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Pasamos mucho tiempo esperando ese “momento perfecto”, ¿no es así?
¿Qué te vino a la mente cuando dije eso? Tal vez fue el momento de proponerle matrimonio a tu par, o esperar la llegada de tu pequeño. Podría ser como en el comercial de autos y el momento perfecto para vender tu minivan. Esperar el lanzamiento perfecto para batear, que las manzanas tomen el color adecuado para recogerlas, que el sol se levante para esa foto especial: queremos que todo sea justo así. Perfectamente planeado y sincronizado.
Lucas 23:54-56
54 Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo. 55 Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo. 56 Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento.
José había tomado el cuerpo de Jesús y lo había puesto en la tumba. Pero para cuando terminó, era demasiado tarde para embalsamarlo. Era casi el sábado. Las mujeres siguieron a José para ver dónde habían enterrado a Jesús, para poder regresar con sus especias y ungüentos. Guardaron el sábado y regresarían cuando terminara.
Tuvieron que esperar.
¿No es asombroso el tiempo perfecto de Dios? Nada quedó al azar. Él había orquestado todo. El momento de la muerte de Jesús no fue un accidente o casualidad. Esto fue perfectamente planeado y sincronizado por el Señor.
Lucas 24:1-3
1 El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. 2 Y hallaron removida la piedra del sepulcro; 3 y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Jesús no necesitaba ser embalsamado, no permanecería muerto. ¡Su cuerpo no estaba destinado a la tumba, sino a resucitar y vivir!
Sea lo que sea por lo que estés pasando o esperando, te prometo, ¡Dios está obrando! Él no pierde el tiempo. El Señor todopoderoso está en control y el tiempo está en Sus manos. Confía en Él.
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