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Ago 30, 2018 19:32pm
Porque Soy Hijo De Dios – #3
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“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” ‭‭Efesios‬ ‭5:8‬ ‭RVR1960‬‬

Pablo escribe a los hermanos de la iglesia en Efeso y les muestra un contraste entre la vida sin Cristo y la vida con él.

Sin cristo en el corazón nosotros no vivíamos solamente en tinieblas, sino que eramos parte integrante de aquel reino. El término tinieblas describe un estado en el cual el hombre se encuentra muerto en sus delitos y pecados, siguiendo la corriente de este mundo, un sistema espiritual invisible de maldad dominado por Satanás y todo lo que ofrece en oposición a Dios, su palabra y su pueblo. En consecuencia eramos enemigos de Dios, hijos de ira, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

El pastor John Macarthur comenta al respecto “tinieblas describe el carácter de la vida de los no convertidos como algo carente por completo de verdad y virtud en cuanto a cuestiones intelectuales y morales. El dominio de las tinieblas es precedido por la potestad de las tinieblas que gobierna sobre los que están encaminados hacia la oscuridad densa y eterna del infierno”

Ese era nuestro estado antes de conocer a Jesús. Mas ahora todo es diferente, mas ahora dice el texto sois luz en el Señor.

No somos luz en nosotros mismos, sino en el Señor, es decir en relación vital con él. Jesús mismo lo expreso cuando dijo “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” La palabra luz es un símbolo muy utilizado en la biblia, en el sentido intelectual se refiere la verdad bíblica y en sentido moral se refiere a la santidad o pureza. Dios es santo y verdadero y todo aquel que vive en comunión con él dice el texto a de reflejar su carácter.

Un cristiano verdadero tiene por hábito el andar en la luz es decir su vida se caracteriza por la santidad y la verdad y no por la falsedad y el pecado. Ya no somos hijos de ira, tampoco hijos de desobediencia, sino hijos de luz.

Alguien contó lo siguiente “Un día viajaba en Londres en un omnibus que estaba a obscuras. Vino un hombre a examinar nuestros boletos y me dije a mí mismo: “Este hombre no podrá ver nunca si perfora los boletos en el lugar debido.” Observándolo con curiosidad noté que se tocó un resortito en el pecho y que brilló en un pequeño globo de cristal una hermosa luz eléctrica. Por supuesto que aquel hombre podía ver en todas partes porque llevaba la luz con él. De la misma manera, cuando el corazón está lleno de Dios, encontraremos a Dios en todas partes”

–Paul Tinoco Huaraca

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