33 Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? 34 Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor. 35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. 36 Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: 37 El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió.

¡Fue increíble!! ¡Ella estuvo increíble! ¡Ella me mostró tantas cosas y me enseñó todo el tiempo que estaba haciendo la cirugía! ¡Fue el mejor día de mi vida! ” Decir que los estudiante universitario estaba emocionado por seguir la Doctora Devi  Gopinath Nair es una subestimación. Esto pasó hace varios años y llamó tan pronto como se subió al carro. Estaba tan impresionado por su voluntad de ir más allá y más allá. Ella simplemente podría haberle permitido observar desde la esquina e ir a su trabajo. Ella podría haberlo ignorado. Ella podría haber tenido la actitud de "tiene suerte de estar aquí conmigo porque soy un médico increíble y esta es una oportunidad única en la vida...Pero ella no lo hizo. El hecho es que esta doctora podría ser así si quisiera. Podría ser jactanciosa y orgullosa porque ha trabajado duro, merece honor y respeto, y es una médico increíblemente talentosa. Pero en vez de eso, ella es una de las médicos más dispuestas a involucrarse y enseñar a los estudiantes. Ella toma de su valioso tiempo y se vierte en ellos para alimentar ese deseo de aprender y tener éxito. ¡Los estudiantes salen de estar con ella sintiéndose más motivados y entusiasmados por la medicina que nunca! Su humilde actitud y deseo de servir son evidentes. Ella es un ejemplo increíble para los estudiantes y para otros médicos. Marcos 9:33-37 33 Y llegó a Capernaum;  y cuando estuvo en casa,  les preguntó:  ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? 34 Mas ellos callaron;  porque en el camino habían disputado entre sí,  quién había de ser el mayor. 35 Entonces él se sentó y llamó a los doce,  y les dijo:  Si alguno quiere ser el primero,  será el postrero de todos,  y el servidor de todos. 36 Y tomó a un niño,  y lo puso en medio de ellos;  y tomándole en sus brazos,  les dijo: 37 El que reciba en mi nombre a un niño como este,  me recibe a mí;  y el que a mí me recibe,  no me recibe a mí sino al que me envió. A primera vista, esto parecen dos lecciones separadas. Uno es un reproche y el otro sobre amar a los niños. Sin embargo, manteniéndose fiel a su método de enseñanza, Jesús utiliza esta instancia con los niños para mostrarnos lo que estaba discutiendo con los discípulos. Las últimas lecciones que Él ha estado enseñando a los discípulos han sido sobre orgullo. Y sigue. ¿Por qué iba a pasar tanto tiempo en esto? Porque es un problema con el que tratarían mucho, especialmente en su cultura. ¿Qué ejemplos religiosos tenían los discípulos? Los fariseos. Hemos aprendido mucho sobre ellos y sus esfuerzos por ganar poder, prestigio y dinero a través de la religión. Aquí vemos a los discípulos, una vez más, volviendo a sus raíces. Estaban discutiendo acerca de quién sería el primero, quién sería el mejor, quién sería el mejor de ellos. Su orgullo hizo que esto se convirtiera en una competencia, estaban tan cerca de Jesús, que no hay ninguna duda que todos serían importantes, pero ¿quién sería el primero? Jesús sabía lo que estaban discutiendo, pero Él les pregunta de todos modos. ¿No es como lo hace un padre también? Ellos ya lo saben, pero luego viene la pregunta, “¿Qué hiciste? ” o “¿Qué pasó hoy en la escuela? ” o "¿Dónde estuviste esta noche? ” Él lo sabe. Jesús, No quieren decirles. Están avergonzados porque saben que está mal. Sabían que la actitud y el tipo de charla no eran correctos. Así que se quedaron quietos. Si quieres ser el primero, debes ser el último de todos, y un humilde servidor. Entonces,  Jesús da un paso más allá y les demuestra esto. Niños, No tienen nada que ofrecer. No tienen posición, ni poder, ni dinero. En esta cultura se les considera menos. ¿Qué ganaría perder el tiempo con un niño? ¿Cómo tratarían los discípulos a los demás? ¿Cómo serían para los nuevos creyentes? ¿Los recibirían con los brazos abiertos, listos para enseñar y guiarlos? ¿O pensarían demasiado de sí mismos? ¿Dirían que eso está por debajo de ellos? Todo aquel que reciba a un niño como este, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino al que me envió. El orgullo puede destruir nuestras vidas si se lo permitimos. Puede arruinar nuestras relaciones, nuestra unidad y nuestro testimonio. La humildad no muestra debilidad, demuestra amor y liderazgo verdadero. Esto es lo que significa ser un verdadero discípulo. Debemos darnos cuenta de que lo que hemos ganado en Jesús no nos coloca en un pedestal. Debemos usar lo que sabemos para instruir y guiar a otros. Entonces veremos un cuerpo emocionado, motivado y unificado de creyentes. Hay muchas personas que necesitan que te acerques a ellos, ¿lo harás? ¿Les mostrarás el camino? ¿Les enseñaras como seguir al Maestro?