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Una Vida De Santidad – Parte I
Romanos 6: 2-4
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Nov 24, 2021
Nov 22, 2021
Duración:
00:14:33 Minutes
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14

Escritura

Romanos 6:2-4; Gálatas 6:14

En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Romanos 6:2-4 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Gálatas 6:14

Romanos 6:2-4 dice: “En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aun en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”. Este texto nos enseña una verdad espiritual, la unión con Cristo Jesús es muerte al pecado, en nuestro último estudio vimos lo que significa ser cristiano, es más que estar de acuerdo con las enseñanzas cristianas, vivir por alguna ética cristiana, unirse a una iglesia evangélica o llamarse uno cristiano, el ser cristiano es estar en Cristo, significa tener una relación con Dios en Cristo Jesús por medio del cual uno recibe la misma naturaleza de Dios mismo para vivir el tipo de vida que se vive en la eternidad, el Espíritu Santo de Dios pone al creyente en Cristo, en el preciso momento en que uno se arrepiente y acepta a Jesús como Salvador. El cristiano está muerto al pecado porque ha sido perdonado de todos sus pecados, pecados pasados, presentes y futuros, algún día será librado de la presencia de todo pecado. Todo esto se logra y llega a ser una realidad en el momento en que uno nace de nuevo por el Espíritu de Dios, nuestra muerte al pecado es un hecho en Cristo Jesús, una realidad espiritual del presente. El versículo 2 de nuestro texto nos recuerda que “hemos muerto al pecado”, el versículo 3 nos recuerda que “fuimos bautizados en su muerte”, el versículo 4 nos señala que “somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo”, el versículo 6 nos explica que “nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él para que el cuerpo del pecado sea destruido”, el versículo 7 concluye que “el que ha muerto ha sido justificado del pecado”, el versículo 8 nos relata que “hemos muerto con Cristo”, el versículo 11 nos amonesta que debemos “considerarnos muertos al pecado pero vivos para Dios en Cristo Jesús Señor Nuestro”. ¿Cuántas veces tiene que decir algo Dios para que sea verdad? Yo digo que una vez es suficiente. Sin embargo, en los 11 versículos que hemos leído, Dios menciona 7 veces que los que confían en Jesús están muertos al pecado, ¿por qué repite Dios esta verdad? Porque Él sabe que es tan difícil para nosotros creer o aceptar esta verdad, entonces lo repite una y otra vez para ayudarnos en creer. La verdad de estar muertos al pecado y una nueva vida de Jesucristo es el corazón de la religión cristiana, Gálatas 6:14 nos dice: “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo”. Me duele saber de cristianos que se refieren a pecados diarios en sus vidas, me duele saber de cristianos quienes tienen un sentir de culpabilidad porque dicen no tener fuerzas para rechazar al pecado que se acerca a ellos diariamente, están mintiendo. Romanos 6:7 dice: “El que ha muerto, ha sido justificado del pecado”, el cristiano no tiene que seguir viviendo en el pecado, de hecho, el cristiano no debe continuar en el pecado. El cristiano es una “nueva criatura en Cristo Jesús” según 2 Corintios 5:17 y “las cosas viejas ya pasaron y he aquí todas son hechas nuevas”. Tres veces en nuestro texto se menciona la relación entre nuestro morir al pecado y nuestro bautismo en Cristo Jesús, el versículo 3 dice: “Los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte”, el versículo 4 dice: “Somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo”, y el versículo 5 dice: “Fuimos plantados juntamente con Él en la semejanza de su muerte”. ¿Cuál es este bautismo por medio del cual somos puestos en Jesucristo? Nos es explicado el asunto en 1 Corintios 12:13 dice: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber un mismo Espíritu”. Esto aclara el asunto demostrando que el bautismo que nos pone en Cristo es el efectuado por un mismo espíritu, el Espíritu Santo de Dios, no es el bautismo en agua efectuado por la agencia de un ser humano, es la obra del Espíritu de Dios la que nos pone en Cristo, el ser bautizado con el Espíritu Santo en Cristo es nacer del Espíritu, esa es una expresión que describe la experiencia de conversión cuando uno llega a ser un hijo de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús. Gálatas 3:26-27 dice: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos”, el tener fe en Jesús es igualado a ser bautizado en Cristo Jesús. Cuando uno se arrepiente de sus pecados y pone su fe en Jesucristo como su Salvador, el Espíritu Santo hace un cambio milagroso en uno, hace que uno sea hijo de Dios, le libra del pecado y hace su residencia permanente en el espíritu humano del individuo, la Biblia lo llama nacer de nuevo o ser bautizado en Cristo por el Espíritu, si uno ha sido salvado ha sido bautizado en el Espíritu de Dios, es el ministerio bautismal del Espíritu Santo lo que hace que uno esté en Cristo y le preserva como un hijo amado de Dios. Nuestro cuerpo físico llega a ser miembro del cuerpo de Cristo cuando somos unidos a Él por medio de haberle recibido como nuestro Salvador. 1 Corintios 6:15 nos dice: “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?”. No cabe en nuestra mente que un miembro de Jesucristo cometa pecado, por eso es que Romanos 6:7 nos enseña que “el que ha muerto, ha sido justificado del pecado”. Debemos creerlo y podemos regocijarnos en la victoria que Dios nos ha dado sobre el pecado. La persona que confía en Jesucristo tiene la vida de Cristo viviendo en su cuerpo mortal desde el momento en que recibió a Jesús en su corazón hasta la eternidad, por eso es que Él puede decir las palabras de Gálatas 2:20 “vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe al Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. La vida cristiana no es la vida vieja con mejoras, es vida nueva, al recibir a Cristo yo entregué mi vida vieja que era una esclava del pecado por una nueva vida, libre de pecado, yo morí a mi vieja vida de pecado y resucité a una nueva vida espiritual que es la misma vida de Dios en mí y lo que es verdad para mí, lo es para todos aquellos quienes han recibido a Jesús en sus corazones, nosotros hemos muerto a los rudimentos de este mundo, ya no tenemos nada que ver con el pecado, es una contradicción a nuestra naturaleza y profesión el que un cristiano viva una vida manchada con pecado. Romanos 8:12-13 dice: “Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”. Si somos creyentes, estamos en Cristo, nuestra unión con Cristo hace que una vida pecaminosa sea una imposibilidad moral para nosotros, hemos muerto al pecado y somos vivificados a justicia en Cristo Jesús, por lo consiguiente debemos ser lo que hemos llegado a ser en Jesús. Vamos a orar. Padre, gracias te damos por el estudio de hoy, ayúdanos a vivir esta realidad, porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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