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Madre: Corazón Del Hogar
Una Madre De Confianza
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Jul 12, 2021
Jul 12, 2021
Duración:
00:14:32 Minutes
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60

Escritura

2 Crónicas 22:3; Éxodo 6:20; Números 26:59; Éxodo 2:1; Efesios 5:22 y 24; 1 Pedro 3:5 y 6; Éxodo 1:22; Hebreos 11:24-26; Proverbios 22:6.

También él anduvo en los caminos de la casa de Acab, pues su madre le aconsejaba a que actuase impíamente. 2 Crónicas 22:3 Y Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, la cual dio a luz a Aarón y a Moisés. Y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años. Éxodo 6:20 La mujer de Amram se llamó Jocabed, hija de Leví, que le nació a Leví en Egipto; ésta dio a luz de Amram a Aarón y a Moisés, y a María su hermana. Números 26:59

La Biblia es clara en su enseñanza de que el padre es cabeza del hogar. El padre es responsable por todos los acontecimientos en el hogar y en todas las áreas de la vida, él tendrá que rendir cuentas a Dios. La Biblia también nos enseñanza que la madre es el corazón del hogar, es ella quien pone el sentido emocional del hogar y ejerce una influencia profunda en la vida de su familia. En el Antiguo Testamento, la descendencia de generación en generación es contada a través de los padres; es común leer, “y fulano de tal, engendró a fulano” esto es en referencia al padre y sus hijos. Pero también es común leer en el Antiguo Testamento, particularmente en cuanto a reyes, que el nombre de la madre era tal y tal cosa. ¿Por qué se nombraba la madre cuando la descendencia era contada a través del padre? Es simplemente porque en esos casos, la mamá tuvo una gran influencia en el desarrollo del niño, aunque haya sido buena su influencia o mala. Una de las declaraciones más tristes en la Biblia, se encuentra en 2 Crónicas 22:3 dice, “su madre le aconsejaba que actuase impíamente”. La mamá puede cambiar la actitud y el corazón de un hijo a cometer lo malo debido a la influencia de ella, su forma de vivir y los consejos que da. Por otro lado, gracias a Dios por aquellas mujeres fieles, cuyo placer y deleite, está en moldear los corazones de sus hijos a las cosas de Dios y al andar cristiano. Propongo que estudiemos sobre algunas de las mujeres de la Biblia, algunas buenas y algunas malas, para ver las cualidades que una buena madre debería tener. Vamos a estudiar estas cosas archivándolas bajo el tema, “La Madre, El Corazón del Hogar”. Deseo presentarles a una mujer quien confió en Dios, no nos va a asombrar el hecho de que Dios haya puesto bajo su responsabilidad al hijo, quien hizo la contribución más grande a su nación y al mundo entero, de cualquier otro ser humano que ha existido en la historia. Les presento a Jocabed, una madre que confiaba en Dios. Ella es brevemente mencionada en la Biblia, sin embargo, la contribución de ella es tremenda; ella es nombrada en Éxodo 6:20 y en Números 26:59. Únicamente en esas dos citas, encontramos su nombre. El nombre de su marido fue Amram. Ella dio a luz tres hijos, una hija llamada Miriam, y dos hijos llamados Moisés y Aarón. Jocabed vivió en tiempo de gran dolor, su nación era esclava de otra nación más grande y más poderosa. Cuatro siglos antes, sus antepasados habían migrado a la tierra junto al río Nilo, en la parte norte de Egipto. A través de las generaciones, ellos se habían multiplicado de 70 personas, a aproximadamente unos 3 millones de personas. Los egipcios temieron, y no querían que estos extranjeros se adueñaran de su territorio, si es que llegaban a pelear por algún motivo u otro. Entonces pusieron a los extranjeros en esclavitud, en este tiempo es que vivió Jocabed, en este tiempo se casó y crió a sus hijos. ¿Cómo es que ella nos da ejemplo hoy día, llamando a todas las madres a confiar en Dios? Pues yo veo tres actos de la fe indicados en la vida de Jocabed. Una madre debe confiar en su marido y entregar su vida a él, esa es la esencia del matrimonio. Éxodo 2:1 nos dice, “Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví”, eso es todo lo que nos dice y, sin embargo, hay tanto involucrado en esta declaración. Al ser la mujer de Amram, Jocabed estaba entregando su vida a él; ella estaba dispuesta a hacerlo porque confiaba en él. La Biblia nos entrega una enseñanza de la relación entre marido y esposa diciendo, “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; Así como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo”, esta cita se encuentra en el libro de Efesios 5:22 y 24. Las Sagradas Escrituras continúan en 1 Pedro 3:5 y 6, “Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor”, ese era el reglamento de la Biblia en ese entonces y es el reglamento de la Biblia hoy. A esta sumisión se entregó Jocabed al ser la esposa de Amram, el futuro de ella estaba en las manos de su marido, ¿Crees que ella estaba nerviosa como cualquier otra esposa joven? Probablemente sí. ¿Piensas que ella estaba algo insegura en cuanto su entrega al principio? Probablemente sí. ¿Crees que algunos le aconsejaron en tomar el paso del matrimonio? Probablemente sí. ¿Por qué entonces crees que ella se habrá entregado a la responsabilidad de ser esposa de Amram? Pues yo me imagino que fue simplemente porque ella confió en Amram de protegerla, de amarla y de cuidarla. Tiene que haber una confianza mutua entre el hombre y la mujer en el matrimonio, bendita la mujer que confía seguramente en su marido y una madre que entrega a sus hijos a las manos de Dios también. Un niño nació de Amram y Jocabed. El rey de Egipto había declarado un decreto que se encuentra en Éxodo 1:22, “Echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la vida”. Primero la pareja tuvo una hija, el nombre de ella era Miriam o María; al nacerles un varón, los padres le escondieron para protegerle la vida, pero cuando el niño había crecido un poco y ya no le podían esconder, lo entregaron a las manos de Dios. Prepararon una cesta de juncos y la calafatearon con asfalto y brea para que no le pudiera entrar agua, pusieron al niño dentro de la cesta y la colocaron en un carrizal a la orilla del río Nilo. La hija del faraón llegaba al río para lavarse, vio la cesta y al niño y adoptó al niño haciéndole su hijo. Ella consiguió a la mamá del niño sin saber quién era ella, y la puso como nodriza del infante. Jocabed aprendió lo que madres de todas las generaciones, han aprendido. Los hijos están a salvo cuando están en las manos de Dios. El niño Moisés, porque así nombraron al bebé, ya no estaba bajo sentencia de muerte por el decreto del rey, sino que estaba viviendo como príncipe en el palacio real, como el nieto del faraón, así es como trabaja Dios, estamos a salvos cuando encomendamos a nuestros hijos en la mano de Dios. Una madre debe confiar en el testimonio religioso que ella influye en la vida de sus hijos. La hija del faraón mandó a Jocabed a llevarse al niño para criarlo y ella le pagaría, entonces la mamá se llevó a su propio hijo bajo la protección de la princesa para criarlo. ¿Qué crees que la mamá de Moisés le decía mientras lo criaba? Yo te aseguro que ella le hablaba del Dios de los hebreos, ella sabía que él iba a crecer en la casa de gente pagana, y que el faraón le enseñaría que él mismo era dios y que sus hijos serían dioses también. En dicho paganismo, Moisés aprendería a adorar a los ídolos, pero no sería así, si ella podía tener una influencia en su vida. Ella le cuidó y le enseñó a confiar en el Dios verdadero, ¿Fue esto efectivo? Hebreos 11:24-26 nos da un registro de que cuando Moisés llegó a ser hombre, él rehusó ser llamado hijo del faraón y se identificó con los hebreos; esto es un buen ejemplo de lo que nos enseña Proverbios 22:6, “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se aparatará de él”. Jocabed nos da un ejemplo, que todas las madres pueden y deben seguir, una mujer debe confiar y entregar su vida en manos de su marido, ella debe entregar a sus hijos en manos de Dios, ella debe entregar el mensaje de Dios en los corazones de sus hijos. Jocabed lo hizo, y Dios bendijo a toda la raza humana, vamos a orar. Padre, queremos darte gracias por todas las madrecitas que buscan como honrarte por medio de obedecerte. Te pedimos que nuestras madres siempre busquen tu voluntad, y pedimos que tú las ayudes a mantener sus vidas cerca de ti. En el nombre de Cristo te lo pedimos, Amén.

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