Rom 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; Rom 5:2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

Con mucha frecuencia escuchamos la palabra gracias. Pero la gracia de Dios es algo totalmente distinto a un agradecimiento, a un contentamiento o aun placer temporal.   La gracia es un don de Dios. Derramada en nosotros, para salvación, misma que no merecemos y ni la podemos ganar. El ser humano no puede hacer nada, siempre es insuficiente e inefectivo la labor humana para alcanzar la salvación.   Pero Dios en su bondad, en su amor, nos dio a su único hijo en sacrificio, para morir en nuestro lugar por nuestros pecados, para recibir perdón y salación. Para ser reconciliados y poder tener así comunión con Dios.   La gracia de Dios nos recuerda que estuvimos espiritualmente muertos, viviendo en nuestros delitos y pecados, pero ahora por la fe en Cristo Jesús, nuestro salvador, se nos dio una nueva oportunidad, para andar en una nueva vida y vivir en comunión con Dios.   Solo por El y en El (Jesucristo), somos justos ante el Padre celestial y gozamos de las bendiciones de la gracia de Dios en Cristo Jesús.   La gracia de Dios nos coloca en un lugar privilegiado ante El, pero recuerde, no es porque nosotros lo hayamos logrado, sino porque Jesucristo nos hizo participes, nos colocó en esa posición.   ¿Deseas tener experimentar la gracia de Dios en tu vida?