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La Oración Modelo
La Oración Modelo - Parte 9
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:31 Minutes
Listens:
9
Aired on Ago 13, 2020

Escritura

Génesis 3; Génesis 4; Filipenses 1:12; 2 Corintios 4:17; Salmos 97:10; Salmos 91:9 y 11; 2 Pedro 2:9; 1 Juan 4:4; Gálatas 6:7; 1 Corintios 6:16; 1 Tesalonicenses 5:6; Romanos 6:16; Santiago 4:7.

Génesis 3; Génesis 4 Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, Filipenses 1:12 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 2 Corintios 4:17 Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; El guarda las almas de sus santos; Salmos 97:10; Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, 11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. Salmos 91:9 y 11

El deseo sincero de cada creyente es el de ser libre de todo lo que pudiera contaminarle. Es con sabiduría por lo consiguiente que Jesús nos enseñó a orar estas palabras: ¨Más líbranos del mal¨. Es una petición que deberíamos orar con frecuencia y con sinceridad. El curso entero del sistema mundial en que vivimos está en contra de la pureza y de la santidad espiritual. Su movimiento está encabezado por una persona conocida como, el Dios de Este mundo, el Diablo, o sea Satanás.   Él está en contra de cualquier persona que desea vivir limpiamente y hará todo lo posible para que esta persona caiga en sus trampas. A causa de esta persona maligna que tiene fuerzas de maldad, es que Jesús nos enseñó a orar esta petición: ¨Mas líbranos del mal¨. La forma gramatical de esta petición es importante. No es una oración de libertad de todo lo malo en general, es una petición que podría ser traducida literalmente para decir: ¨Líbranos del maligno¨, osea, ¨Líbranos de Satanás¨. En este caso, esta petición se vuelve una de mucha solemnidad.   La Biblia nos habla de misterios de iniquidad, que se están llevando a cabo en el mundo hoy. El pecado es un misterio, ha sido misterioso desde su origen, en su contaminación y en su existencia. Aunque misterioso, el pecado es real. En primer lugar, lo encontramos en la Biblia, Génesis capítulo 3, relata la forma en que el que el pecado entró a la experiencia humana juntamente con la pérdida consecuente del paraíso.   Génesis capítulo 4, cuenta el relato del primer niño que nació y como llegó a ser un asesino. El Antiguo testamento nos relata la forma en que el pueblo escogido de Dios mataba a sus profetas y el Nuevo testamento nos habla de cómo los religiosos de ese mismo pueblo, crucificaron a su propio salvador.   En segundo lugar, lo encontramos en la historia secular. La historia está llena de guerras, de engaños y de corrupción en medio del progreso humano.   En tercer lugar, lo encontramos en tu corazón. Allí encontramos evidencia de envidia, celos, hipocresía y conciencia muerta. Solo Dios sabe todo lo malo que está escondido en las profundidades de tu corazón.   En cuarto lugar, lo encontramos en la naturaleza. Escasez, diluvios, huracanes, montes y espinas. ¡Están por todos lados! Hay mucho peligro en la maldad. ¿Cómo puede escaparse el hombre? No puedes escaparte por ignorarla, es todo lo contrario, tú debes reconocer el peligro que hay en la maldad y tener miedo del peligro espiritual que esta puede causarte.  Debes mirar hacia Dios diariamente para pedirle que te libre del mal.   Las fuerzas de la maldad son personales. La maldad tiene un artículo definido en el griego del Nuevo Testamento, la maldad, habla de aquel a quien nosotros conocemos como el adversario, el acusador, el que destruye, el padre de la mentira y el León quien se esconde disfrazado de Ángel de luz. No puedes ignorarle, eso sería un error grave, es mejor orar: ¨Mas líbranos del mal¨.   Esta petición, no se hace con el fin de que seamos librados de aparentar ser malos nosotros. Nosotros podríamos considerar al dolor, la enfermedad, la traición o la pobreza como maldades por las cuales deberíamos pedir a Dios que nos libre. Pero estas cosas no están incluidas en la petición que Jesús nos enseñó a orar; Él no dijo que deberíamos pedir ser librados de condiciones no placenteras, ni de situaciones inconfortables, es posible que por medio de estas cosas crezcamos y seamos fortalecidos. Parecía una gran tragedia cuando Pablo fue echado al calabozo en Roma, pero él escribió después en Filipenses 1:12: ¨Las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio¨.   En 2 Corintios 4:17, él escribió: ¨Porque esta leve tribulación, momentánea, produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria¨. No, no debemos pedirle a Dios que nos libre del mal en referencia a las condiciones y situaciones de la vida. Más bien deberíamos orar: ¨Líbranos del maligno¨. ¨Líbranos de pecado¨. No deberíamos temer a ninguna situación más que la que nos culpa de pecado. Deberíamos orar para que Dios nos libre del dominio del Diablo.   Salmos 97:10, dice: ¨Los que amáis a Jehová, aborreced el mal¨. Cuando le pedimos a Dios de que nos libre del mal, podríamos pedir una de dos cosas. En primer lugar, podríamos estarle pidiendo a Dios que no nos permita entrar a cosas malas, Dios protege a los que le aman y confían en Él. Ellos no deben temer el terror de la noche, ni la pestilencia de la oscuridad, ni la destrucción del día.  Salmos 91:9 y 11, nos dicen: ¨Porque has puesto a Jehová que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación. Pues a sus ángeles mandará cerca de ti, que te guarden en todos sus caminos¨ Sí, Dios protege del mal a aquellos quienes confían en Él. Pero la petición significa mucho más que eso, significa. ¨Rescátanos del mal¨. Muchas veces, sin tomar en cuenta las buenas intenciones, el creyente cae en el pecado; en dicha situación es confortable saber que sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, según 2 Pedro 2:9.   1 Juan 4:4, nos dice: ¨Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo¨. Dicha petición demanda algo de nosotros, si oramos ¨Líbranos del mal¨ debemos estar cuidadosos del mal. Dios no nos va a proteger de algo que nosotros vamos buscando. No necesitamos pedir que nos libre del mal, si nosotros no vamos a estar alertas. Gálatas 6:7, dice, que lo que el hombre sembrare, eso también segará. Hay hombres que siembran sus semillas de maldad y después quieren que fracase la cosecha.   La Biblia nos amonesta en 1 Corintios 6:16, dice: ¨Velad, estad firmes en la fe, portaos varonilmente y esforzaos¨. 1 Tesalonicenses 5:6, dice: ¨ Por tanto no durmamos como los demás, si no velemos y seamos sobrios¨. La vigilancia y el esfuerzo se logran por resolverse uno mismo a luchar en contra de sus pecados, hábitos y deseos. Debemos resolver en nuestras mentes, que lo que deseamos es dejar nuestras malas costumbres y buscar diligentemente el deshacernos de ellas.   Romanos 6:16, nos enseña, que somos esclavos de lo que obedecemos. Por qué vamos a orar: ¨Líbranos del mal¨, si por nuestra propia voluntad nos vamos a someter a la maldad sin hacer guerra, primeramente. Santiago 4:7 nos dice: ¨Someteos pues a Dios, resistid al Diablo y huirá de vosotros¨. ¿Cómo hace Dios para librarnos del mal? A veces nos protege de entrar a un lugar de tentación cuando se lo pedimos en oración.   Muchas veces arrebata de nosotros la maldad para que no continuemos en ella y ocasionalmente nos da fuerzas en medio de la tentación, permitiéndonos salir victoriosos. El asunto es que Él siempre provee una salida.   Podemos asegurarnos de que Él nos librará si es que vamos confiando en Él. Sus ojos miran de un lado al otro observando la tierra y buscando la oportunidad de mostrar su fuerza a través de aquellos cuyos corazones están bien con Él. Su trato con nosotros es por medio de la gracia, a base de su amor y no por los méritos nuestros. Él, nos da la victoria.   Padre, te pedimos que nos ayudes a luchar en contra del mal, líbranos de Satanás y de su poder. Ayúdanos a estar entregados a tu voluntad, en el nombre de Jesús oramos, Amén.

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