(Centro De Vida)
Escritura
por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; 2 Pedro 1:4 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Juan 14:12-14 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. Santiago 4:2 y 3
Dios ha dado preciosas y grandísimas promesas según 2 Pedro 1:4 a los santos de Dios, aquéllos quienes son sus hijos por medio de la fe en Cristo Jesús. Estas promesas son tan anchas como las necesidades del hombre y tan profundas como el amor de Dios. Propongo que consideremos 5 de estas promesas especiales que Él ha hecho a sus hijos. Deseo que consideremos su promesa de contestar la oración, de perdonar nuestros pecados, de estar personalmente presente con nosotros, de empoderarnos con poder espiritual y de asegurarnos una herencia en el cielo. Un repaso de esas promesas preciosas y grandísimas deberán hacer que nuestros corazones se alegren y que nos enamoremos más y más de nuestro Dios. El propósito de este estudio no es para iluminar nuestras mentes, sino para inspirarnos en devoción a Dios por medio de Cristo Jesús. Vamos a estudiar en esta ocasión la promesa que Dios hace de contestar nuestras oraciones. Jesús nos dice lo siguiente en Juan 14:12-14: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. Ésta sí es una grandísima y preciosa promesa. Es una promesa personal de Jesús de oír y contestar nuestras oraciones. La oración puede tomar muchas formas. La oración puede ser en forma de confesión, adoración, gratificación, petición, intercesión, etc. Pero no importa la forma que toma, Dios ha prometido contestar nuestras oraciones. Existen unas cuantas veces en la Biblia cuando Dios nos reprende por nuestra vida de oración; pero Él no nos reprende porque pedimos demasiado ni tampoco porque pedimos de seguido. Su reprensión viene porque no pedimos o porque pedimos mal, según Santiago 4:2 y 3. Dios se alegra al oír las oraciones de sus hijos. Él se deleita en contestar sus oraciones, Él nunca reprende a sus hijos cuando le buscan con verdad. ¿Cómo podemos estar seguros de que Dios contesta la oración? Vamos a mencionar 3 pruebas bíblicas que afirman el hecho de que Dios oye y contesta la oración. Dios oirá y contestará nuestras oraciones porque lo ha prometido hacer repetidamente. El texto que leímos, Juan 14:12-14, es sólo una de las muchas promesas escritas en la palabra de Dios. En el Salmos 34:17 Dios promete contestar las oraciones de los pobres, de los necesitados y de los que no pueden ayudarse a sí mismos. En Salmos 72:12 nos dice que Dios contestará la oración del justo. Lucas 18:13 y 14 nos demuestra que Dios escucha la oración del pecador cuando pide misericordia. Mateo 7:7 y 8 dice: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. No hagamos énfasis en los verbos sino en los pronombres; Jesús está diciendo “pedid, y a Ti te será dada; buscad y Tú hallarás; llamad y a Ti se te abrirá”. Es la seguridad de Dios de que Él oirá y contestará nuestras oraciones, así como ha oído y contestado las oraciones de muchos. La Biblia no nos pone límites sobre los asuntos que podríamos pedir. Marcos 11:24 dice: “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”. Juan escribió lo siguiente en Juan 14:13 y 14: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, (…) Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. Juan 15:7 dice: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. Es apropiado que la ama de casa ore por su hogar, que el ciudadano ore por la nación, que el estudiante ore por sus estudios, que el hombre de negocios ore por las decisiones de su trabajo y que las demás personas oren por otras cosas que son de su interés. Cualquier cosa que no podamos levantar en oración no debería existir en nuestras vidas. Muchas veces Dios ya está contestando nuestras oraciones aún antes de que las hagamos. Eso es lo que nos indica Isaías 65:24 cuando nos dice: “Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído”. Eso indica que Dios está listo para oír y contestar nuestras oraciones. Cuando oramos podemos orar y sacar nuestra mano con fe. Dios ha prometido oír y contestar nuestras oraciones. Dios contestará nuestras oraciones porque Él ha puesto en las Sagradas Escrituras muchos incidentes en los cuales Él ha oído y contestado la oración. Él contestó la petición de Israel cuando pidieron agua en el desierto, Él contestó la oración de Gedeón cuando este no podía determinar si debería ser juez de Israel o no, Él contestó la oración de los israelitas y les ayudó en la batalla que tuvieron en contra de los filisteos, Él contestó la petición de la manifestación de su presencia en su templo cuando Salomón ofreció una oración de dedicación a Él. Dios contestó las oraciones concernientes a hijos cuando Ana y Zacarías oraron delante de Él, Él contestó las peticiones por poder espiritual mientras que los primeros cristianos se encaraban a sus fuertes opositores. Esta lista continúa para siempre. Vez tras vez, Dios nos cuenta como escuchó y contestó las oraciones de otros. Él dijo que podíamos estar confiados de que Él contestaría nuestras oraciones. Romanos 10:12 dice: “Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan”. Dios oirá y contestará la oración porque muchas personas testifican de cómo Dios ha oído y contestado las oraciones de ellos. No hay mejor testigo que el que ha experimentado personalmente de lo que está testificando. El salmista pidió la ayuda de Dios, la recibió y después testificó en Salmos 34:6: “Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias”. Ana le pidió a Dios que le diera un hijo y luego testificó en 1 Samuel 1:27: “Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí”. Otra vez el salmista escribió en Salmos 116:1 y 2: “Amo a Jehová, pues ha oído Mi voz y mis súplicas; Porque ha inclinado a mí su oído; Por tanto, le invocaré en todos mis días”. Yo he experimentado la oración contestada al igual que muchos otros cristianos. Las promesas son tan seguras y las pruebas son tan convincentes que no hay quien pueda dudar del hecho que Dios está dispuesto a escuchar y contestar nuestras oraciones. 1 Juan 5:14 y 15 dice así: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”. Pensemos en lo que significa esta verdad; todo lo que necesitamos está a nuestro alcance, no a base de nuestra habilidad para proveer las cosas sino a base de la habilidad de Dios. Dios espera que oremos, Él se deleita en contestar las peticiones que sus hijos le hacen. No podemos saber cuál método va a usar, pero sí sabemos que nuestras oraciones, Él puede contestar. Oremos: Padre, gracias por la preocupación personal que tienes cuando nosotros elevamos a ti nuestras plegarias. Gracias por la promesa de las Sagradas Escrituras que nos asegura del hecho de que estás cercano de los que te llaman con verdad. Permítenos ver las implicaciones de esa verdad para que podamos entregarnos al bendito ministerio de la oración para nuestro bien y para el bien de otros. Esto te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Otros archivos en esta serie
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)