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Promesas Preciosas
Dios Promete Perdonar El Pecado
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Feb 23, 2021
Feb 20, 2021
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

2 Pedro 1:4; Salmos 130:4; Hechos 5:31; Hechos 13:38 y 39; Lucas 24:47; Efesios 1:7; 1 Juan 1:9; 2:1 y 2; Proverbios 28:13; Salmos 32:3-5; Hebreos 7:25; 1 Timoteo 2:5; 1 Juan 2:2; Romanos 3:21-26

por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; 2 Pedro 1:4 Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado. Salmos 130:4 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Hechos 5:31

Una de las promesas más grandes que encontramos en la Biblia es la promesa de que Dios perdona los pecados. Eso es verdad, particularmente porque el pecado es lo que causa los problemas humanos; problemas de aceptación personal delante de Dios como también problemas en comunión personal con los hombres pueden ser explicados por el hecho y la influencia del pecado en nuestra naturaleza humana. El pecado es la causa del problema, el perdón es el remedio para el pecado. La promesa de Dios de perdonar el pecado es una de esas promesas grandísimas y preciosas de las que nos habla 2 Pedro 1:4. Existen muchas promesas relatadas a nosotros en la Biblia que nos cuentan del entregamiento de Dios a la tarea de perdonar a los pecadores culpables. Nos podría parecer algo raro de que Dios hiciera tal promesa, pero la verdad del asunto es declarada en tantos lugares que no puede haber un malentendido en cuanto a ello. Dios se nos describe como aquél que perdona toda iniquidad. Los santos, quienes han conocido mejor a Dios, testifican lo siguiente en Salmos 130:4: “Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado”. Los cristianos primitivos predicaban de Jesús de la manera que encontramos en Hechos 5:31: “A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados”. Hechos 13:38 y 39 nos da otro ejemplo de la predicación de ellos: “Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de Él se os anuncia perdón de pecados, (…) y en Él es justificado todo aquel que cree”. Tal predicación está de acuerdo a la comisión que dio Cristo Jesús en Lucas 24:47: “Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones”. Es en Cristo que “tenemos redención por medio de su sangre y perdón de pecados de acuerdo a la riqueza de su gracia”, según Efesios 1:7. Esas promesas de perdonar pecados son preciosas y grandísimas; pero Dios no perdona el pecado como que no fuera cosa seria. Existen 3 principios sobre los cuales Dios perdona el pecado. Encontramos estos principios en 1 Juan 1:9; 2:1 y 2: Que “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”; y en el otro versículo dice: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”. Los tres principios sobre los cuales Dios perdona son: confesión, la abogacía de Jesús y la propiciación de su sangre. Dios promete perdonar a los pecadores cuando ellos confiesan sus pecados. Notemos el elemento de la condición de 1 Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados”. El “Si” al principio de esta declaración es sumamente importante. Nos expresa una condición: El perdón de Dios depende de la confesión del hombre. ¿Por qué desea la confesión Dios? No es porque el desea humillar al hombre por medio de acordarle de sus errores y de sus fracasos. No, la confesión es una indicación de reconocer lo malo y una forma de pedir misericordia. Dios desea tener la confesión del hombre como seña de arrepentimiento del pecado y como una indicación de su fe personal en la provisión de Dios que es el perdón a través de Cristo Jesús. Acordémonos de la declaración que encontramos en Proverbios 28:13: “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. Escuchemos lo que escribió David en Salmos 32:3-5: “Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado”. Nosotros podemos tener la misma experiencia; la confesión de nuestros pecados traerá el perdón de Dios. Dios promete perdonar a los pecadores por medio de la abogacía de Cristo Jesús, su unigénito Hijo. Notemos nuevamente las palabras de 1 Juan 2:1: “Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. Notemos el término “Abogado”; ese término significa intercesor, representante, uno quien se para delante de Dios de nuestra parte. Eso es lo que Jesús hace por nosotros. Hebreos 7:25 dice: “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. Jesús no sólo es nuestro abogado; Él es el único que puede representarnos delante de Dios. 1 Timoteo 2:5 dice: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. ¿Agarramos el significado? Sólo hay un mediador entre Dios y los hombres y ese mediador es Cristo Jesús. Eso significa que no hay Santo, ni muerto, ni vivo, ni hay ángel; no hay ninguna criatura, ni en el cielo ni en la tierra, que pueda representarnos delante de Dios. Jesús es el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por Él. Los pecadores son perdonados porque Jesús es el abogado de ellos delante del Padre. Dios promete perdonar a los pecadores por la sangre de Cristo Jesús. 1 Juan 2:2 dice: “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”. El apóstol Pablo lo explica de esta manera en Romanos 3:21-26: “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, (…) la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, (…) siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”. ¿Qué significa todo esto? Significa que Jesús sufrió y murió en la cruz. Cuando murió, llevaba en sí los pecados de toda la raza humana; significa que Él fue el sacrificio por el cual el hombre puede ser salvo. Inclusive, es el único sacrificio que Dios aceptará. Ahora vamos a repasar un poco. En este estudio hemos visto 4 grandes verdades. 1) Dios promete perdonar a los pecadores culpables y condenados de todos sus pecados. 2) Dios perdona a los pecadores cuando ellos confiesan sus pecados a Él y le piden misericordia. 3) Dios perdona a los pecadores que vienen por medio de Cristo Jesús, quien está en el cielo para representarles. 4) Dios perdona los pecados a base de la sangre derramada de Cristo Jesús en el calvario. Fuera de estas 4 cosas no hay perdón en este mundo y mucho menos en la venidera. ¿Has confiado en las promesas de Dios en cuanto al perdón? No debes demorar. Aún, aunque no te sientas digno puedes venir a Jesús. Todo lo que tiene que hacerse para que puedas ser salvo ya ha sido hecho; sólo tienes que venir a Él pidiéndole perdón. Hazlo en este momento y escríbeme. Dime: “Hermano Ricardo, ya he recibido a Jesucristo y quería contártelo”. Pídale perdón, arrepiéntete de tus pecados y acéptale como tu único y suficiente Salvador. Vamos a orar: Padre, ayúdale a ver espiritualmente a los que están escuchando este programa para que puedan recibir tu perdón ayúdales en ver lo que tú les ofreces por medio de Cristo Jesús. Que ellos te puedan recibir en este momento; te lo suplicamos en el nombre de Nuestro Salvador. Amén.

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