Copyright 2016-2019 Lifeword
Guiado Por El Espíritu Santo
Guiado Por El Espíritu Santo - Parte 3
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
Listens:
18
Aired on Sep 02, 2020

Escritura

Romanos 12:2; Filipenses 3:10; Juan 16:12-14; 2 Pedro 3:18; 1 Corintios 2:12; Romanos 8:28-29; Gálatas 5:22-23; Gálatas 5:19-21; Juan 3:34; Efesios 4:30; Hechos 8:26-29; Hechos 13:1-3; Hechos 16:6-10; Romanos 8:14.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, Filipenses 3:10 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. Juan 16:12-14 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. 2 Pedro 3:18 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 1 Corintios 2:12

Muchas personas le temen a la voluntad de Dios. Parece que ellos piensan que van a vivir miserables si Dios hace su voluntad en ellos y eso no es así. La mejor cosa que podría suceder en la vida de uno, es que la voluntad de Dios se hiciera en ella. Aquellos que experimentan la voluntad de Dios descubren que es buena, aceptable y perfecta, según Romanos 12:2. Una discusión del liderazgo del Espíritu Santo no debería hacer que nos hagamos para atrás; deberíamos estar gozosos al tener el liderazgo de Dios por medio del Espíritu Santo, deberíamos corresponder con alegría mientras que el Espíritu nos guía en la completa voluntad de Dios. Eso nos trae a una pregunta de importancia: ¿a dónde es que guía el Espíritu de Dios al cristiano? O para ser más personal, ¿a dónde me llevaría el Espíritu Santo si yo permitiera que me guiara completamente?   No puedo decir que te llevaría a vivir a esta ciudad o a la otra, no puedo decirte qué profesión te daría, tampoco puedo decirte en qué iglesia te pondría; pero sí te puedo decir tres cosas básicas que encontramos en la Biblia relacionadas al liderazgo del Espíritu Santo y si tú sigues estos tres principios te llevarán a conocer los detalles de las decisiones que tendrás que hacer cada día.   El Espíritu Santo te guiará en conocer cada día más y más de Jesús, ese es el sincero deseo del hombre de Dios. Filipenses 3:10 dice: “A fin de conocerle y el poder de su resurrección y la participación de sus padecimientos llegando a ser semejante a él en su muerte”. El Espíritu de Dios pone ese deseo y luego lo satisface mientras que nos guía en ser como Jesús. Jesús habló del Ministerio de enseñanza del Espíritu Santo en Juan 16:12-14: “aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podréis sobrellevar, pero cuando venga el Espíritu de Verdad, Él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará porque tomará de lo mío y os lo hará saber”. La Biblia nos exhorta a crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo según 2 Pedro 3:18: “Pero Dios no requiere nada de nosotros a menos de que Él ya lo haya provisto”. Por eso es que el requisito de crecer en el conocimiento de Jesús está acompañado con el ministerio del Espíritu Santo, el cual nos enseñará de las cosas de Cristo.   La Biblia nos vino por Inspiración de Dios. El Espíritu Santo tocó a los hombres de Dios quienes escribieron la Biblia para que lo que fuera escrito no fuera palabra de hombre sino de Dios. Ese mismo Espíritu de Dios es el que está presente para enseñar a cada hijo de Dios el contenido de la palabra de Dios. Tú puedes entender la Biblia, tú puedes conocer a Dios personalmente por medio de la fe en Cristo Jesús y tú puedes conocer y hacer la voluntad de Dios. 1 Corintios 2:12 dice: “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu que proviene de Dios para que seamos lo que Dios nos ha concedido”. Puedes conocer porque tienes al mejor maestro que existe, el Espíritu Santo de Dios. Es el propósito de Él el conformarnos a la imagen de Cristo Jesús según Romanos 8:28-29 para que seamos más y más como Jesús. Por lo consiguiente el Espíritu de Dios trabaja para producir en nosotros lo que llamamos el Fruto del Espíritu. Ese Fruto del Espíritu es el carácter que el Espíritu aprueba; el carácter que es como el de Jesús. El Fruto del Espíritu se encuentra en Gálatas 5:22-23: “Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, contra tales cosas no hay ley”. El Fruto del Espíritu está en gran contraste a las obras de la carne, las cuales encontramos en Gálatas 5:19-21, entre ellos encontramos pecados sexuales, pecados espirituales y pecados sociales, de toda clase.   Miremos ahora, o hagámonos la pregunta, qué clase de persona era Jesús. En primer lugar, en su propio espíritu humano, Él estaba lleno de gozo paz y amor, en segundo lugar, en sus relaciones con otros él era paciente, sufrido y aguantador; en tercer lugar, en su relación con Dios Él demostró fe, mansedumbre y templanza. El fruto del Espíritu Santo fue manifestado perfectamente en Cristo Jesús, porque el Padre le dio de su espíritu sin medida conforme a Juan 3:34.   Como cristianos, qué clase de personas deberíamos ser nosotros. Pues deberíamos ser como Jesús. Deberíamos estar lleno de gozo, paz y amor. Deberíamos ser pacientes, sufridos y aguantadores. Deberíamos tener fe, mansedumbre, templanza, osea, dominio propio. Los cristianos deberíamos ser como Cristo. Eso suena imposible cuando pensamos en términos de nuestras habilidades carnales, pero es una bendita realidad cuando nos acordamos del trabajo del Espíritu Santo en nosotros. Él nos guiará en practicar la pureza de Jesús. Debemos ser disciplinados ante Dios, debemos caminar de tal forma que cultivemos el fruto del espíritu en nosotros.   Según Efesios 4:30 no debemos afligir al santo Espíritu de Dios por el quien fuimos sellados para el día de redención. La mayoría de nosotros podemos reconocer estos hechos en la vida de predicadores, misioneros y evangelistas, pero la dirección del Espíritu Santo, es el derecho de nacimiento de cada creyente. Hechos 8:26-29 nos cuenta de Felipe, un diácono y evangelista de la iglesia primitiva quién fue guiado por el espíritu de Dios para encontrarse con un hombre que necesitaba oír el mensaje del Evangelio. Los cristianos han experimentado eso a través de los siglos, esa es una experiencia normal en la vida del cristiano obediente. Hechos 13:1-3 nos relata la manera en la que el Espíritu Santo llamó a ciertos hombres a un área especial de servicio. Él habló a la iglesia en Antioquía, Siria informándola de apartar a Bernabé y Pablo para un ministerio especial. Ahí comenzó formalmente la obra misionera de las iglesias cristianas. El Espíritu pudo haber hablado por medio de alguien quien tenía el don de profecía diciendo: apártame a Bernabé y Pablo porque tengo un trabajo especial para ellos. La iglesia hizo precisamente lo que el Espíritu la guió en hacer. He ahí el trabajo del Espíritu en llamar a hombres a un servicio especial. Hechos 16:6-10 nos cuenta la forma en que el Espíritu guió a Pablo y su compañía misionera al lugar de servicio. Ellos querían ir al noreste, mientras que Dios quería que fueran al oeste, entonces el Espíritu prohibió entrar a un lugar y les guió en ir a otro. El liderazgo del Espíritu Santo, todavía se experimenta hoy por muchos hijos de Dios. Romanos 8:14 dice: “Porque todos los que son guiados por el espíritu de Dios, estos son hijos de Dios”. Podemos esperar el liderazgo del Espíritu Santo en nuestras vidas   Oremos. Padre, gracias por tu Espíritu Santo quien nos guía en conocer cada día más y más a nuestro señor Jesús. Gracias por dejarnos a alguien que nos lleva un lugar de santidad, en el cual vivimos la vida de nuestro Señor. Gracias te damos en el nombre de Jesús, amén.

Otros archivos en esta serie