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Hace un tiempo le permití a una amiga se quedara en mi antigua casa y le dije que algún día vendría a visitarla. Cuando me pidió quedarse allí, supe que no era la persona más ordenada y que le costaba mantener las cosas limpias, pero acepté de todos modos.

Estaba completamente preparada para ver un desastre cuando abrí la puerta. Pero para mi sorpresa, estaba bastante limpio. Las habitaciones estaban ordenadas, no había platos en el fregadero ni ropa tirada sobre los muebles. ¡Wow! Realmente no esperaba eso.

Reaccioné y continué.  Necesitaba algo que había guardado en un armario en una habitación que da a  la parte trasera de la casa. Cuando abrí la puerta del armario, me quedé boquiabierta. Estaba lleno de zapatos, ropa y bolsos metidos allí y justo en el medio había cajas de platos sucios. No podía creerlo. Si bien la casa parecía estar limpia, estoy segura de que ella nunca esperó que yo abriera la puerta del armario.

Lea Lucas 11:37-54

Esta mañana voy a extraer sólo una pequeña porción de este pasaje.

«Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús en la casa, se sentó a la mesa. El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no se hubiese lavado antes de comer. Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad.

El lavado era más un ritual ceremonial que de limpieza. De hecho, fue algo hecho por los sacerdotes. Este fue un acto de lavar la contaminación de cualquier cosa impura. Y lo exhibieron públicamente.

Y luego tuvieron la audacia de menospreciar a Jesús por no hacerlo.

Los fariseos buscaban lucir bien. Túnicas extravagantes, la apariencia de alguien con autoridad y seguían todas las leyes que los hacían parecer religiosos.

Pero ¿qué pasa con el interior?

Jesús abrió la puerta del armario.

Reveló la ropa sucia y los platos apilados. Eran buenos en parecer limpios y dignos, pero el interior contaba una historia diferente.

Entonces, aquí está mi pregunta de hoy. ¿Qué estamos tratando de parecer? ¿El interior coincide con el exterior? Todos somos diferentes. Algunos están sufriendo por dentro pero sienten que tienen que poner cara de valentía o sonreír para fingir que todo está bien en la vida cristiana. ¿Puedo decirte que eso es pretencioso? Cristo nunca dijo que no tendríamos problemas como cristianos y ciertamente nunca dijo que deberíamos mantenerlos ocultos. Otros hacen un espectáculo y pretenden amar a Dios, pero en casa o lejos de otros cristianos, no hay evidencia de Cristo en sus vidas. O tal vez es simplemente que alguien está tratando de hacer todo el bien posible para ser una “buena persona”, como si eso tuviera recompensas eternas.

¿qué hay en tu armario?  ¿Qué ve Jesús que está oculto para el resto de nosotros?

¿Le dejarás limpiarlo? Él es un amable y misericordioso amigo. Él sabe exactamente dónde estamos y quiénes somos. Él ve todo. Él lo sabe todo. Y Él nos ama de todos modos.

Deja que Él abra la puerta a las partes más oscuras de tu corazón que escondes del resto del mundo. Deja que Él te limpie desde dentro.

Deja que Él te cambie.

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