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Mar 11, 2024 14:00pm
La historia de redención más grande
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Matlock. Es uno de mis programas favoritos. El viejo Ben puede tener canas, pero no se le escapa nada. Piensan que lo tienen todo resuelto. Tienen sus historias bien armadas, la evidencia destruida y no hay nada que los vincule con el asesinato.

O al menos eso creen.

Comienza a investigar, enviando a Tyler de incógnito y a Michelle a hacer preguntas a familiares y personajes clave relacionados con el caso.

Llega el día del juicio y Ben llama a uno de los personajes principales al estrado. Repasa una serie de eventos, sin olvidar ningún detalle, mientras cuenta la historia de lo que cree que ha ocurrido. A pesar de muchas objeciones y argumentos sobre su relevancia, continúa exponiéndolo todo ante el jurado y el juez.

Y entonces, empieza crecer una sonrisa en la cara de Ben. Señala una cosa. Una cosa pequeña, pero con las mayores implicaciones.

Ese detalle revela la verdadera naturaleza detrás de sus acciones. Y prueba su culpabilidad.

Lucas 22:52-53

“Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? 

Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas”.

Judas ha traicionado a Jesús. Ha traído consigo a los líderes religiosos para arrestar a Jesús. Los discípulos están con Jesús, Pedro agarra una espada, corta la oreja del asistente del sumo sacerdote, pero Jesús les dice que guarden sus espadas y cura la oreja del hombre. Así no pelearán esta batalla.

Y entonces, en solo una frase, vemos la verdad. No lo arrestarían ni intentarían nada como esto durante el día en el templo. Habían esperado hasta la noche, bajo el amparo de la oscuridad, mientras todos dormían, para arrestarlo. Ese detalle reveló la verdadera naturaleza detrás de sus acciones.

Satanás.

El adversario. El diablo. Aquel que busca robar, matar y destruir. El enemigo. Aquel que cree que el manto de la oscuridad lo ocultará. Aquel que convenció a estos hombres de lo mismo.

Pensaron que estaban engañando a Jesús. Verdaderamente creían que venir a esta hora sería una sorpresa. Pensaron que lo tenían todo resuelto y que habían ganado.

Jesús les había dicho a los discípulos antes, en situaciones similares, que aún no era la hora de que Él muriera. Pero aquí, Él sabía. El momento había llegado. Y todo estaba planeado por Dios.

Contrario a lo que pensaban los líderes religiosos, no hubo sorpresa.

Pensaron que estaban destruyendo a Jesús, pero simplemente eran parte de la historia más grande de redención jamás conocida.

Jesús daría su vida para salvarnos.

A veces nos encontramos en situaciones donde parece que el enemigo está ganando. En nuestra propia fuerza, sabemos que no podemos resistir. Pero, tal como Dios reveló a través de su Hijo Jesús, hay un propósito y un plan. Con Dios, tenemos algo que el mundo no tiene: esperanza. No es del tipo de esperanza de deseo, sino más bien como una promesa. La esperanza de un futuro en el cielo con Dios.

El enemigo puede tener poder en este mundo, pero recuerda, Dios ha vencido este mundo. Todo gracias a lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz. ¿Has puesto tu confianza en Él? Oro para que lo hagas hoy.

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