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Dic 27, 2018 21:44pm
Mi Jesus – Rey #4
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“Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.” ‭‭Zacarías‬ ‭9:9‬ ‭RVR1960‬

Este texto es una profecía sobre la entrada triunfal de Cristo a Jerusalén, 500 años antes que ella ocurriera, y en ella vemos 2 aspectos importantes: la primera es la ciudad del gran Rey y la segunda es el carácter del Mesías.

Jerusalén a lo largo de la historia fue conocida como Sión, la ciudad santa, la ciudad de Dios o la ciudad del Gran Rey, esta debería estar feliz y dichosa en sobremanera ya que su Rey y salvador estaba a la puerta. En la antigüedad siempre que un rey llegaba a palacio después de una gran batalla, todo el pueblo salía a recibirle gozoso, con cánticos, palmas y presentes recibían a su amado rey quien estaba al frente de la batalla y quien peleaba por la protección de su pueblo.

También vemos el carácter del Mesías. En primer lugar, él es Rey, ese pequeñín que nació en un humilde pesebre no solo es rey de Israel, sino también Rey del Universo entero, cuando Pilato interrogó a Jesús y le pregunto ¿eres tu rey? El respondió: Yo para esto he nacido. Cuando los reyes magos llegaron a ver al niño Jesús le ofrecieron oro como presente, que era un símbolo de la realeza. Cuando Cristo venga por segunda vez a este mundo los reinos humanos con su corrupción, injusticia, engaño e idolatría pasarán para siempre y no quedará vestigio alguno de ellos, sin embargo el reino del Mesías se establecerá en la tierra en medio del cual gobernará con justicia, paz, santidad, amor y gloria.

En segundo lugar, él es justo, en nuestro país vivimos días en los cuales parece que la justicia se ha esfumado, la gran mayoría de los jueces son corruptos, por un poco de dinero liberan al culpable y castigan al inocente, y si alguien denuncia su desfachatez, simplemente lo persiguen, calumnian y acusan falsamente. Sin embargo, tenemos un juez que es justo, uno que obra según la equidad, la imparcialidad y la razón.

En tercer lugar él es salvador, El dejó su gloria y vino a este mundo con el propósito de buscar y salvar lo que se había perdido, el hombre a consecuencia de su pecado se encuentra en un estado de perdición eterna, un estado de muerte espiritual cuyo fin es el infierno, sin embargo Cristo por amor entregó su vida para salvarnos, en su cuerpo cargo con el pecado de todos nosotros, bien dijo el profeta “todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino, mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”.

¿Por qué es que muchos de los judíos no lo vieron y no lo ven como su Mesías? La razón es bien sencilla, ellos esperaban un Mesías que los salvase de la opresión de los Romanos, ellos esperaban a alguien que formase un ejército y este delante de ellos en la batalla contra sus opresores ¿Cómo su Mesías iba a ser golpeado? ¿Cómo su Rey iba a morir en una cruz que era símbolo de maldición? Eso no podía ser. Sin embargo, este Rey vivo por algo mayor ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo y al final perder su alma? Él vino para salvarnos del castigo eterno, el vino para liberarnos de la esclavitud del pecado, el vino para darnos una nueva vida ¿acaso no es esto mucho mejor que una salvación temporal y pasajera?

y en cuarto lugar él es humilde. Mientras que Alejandro el Magno gobernador del imperio griego montaba a bucéfalo quien era un caballo excepcional, nuestro salvador entró a Jerusalén montado sobre un asno, que ni siquiera era suyo. ¿no es eso sorprendente?

Alégrense mis hermanos y den voces de júbilo porque tenemos un Rey que es maravilloso y magnífico. ¿Cómo no servirle con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas? Él es digno de ello.

–Paul Tinoco Huaraca

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