(Centro De Vida)
Escritura
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:8-10 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Romanos 5:1 y 2
En nuestro estudio pasado te hablé de Efesios 2:8-10, hoy quiero que mires otro de mis pasajes favoritos, es Romanos 5:1 y 2. Me gusta porque habla de las bendiciones que viene de Dios cuando el cristiano ejerce su fe, busca la cita en tu Biblia y lea conmigo. Romano 5:1 y 2, leamos: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. En esos dos versículos yo he encontrado mención de cinco bendiciones que vienen sobre el cristiano al ejercer su fe personal en Dios por medio de Cristo Jesús, estas cinco bendiciones son las de: justificación, paz, acceso, firmeza y gozo. Observemos esas cinco bendiciones más a fondo, al estudiar estas bendiciones podemos adorar a Jesús quien nos la ha traído por su gracia. Observemos en primer lugar que justificación viene por nuestra fe, las primeras palabras del versículo 1 de nuestro texto nos dice: “Justificados, pues, por la fe”, la justificación es una doctrina bíblica de gran bendición, justificar quiere decir declarar justo. El hombre se desligó de Dios, es pecador, pero cuando uno recibe a Cristo como su Salvador, Dios le declara justo, es como si la persona nunca hubiera cometido pecado. La forma gramatical de la justificación en la Biblia nos indica un acto de una vez y para siempre, cuando Dios nos justifica por la fe ese acto no tiene que ser repetido, cuando somos justificados somos justificados para siempre. El acto es válido para toda la eternidad, debes comprender que justificación no es un cambio de sentir, es un cambio de relación, es algo que Dios hace por nosotros. Su perdón es la cancelación de pecados pasados, justificación es el reconocimiento de una relación presente, la justificación de Dios en Cristo Jesús nos cubre el pasado y nos garantiza el futuro. Llegar a ser justificado es como si uno nunca hubiera cometido pecado, Dios hace una restauración al justificado y le da el derecho de ser su hijo, la única cosa que trae a término este proceso es nuestra fe personal en Cristo Jesús. Paz es otra cosa que viene por medio de nuestra fe, leamos nuevamente el versículo 1: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”, estudiemos un poco acerca de esta paz con Dios del que nos habla el versículo, digo esto porque esta paz va más allá de una tranquilidad de conciencia, esta paz es un estado de bendición. De hecho, esta paz es la suma total de todas las bendiciones y beneficios que vienen con la justificación. Paz no significa que dejamos de ser hostiles hacia Dios, más bien significa que la ira de Dios ya no es exhibida en nuestra contra debido a nuestros pecados. Romanos 1:18 nos amonesta que “la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad” pero cuando ha sido quitado el pecado la ira también es quitada y no hay pecado en la persona que ha sido justificada por Dios. El señor Griffith Thomas dijo: “Cuando somos justificados por la fe tenemos paz, paz de conciencia en la misericordia de Dios, paz de corazón en el amor de Dios, paz de mente en la verdad de Dios y paz del alma en la presencia de Dios”. Esta paz es la paz de que nos habla Jesús en Juan 14:27, Jesús dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. La paz de Dios fluye en el corazón del creyente porque la paz con Dios ha sido establecida por medio del perdón de pecados, por gracia por medio de la fe. Tenemos acceso a Dios por medio de la fe, Romanos 5:2 nos habla de Jesús diciendo que: “Él es aquel por quien tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. Acceso es una palabra excepcional, acceso nos sugiere la idea de una entrada, pero es más que eso, pues lleva en sí el elemento de la introducción a la presencia personal de Dios. Sí, nosotros tenemos por medio de nuestra fe personal en la persona de Cristo Jesús el derecho de presentarnos directamente a la presencia personal del Dios Padre. ¿Qué te parece? ¿No te gustaría tener este derecho o privilegio? Pues, si has recibido a Jesús lo tienes, eso es lo que significa la palabra acceso o en el caso de nuestro versículo la palabra entrada. Jesucristo nos presenta a Dios y somos bienvenidos a su presencia debido a lo que tenemos por medio de la gracia, de hecho, esto es lo que convierte al trono de Dios en el trono de gracia donde obtenemos su misericordia en tiempo de necesidad, según Hebreos 4:16. Es más que una simple audiencia con Dios, si es que una audiencia con Dios pudiera ser simple. Es el derecho de ir a Él a la hora que sea para presentarnos como sus hijos, cuando Jesús murió en la cruz el velo del templo se rasgó en dos y el acceso a Dios fue indicado, fue abierto el camino para presentarnos directamente a Dios. En cuarto lugar, tenemos firmeza debido a nuestra fe, el versículo 2 en parte nos dice: “Por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes”. El término firme nos indica un privilegio de mucha bendición. En el griego este verbo indica que tenemos firmeza, un establecimiento inmóvil que es inmóvil por la eternidad. Mi amigo, cuando Dios hace las cosas las hace bien, no hay nada de “tal vez sí, tal vez no” y esta firmeza no viene de nosotros viene de Dios, es una firmeza permanente. De hecho, esta firmeza es nuestro derecho de estar en el reino de la gracia, estamos firmemente parados, es Dios quien nos ha puesto ahí, Él nos ha establecido permanentemente y esto se realizó el día que nosotros ejercimos nuestra fe en Dios por medio de recibir a Cristo en nuestro corazón. En último lugar hay un gozo que viene por medio de la fe, versículo 2 dice: “Estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. La palabra gloriamos indica una alegría que hace a uno gritar en triunfo, es el grito de la victoria, es el grito de seguridad, es el grito que solo un verdadero cristiano puede expresar. El creyente puede dar este grito debido al hecho de que sido victoriosamente librado de condenación, es salvo en Jesús y tiene la victoria por la eternidad. Victoria en seguridad, paz, comunión en acceso al trono de Dios en una firmeza de gracia y en la esperanza de la gloria de Dios. Esta victoria haría feliz a cualquier persona y nosotros los creyentes en Cristo nos gloriamos en esta victoria. Nos gloriamos porque ya sabemos los resultados del futuro, de hecho, es difícil retener el gozo en vista de todas las bendiciones que le esperan a aquellos quienes han puesto su confianza en la persona de Cristo Jesús. Nuevamente pensemos en las cinco bendiciones que vienen por la fe en Cristo: justificación delante de Dios, paz con Dios, acceso a Dios, firmeza en Dios, gozo y alegría en Dios. ¿Sabes qué? Siento que la fe ha asegurado para el creyente todas las bendiciones espirituales que pueden existir, todas provistas por Dios cuando aceptamos a Jesús por medio de la fe. Amigo, si tú no has ejercido fe en la persona de Jesús, ¿Por qué no lo haces en este momento? Quita toda tu confianza de cualquier otra cosa o de cualquier otra persona, pide a Dios que te perdone de todos tus pecados y pon toda tu confianza en la persona de Cristo Jesús, pídele que entre en tu corazón para ser tu Salvador, si lo haces creyendo que te perdonará y creyendo que entrará para salvarte entonces habrás ejercido tu fe y te prometo que Él entrará en tu corazón y tendrás vida eterna en este mismo instante. ¿Quieres aceptar a Jesús? Repite lo que digo con fe, creyendo con todo tu ser que Dios te perdonará y te salvará. Vamos a orar. Repite, Señor Jesús yo sé que soy pecador, pero en este momento yo me arrepiento de todos mis pecados. Sé que tú moriste por mí en la cruz del Calvario, por mis pecados te pido que entres a mi corazón. Yo renuncio a todas las demás cosas y personas y pongo mi fe únicamente en ti, te acepto como mi Salvador personal, gracias por entrar en mi corazón y por darme vida eterna. Amén.
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