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Dic 27, 2023 08:00am
Necesitamos a Jesús
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Este anillo. Es una historia bastante chistosa en mi opinión. Shaun y yo habíamos hablado sobre el matrimonio durante ya un tiempo, pero él aún no me había propuesto matrimonio. Una razón era que no tenía un anillo todavía.

Uno de nuestros lugares favoritos para almorzar era Sam’s. Sí, leíste bien. Sam’s Club.

Escuchen, algo que tienen que saber sobre mí, es que me gusta una buena oferta. ¡Podías conseguir un combo de hotdog (un gran hotdog con una bebida grande) por $1.80! ¡Esa es una buena oferta para el almuerzo!

Así que, mientras estábamos allí para almorzar, decidimos mirar las joyas, solo para ver qué tenían. Miré varias cosas, comentando aquí y allá y luego, lo vi.

Miré el precio.

Perfecto.

Señalé el anillo y dije: «ese es el que quiero».

Se rió un poco pensando que estaba bromeando porque realmente no era mucho dinero. Pero podía ver que estaba seria.

Este anillo es solo un anillo. Es bonito, pero para cualquier otra persona, realmente no sería tan valioso.

Pero para mí, no tiene precio. No por las joyas en él. No por el ajuste. No por dónde lo conseguí.

Sino por quien me lo dio.

Solo es valioso por aquel que lo compró para mí y me lo dio como un hermoso regalo, un símbolo de su amor por mí.

Lucas 21:34-36

«Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.»

Dignos.

¿Cómo podemos ser considerados dignos de escapar de estas cosas? ¿Cómo podemos ser lo suficientemente dignos para estar delante del juez justo?

Yo. Soy solo una persona. Por fuera, puedo parecer buena, pero por dentro, soy pecadora. Nada en mí es digno cuando estoy por mi cuenta.

Pero debido a una cosa, soy considerada sin precio. Podré estar delante del juez justo. Seré contada como digna. No por mí, sino por Aquel que lo dio todo por mí.

Solo soy digna por el Único que compró mi vida, que pagó la deuda que debía, que me dio la salvación como un hermoso regalo, un símbolo de Su amor por mí.

Jesús.

La única manera de estar delante de Dios en ese día es si hemos aceptado el hermoso regalo de la salvación de Jesús.

Somos Su novia. Él es el novio.

No somos dignos por nosotros mismos. Necesitamos a Jesús.

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