Copyright 2016-2019 Lifeword
Una Vida De Santidad - Parte II
Romanos 6: 17-18
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Dic 01, 2021
Nov 28, 2021
Duración:
00:14:33 Minutes
Vistas:
224

Escritura

2 Corintios 5:17; Romanos 6:17 y 18.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Romanos 6:17 y 18

La fe en Cristo Jesús como Señor y Salvador produce un cambio alarmante en aquel quien ha recibido la verdad, 2 Corintios 5:17 lo describe de esta manera “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Romanos 6:17 y 18 discuten ese cambio que hay cuando uno se entrega a Cristo, nuestro texto de hoy dice: “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia”. Este pasaje observa el cambio de la conversación desde cuatro puntos de vista. En primer lugar, habla de lo que uno era antes de cambiar: “erais esclavos del pecado”; en segundo lugar, nos dice como sucedió el cambio: “habéis obedecido de corazón”; en tercer lugar, nos dice lo que causo el cambio: “habéis obedecido a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados” y en cuarto lugar, nos dice que somos debido a la consecuencia del cambio: “libertados del pecado vinisteis a ser siervos de la justicia”. Examinemos detalladamente estos cuatro puntos, ellos mostrarán al pecador cómo Dios puede librarle por medio de Jesucristo si tan solo se arrepiente y deposita su fe en Él y también traerá animo al corazón de nosotros los que ya habremos entregado nuestras vidas a Jesús. El texto comienza con las palabras, pero gracias a Dios, Pablo nos está diciendo que la liberación del pecador, de su vana manera de vivir y el hecho de que es adoptado a la familia de Dios al recibir a Jesús como Salvador es motivo de alabar a Dios y yo me uno con Pablo para decirle a Dios: Gracias, gracias, gracias y me regocijo en gran manera cada vez que otro pecador como yo se entrega a Jesucristo y es librado del pecado. Jesús dice en Lucas 15:7 y 10 que “Hay gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente y que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente”. Dios se regocija, los ángeles se regocijan y los santos en los cielos se regocijan conmigo cuando una persona se arrepiente para aceptar a Jesús como su único y suficiente Salvador ¡Gracias a Dios! Pero antes de este cambio éramos esclavos del pecado, esta es una triste declaración, éramos esclavos al pecado antes de recibir a Jesús, triste era nuestra situación. Jesús dice en Juan 8:34 “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado”. Eso significa que el que comete pecado llega a ser esclavo del pecado. Entendemos bien cómo el drogadicto es esclavo de su mal hábito, podemos ver cómo el perverso sexual es esclavo a su perversidad, podemos ver cómo el borracho es esclavo a su bebida intoxicante, pero Jesús va más allá, Jesús dice que todo aquel que hace pecado es esclavo del pecado. No hay que ser asesino para ser esclavo del pecado, no hay que ser una persona vil y malvada, sino estamos confiando en Cristo como nuestro Salvador somos esclavos del pecado. Un esclavo del pecado encontrará que le es imposible librarse del pecado por mucho esfuerzo que haga para cambiar no podrá, no puede librarse a sí mismo, siempre será esclavo bajo sus propios esfuerzos, solo Jesucristo puede librar a uno de la esclavitud del pecado. Jesús dijo en Juan 8:32 “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. El apóstol Pablo explica la conversión cristiana en Romanos 8:2, él dice: “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”. 2 Corintios 3:17 dice: “Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”. Jesús concluye en Juan 8:36 diciendo: “Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Podemos ser libres por medio de fe personal en Cristo Jesús, pero hasta confiar en el uno será esclavo del pecado. El cambio se lleva a efecto cuando uno obedece de corazón, el obedecer de corazón indica que uno responde al llamado de Dios para la salvación, uno tiene que obedecer con todo su corazón el mensaje del evangelio si es que uno desea escapar de la esclavitud del pecado. El corazón se refiere a nuestra mente, emociones y voluntad. Uno obedece de corazón al evangelio cuando hace lo siguiente: en primer lugar, uno debe comprender la enseñanza del evangelio en su mente; en segundo lugar, uno debe sentir tristeza por todo el mal que ha cometido de manera que el amor del pecado muere en sus emociones y, en tercer lugar, uno debe ir a Dios en acto de su propia voluntad recibiendo a Cristo Jesús como Salvador y sometiéndose a su señorío, así es cómo se obedece de corazón al evangelio. El por qué uno cambia es fácil de explicar, es por la forma de doctrina que ha sido entregada, esa forma de doctrina es el evangelio cristiano, la salvación no viene por medio de una doctrina religiosa, viene por medio de la doctrina cristiana, la verdad presentada en el evangelio y, ¿qué es el evangelio? El evangelio es la buena noticia de que Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó de la muerte para ser nuestro Salvador. Romanos 5:10 nos dice: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”. La muerte y resurrección de Cristo es nuestra esperanza, nuestra única esperanza, de hecho, la muerte y resurrección de Cristo es la única esperanza del mundo entero. Hay muchos sistemas religiosos en el mundo hoy día, cada religión tiene sus propias doctrinas, pero la salvación esta únicamente en la persona de Cristo Jesús. Hechos 4:12 dice: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Jesús nos dice en Juan 14:6 “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. No importa donde estés, quien eres ni lo que has hecho, tú puedes llegar a ser una persona nueva hoy por medio de fe personal en Cristo Jesús, si crees de todo corazón se hará realidad. Es así como uno se convierte en siervo de justicia, el texto dice: “Y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de justicia”. Dos grandes bendiciones vienen a nuestras vidas cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador. En primer lugar, somos librados el pecado, ya no tenemos que cargar la culpabilidad de nuestros pecados, ya no tenemos que someternos a su control, ya no estamos bajo el juicio de Dios sobre el pecado, llegamos a ser tan libres del pecado como que si nunca hubiéramos cometido pecado y eso es lo que significa ser perdonado. En segundo lugar, llegamos a ser siervos de justicia, Dios nos permite vivir una vida santa y sin mancha, ya no tenemos que avergonzarnos de nuestra conducta, ya no estamos esclavizados a malos hábitos, pensamientos y deseos que nos depravan, ya no somos pecadores, ahora somos los santos de Dios. Por medio de la verdad revelada en Cristo Jesús somos libres y si Él nos ha librado somos verdaderamente libres para siempre. Vamos a orar. Padre, al llegar al final de este estudio nos encontramos en una actitud de adoración, gracias por lo que has hecho por nosotros en Cristo Jesús. Padre, nuestro deseo es servir siempre entregados al liderazgo de tu Santo Espíritu de manera que podemos traer honra y gloria a tu precioso nombre, lo deseamos en el nombre de Jesús. Amén.

Otros archivos en esta serie