(Centro De Vida)
Escritura
Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Cristo ha hecho posible que vayamos directamente a Dios en busca de perdón; pero el confesar nuestros pecados unos a otros todavía tienen un lugar importante en la vida de la iglesia. (1) Si hemos pecado en contra de alguna persona, debemos pedirle que nos perdone. (2) Si nuestro pecado ha afectado a la iglesia, debemos confesarlo públicamente. (3) Si necesitamos apoyo afectivo en nuestra lucha contra el pecado, debemos confesarlo a quienes pueden darnos ese apoyo. (4) Si después de haber confesado un pecado a Dios, todavía no sentimos su perdón, podríamos confesar el pecado a otro creyente y oír de su parte palabras que confirmen que hemos sido perdonados por Dios. En el reino de Cristo, cada creyente es un sacerdote para los demás creyentes. (1 Pedro 2:9)