está de acuerdo con la sana doctrina

Aunque antes ya he hablado sobre el divorcio, esta pregunta tiene un matiz diferente, por eso voy a responderla. Estoy seguro que van a ver personas e instituciones que no estarán de acuerdo con esta disertación, pero, como dicen: “no hay que matar al mensajero”. En la Biblia no encontramos ningún verso que especifique que un cristiano que se divorcia no puede ejercer el pastorado. Hay interpretaciones de algún pasaje de la Biblia, pero, no se debe hacer una doctrina de una interpretación, la doctrina tiene que tener respaldo de toda la Biblia. Por eso Pablo le decía a Timoteo, solo enseña la verdad, la Biblia dice: “Pero en cuanto a ti, enseña lo que está de acuerdo con la sana doctrina” Dios permitió el divorcio en casos muy específicos, lo que quiere decir que, si se da un divorcio con las causales bíblicas sustentadas, la persona queda exenta de todo pecado y de sus consecuencias. La pregunta sería, ¿si Dios lo permitió, porque el hombre no lo permite? Se tiene que entender que ningún cristiano vive con la idea de divorciarse, tampoco lo desea, y menos lo busca, si no, que se dan una serie de circunstancias antes de que se concrete un divorcio entre personas cristianas. Lo importante es que el divorcio no cause ningún alejamiento en la vida espiritual de los involucrados, la Biblia dice: “…esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”. Vemos el caso de pastor Charles Stanley, el cual se divorció en el año 2000 y continúo ejerciendo su pastorado hasta su muerte, seguramente su Iglesia evaluó el caso, y concluyó su permanencia en el pastorado, aun, cuando su esposa, la hermana Anna, denuncio al pastor Stanley como un esposo descuidado y aun escribió un libro sobre los motivos de su divorcio. Sé que habrá personas que no tendrán ningún problema en seguir llamando pastor a Charles Stanley. Pero, lo que sorprende es que dejarán de llamar pastor a cualquier otro líder que se haya divorciado y que ellos no aprecian, no les importará que la Biblia diga: “Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas…” sus preferencias estarán por encima del verso. ¿Qué es más maligno y despreciable? Llamar pastor a una persona divorciada, o llamarle pastor a un predicador de la prosperidad, que todo lo que han hecho en su vida no es más que sacar el dinero de sus seguidores con mentiras. Lo digo porque muchos lideres fundamentales no tienen reparo en llamarle pastor a estos lideres. Mejor dicho, para algunos, un ladrón y aprovechador es más respetado que un pastor divorciado que cuida su testimonio después de su fracaso familiar. También, tenemos el caso del pastor Armando Alducín, un siervo muy conocido y respetado en el mundo cristiano, su esposa lo abandono para casarse con otro, y él, al final, también encontró la bendición de otra persona y se volvió a casar y hasta hoy, lo ayuda en la obra. Ningún puritano le ha dejado de llamar pastor al hermano Alducín, porque el legalista en el fondo nunca defiende la ley, defiende sus intereses y esta esclavizado a sus prejuicios. Una verdad absoluta es: Las interpretaciones de la ley hechas por los hombres, no valen, lo que vale es la verdad de Dios. La Biblia dice: “Porque más me deleito en la lealtad que en el sacrificio, y más en el conocimiento de Dios que en los holocaustos”. Hace tiempo vi como unos pastores de iglesias fundamentales, rendían pleitesía a un líder de una iglesia que predica que la salvación se pierde, fueron invitados con todos los gastos pagados a la conferencia de ese líder. A eso yo le llamaría vender la verdad de Dios, en el mundo a ese acto, se le llamaría con otro nombre. Concluimos entonces, que cualquier creyente que fue obligado por las circunstancias a divorciarse, puede casarse nuevamente, eso lo dice el libro de Mateo, y lo asegura el libro de 1 Corintios, y por supuesto, puede pastorear. Por último, mi hermano, no debe preocuparse tanto si un cristiano divorciado debe ser pastor o no, en el mundo cristiano hay situaciones muchas más difíciles que requieren su atención y oración. ¡¡QUE DIOS ME LOS BENDIGA!!