Escritura
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Romanos 10:17 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Romanos 15:4 Inquirid en el libro de Jehová, y leed si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó, y los reunió su mismo Espíritu. Isaias 34:16 dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; 24 que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día. 1 Reyes 8:23 y 24
Muchos de los himnos cristianos, expresan las aspiraciones de nuestros corazones, mejor de lo que podríamos expresarlas nosotros. En estos momentos me estoy acordando de un himno que va así: “Oh cuán dulce es fiar en Cristo y entregarse todo a él. Esperar en sus promesas y en sus sendas, serle fiel. Jesucristo, Jesucristo ya tu amor probaste en mí. Jesucristo, Jesucristo, siempre quiero fiar en ti”. Son muchos los himnos y coros que expresan los sentimientos que a nosotros nos cuesta expresar. Ya has experimentado el gozo que se siente cuando uno ha confiado únicamente en la persona de Jesús. Yo sí he experimentado ese gozo; el de llegar a una confianza máxima en la persona de Jesús y solamente en Él. Y es bueno tener esa fe. Existe una forma en la cual podemos crecer en fe. El principio nos es dado en Romanos 10:17: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. En otras palabras, la fe es fortalecida por medio de escuchar el contenido de la Biblia. La forma de aumentar la fe, es crecer en la sabiduría de la Biblia. Este es otro motivo por el cual deseo que tú comiences a estudiar diariamente la Biblia, leyéndola y memorizando porciones de ella. Si lo haces, tu fe será fortalecida. Esa verdad nos es revelada para nuestro propio bien. Romanos 15:4 dice: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que, por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”. Eso significa que el consejo de las escrituras, es la base de nuestra fe, y es el medio por el cual nuestra fe va aumentando más y más, hasta llegar a la madurez. Toda la Biblia, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo, está de acuerdo con esa verdad. Dios habló a través de su profeta en Isaías 34:16 para decirnos: “Inquirid en el libro de Jehová, y leed si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó, y los reunió su mismo Espíritu”. Toda la Biblia nos testifica del hecho de que Dios no miente y que cumple con su palabra. Salomón dedicó el templo recién construido a Dios, diciendo: “Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día”. Eso se encuentra en 1 Reyes 8:23 y 24. Lo que Dios habla con su boca, lo cumple con su mano. Siempre ha sido así. Todo el pueblo de Dios puede testificar, según 1 Reyes 8:56: “Bendito sea Jehová, que has dado paz a tu pueblo, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo, ha faltado”. Podemos fijarnos en las veces que Dios ha sido fiel a su palabra. Podemos aceptar por medio de la fe, las promesas que están relacionadas a nosotros. Podemos confiar completamente en Él, sabiendo que Él será fiel a su palabra hoy, como lo fue en los días de antes. Deseo darte una cosa que te hará regocijar espiritualmente. Escoge una promesa de Dios que está relacionada con tu persona o tu situación. Memoriza esa promesa; tráela delante de Dios en oración; haz tuya esa promesa por medio de la fe, actuando como que si ya hubiera sucedido. Recita el versículo, ora en cuanto a la promesa y espera para ver cómo Dios cumple con su palabra. Tu saldrás regocijando, vez tras vez. Los libros de los hombres, son meramente palabras escritas en papel. No importa si son ficción o historia, siempre son únicamente palabras. No hay en ellos el poder para cumplir con sus promesas, ni tampoco de producir resultados. El libro de Dios es totalmente distinto a los libros de los hombres. El libro de Él, sale para cumplir con un ministerio y producir resultados. Dios dice en Isaías 55:10-11: “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Esto es una promesa de gran categoría. Es muy diferente a las palabras de los hombres. “Es una espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”, según Hebreos 4:12. Si deseas crecer en fe, dale lugar a la palabra de Dios en tu vida y en tus pensamientos. Por eso es, que memorizar las escrituras, sea de vital importancia. En los momentos en que nuestras manos y ojos están ocupados con otras cosas, nuestra mente está libre para meditar en las escrituras, pero sólo si uno ha aprendido de memoria, porciones de ellas. Dicha meditación aumentará tu fe en Dios, y tendrás más confianza en Él. Consideremos las palabras que encontramos en 1 Juan 5:14-15: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”. ¿Es esa la clase de confianza que tú tienes en Dios? ¿Es este versículo una descripción de tu fe, cuando te aproximas al trono de Dios en oración? Si te hace falta algo en esa área de tu vida espiritual, dale más atención e importancia a la Biblia y verás cómo cambian las cosas. ¿Qué es lo que debes buscar al acercarte a la Biblia? En primer lugar, busca referencias que hablan de la fieldad de Dios en cuanto a sus promesas. En segundo lugar, busca promesas que tú puedas memorizar y aplicar a tu vida de oración o circunstancias espirituales. En tercer lugar, busca promesas que Dios ha hecho y observa cómo Él cumple con cada una de ellas. Memorícelas y medite en ellas. Ya verás cómo tu corazón se enamora de la Biblia mientras que la lees, memorizas y meditas en sus palabras. No hay sustituto de la Biblia en la vida del cristiano. Hemos llegado a la conclusión de nuestro estudio sobre la importancia de leer, estudiar y memorizar las escrituras. Ya hemos comprendido que debemos guardar la palabra de Dios en nuestros corazones para tener una comunión más cercana con Dios, para tener paz en nuestros espíritus, para tener fuerza en tiempo de tentación, para crecer en gracia y para aumentar nuestra fe. Todos esos ministerios serán llevados a cabo cuando ejercemos la lectura de la palabra de Dios. Entrégate diariamente al estudio de la Biblia. Haz un programa de memorización en el cual puedas aprender versículos y guardarlos en tu mente y en tu corazón. No dejes que satanás te desanime. Dale a tu espíritu el alimento que necesitas para crecer. Lee la Biblia con ánimo y entusiasmo. Vamos a orar. Padre, ya entendemos que necesitamos leer tu palabra para crecer espiritualmente y para ser cristianos maduros. Crea en nuestros corazones un amor hacia tu palabra, y ayúdanos a ser disciplinados en aprender porciones de ella, para ser fortalecidos en nuestro diario andar. Santifícanos por medio de tu palabra. En el nombre de Jesús te lo pedimos, Amén.
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