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“Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto.”
1 Pedro 3:15 (NVI)
El caos es desenfrenado, turbulento e intimidante. ¡No te acobardes! Tu testimonio es un regalo de Dios para ser compartido audazmente con compasión y humildad. Sin duda, seríamos deliberados y entusiastas al compartir una posible cura para el cáncer con otros, ¿entonces por qué dudamos en testificar las Buenas Nuevas de Jesús que brindan una cura eterna?
Afortunadamente, no he pasado mucho tiempo en salas de tribunal aparte de las excursiones con estudiantes de quinto grado, pero es evidente que el «testimonio» es una forma de evidencia obtenida de un testigo sobre lo que sabe. A medida que somos llamados diariamente al estrado de la vida, ¿cómo testificamos nuestro propio encuentro con Jesús y brindamos evidencia de Su influencia en nuestro caso?
¡Los cristianos efectivos no son llaneros solitarios! Ellos entienden que la conexión conlleva riesgos, ¡pero vale la pena! El amor exige permanecer y pertenecer, lo cual en ocaciones puede ser complicado. Es tan simple y complicado a la misma vez, como las relaciones por las cuales vale la pena luchar. ¡No hay mejor ejemplo de una persona «entregada» como Jesús! Reflejar Su imagen y testificar de Sus atributos es elegir ser vulnerable, devoto y auténtico.
Billy Graham dice: «Si se lo das a Dios, Él transforma tu prueba en un testimonio, tu desorden en un mensaje y tu miseria en un ministerio». Así que espera que la lija celestial transforme tus actitudes y acciones. ¡La fricción podría iluminar la Cruz y extinguir el caos!
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