Escritura
Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 2 Pedro 1:3 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2 Corintios 12:9 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Gálatas 5:17
Al hablarle a algunas personas de Jesucristo, me dan esta contestación: “quisiera ser cristiano; de veras que ese es mi deseo, pero no puedo”. Yo he oído esas palabras muchas veces de personas con quienes he hablado en cuanto a recibir a Cristo como salvador. Al preguntarles el porqué no pueden, me dan la siguiente respuesta: “no pienso poder vivir al alto nivel de la vida cristiana y no deseo ser hipócrita, haciendo una profesión de algo que no voy a poder cumplir. Mi corazón se alegra con esa contestación. La mayoría de las personas que me lo han dicho son personas sinceras. Claro está que algunas personas sólo dan esa excusa para no enfrentarse con la realidad. Pero esa respuesta me da la oportunidad de hablarle de los recursos que Dios ha provisto para todas aquellas personas que salva de la caída del hombre. El ser cristiano no significa que Dios no perdona nuestro pasado, pero nos deja solo con el futuro para ver cómo logramos adaptarnos. En la salvación, Dios trata con los pecados pasados, los presente y los que tendremos en el futuro. 2 Pedro 1:3 dice: “como todas las cosas que pertenecen a la vida, nos han sido dadas por su divino poder mediante el conocimiento de Aquél que nos llamó por su gloria y excelencia”. En otras palabras, Dios ha provisto en Cristo Jesús todos los recursos que el cristiano necesitará para ser discípulo de Él. En cuanto a lo pasado, presente y futuro, Dios nos dice en 2 Corintios 12:9: “bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. La Biblia nos enseña que el hombre ha sido seriamente debilitado a causa de la naturaleza humana que él recibió después del pecado original de Adán y Eva. Gálata 5:17 nos dice: “porque el deseo de la carne es contra el espíritu y el espíritu es contra la carne, y éstos se oponen entre sí para que no hagáis lo que quisieres”. El hombre honesto admitirá, de acuerdo a Romanos 7:18, que: “yo sé que en mi, esto es en mi carne, no mora el bien porque el querer el bien está en mi pero no el hacerlo”. Debemos decir a Dios, conforme a Jeremías 10:23: “conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina, es el ordenar sus pasos”. ¿Cómo puede tal hombre vivir la vida del cristiano? El vivir la vida cristiana no depende de la habilidad humana, sino que depende del poder divino. No es lo que uno puede hacer por si mismo sino lo que Dios es capaz de hacer en uno. Nadie puede vivir la vida cristiana; únicamente Cristo Jesús puede hacerlo. Para que el creyente pueda vivir la vida cristiana hoy día, debe permitir que Jesús viva en él por medio del Espíritu Santo. Sólo Cristo puede vivir la vida cristiana y Él vive esa vida en cada uno de sus creyentes. La naturaleza de la salvación le permite a uno vivir la vida cristiana. ¿Cuál es la naturaleza de la salvación? Muchas personas piensan en la salvación como un don que Dios da aparte de si mismo; pero eso no es así. La salvación no es como un regalo que uno enviaría a un pariente lejano, no es algo separado de la presencia y poder de Dios. La salvación no es menos que Dios mismo invadiendo el espíritu humano por medio de su propio Espíritu Santo para residir permanentemente en él. Si puedes pensar en la salvación bajo la analogía del agua: “no es Dios dándote a tomar un poco de agua, sino Dios poniendo adentro de ti una fuente de agua que salte para vida eterna”, según Juan 4:14. El cristiano llega a ser participante de la naturaleza divina conforme a 2 Pedro 1:4: “eso no significa que Dios nos convierte en algo parecido a Él; significa que nosotros participamos de Dios mismo porque Él mora en nosotros”. “Ser salvo significa que Cristo vive en mí”, según Gálatas 2:20. El apóstol Pablo entendió esta verdad y escribió lo siguiente en Filipenses 4:13: “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Pablo no se estaba jactando; no estaba diciendo, “yo estoy tan confiado en mi mismo que sé que puedo hacer todas las cosas; de ninguna manera. Pablo no era este tipo de persona. Él comprendió la verdad de que Cristo vivía en él, él sabía que Dios no esperaba nada de él en vista de que él, sin Cristo, no podía realizar nada. Lo que Pablo estaba diciendo es: lo que es necesario hacerse en mi vida, se puede lograr por medio del Cristo que vive en mi”. Tus recursos como cristianos son tan limitados como lo es Dios. Esto es motivo de gran regocijo. A la iglesia que peleaba por saber quién era el pastor favorito, Dios les dijo: “así que ninguno se gloríe en los hombres porque todo es vuestro, sea Pablo, sea Apolo, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo porvenir; todo es vuestro, y vosotros de Cristo y Cristo de Dios”, 1 Corintios 3:21-23. Esa es la naturaleza de la salvación. Dios mismo viviendo en la vida humana, la vida de la eternidad en el contexto del tiempo; eso es lo que significa tu salvación. El poder de Dios te provee los recursos para vivir la vida cristiana. 2 Corintios 3:5 lo expresa de esta manera: “no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios”. ¿Entiendes lo que acabamos de leer? Ningún hombre es suficiente en su propia habilidad, sus talentos o enseñanza. Sólo podrá ser suficiente mientras que el poder de Dios opera en él. Jesús prometió lo siguiente en Hechos 1:8: “pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. El Espíritu Santo ha venido sobre cada persona salva. En la persona del Espíritu Santo nos ha venido el poder de Dios. Consideremos lo que nos dice Efesios 3:20 y 21: “y a aquél que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús, por todas las edades, por los siglos de los siglos; Amén”. ¿Cuál es el poder de Dios? Es un poder que puede hacer más abundantemente que cualquier cosa que pidiéramos o pensáramos. El poder de Dios es maravilloso y asombroso. ¿Adonde se opera ese poder divino? El texto dice que ese poder actúa en nosotros. El poder de Dios actúa hoy día a través de las vidas de sus hijos. No es la bendición y condición de unos cuantos Santos; es el derecho y la primogenitura de cada persona quien ha confiado en la persona de Cristo Jesús como único y suficiente salvador. Eso es lo que Dios hace por ti cuando tú confías en Jesús. Ahora vamos a repasar un poco. Hemos visto que la Biblia nos enseña que el hombre fue hecho por un acto creativo de Dios con una imagen y semejanza igual a la de su Creador. El hombre cayó de su alto estado cuando fue tentado en dudar de Dios y desobedecer a Dios a causa del liderazgo de Satanás. Por ejercer su libre voluntad, él se puso en rebelión a Dios y cayó en pecado. Adán pasó la consecuencia, pero no la culpabilidad de sus pecados a toda la raza humana, de tal manera que todos nosotros somos depravados por naturaleza y hemos escogido servir al pecado. Dios ha hecho lo que tenía que hacer para rescatar al hombre de su pecado y ha provisto la salvación por gracia a través de la fe a todos los que desean acercarse a Él. Los que responden al llamado de Dios son hechos morada de su Espíritu Santo y retienen el poder de Dios para vivir como cristianos en este mundo de tanta maldad. Habiendo escuchado la realidad del asunto, no endurezcas tu corazón y entra en lo bueno de la verdad en estos mismos momentos. Vamos a orar. Padre, ayuda que lo que hemos aprendido de tu escritura sea más que principios religiosos para nosotros. Que sea una verdad viva a la cual respondemos sabiendo que algún día daremos cuenta de lo que hemos recibido de parte suya. Esperamos ganar a muchas personas a causa de este mensaje que nos has dado. En el nombre de Jesús, te lo pedimos. Amén.
Otros archivos en esta serie
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)