Escritura
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. Mateo 6:14-15 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, Romanos 3:23 Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. Santiago 3:2 De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. 1 Corintios 8:12 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gálatas 5:19-21
Jesús nos dio una oración que comenzó: ¨Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre¨, la llamamos la oración modelo porque Jesús dijo estas palabras antes de darnos la oración: ¨Vosotros pues, orareis así¨. De veras que es una oración modelo, pero ¿para quién?, nosotros responderíamos, es una oración para cristianos. Después de haber examinado todas las peticiones de la oración, quedaríamos de acuerdo en que la oración es para cristianos. Está bien que el cristiano ore por la santificación del nombre de Dios y por la venida de su reino, esta actitud cambia cuando llegamos a la quinta petición. La quinta petición de la oración modelo dice: ¨Y perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores¨ Muchos comentaristas cristianos aquí se hacen para atrás: ¨Esto es terreno legal y no una petición para presentar a los cristianos delante de Dios¨. Yo estoy en desacuerdo con ellos, la oración modelo, o el padre nuestro como lo llaman algunos, es una oración para cristianos, nosotros también deberíamos orar como Jesús nos enseñó. Una de las peticiones que Él nos enseñó a hacer es: ¨Perdónanos nuestras deudas, como nosotros también perdonamos a nuestros deudores¨. A nosotros no nos da pena hacer esta petición, nos revela la verdad en cuanto a nosotros. Esta petición admite el hecho de que pecamos en contra de Dios y en contra de nosotros mismos, demuestra que queremos recibir el perdón de Dios cuando nosotros mismos no estamos dispuestos a perdonar. Es una petición embarazosa, pero una petición necesaria que debemos presentar a Dios. Existen siete peticiones específicas en la oración modelo, de las siete, Jesús selecciona una para elaborarla. El selecciona a la quinta petición, la que dice: ¨Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros también perdonamos a nuestros deudores¨. Concerniente a esa petición, Jesús nos dice en Mateo 6:14 y 15: ¨Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas¨. Por lo consiguiente, esta petición debe ser muy significativa en nuestras vidas espirituales. Hay cuatro verdades grandes en esta petición: En primer lugar, nosotros pecamos en contra de Dios. De acuerdo al veredicto de Dios, cada boca enmudece y todo el mundo llega a ser culpable delante de Él. Romanos 3:23, dice: ¨ Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios¨. En segundo lugar, pecamos los unos contra los otros. El apóstol Santiago fue honesto en decir en Santiago 3:2: ¨Porque todos ofendemos muchas veces¨. El apóstol Pablo nos dice en 1 Corintios 8:12:¨De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia contra Cristo pecáis¨. En tercer lugar, muchas veces rehusamos perdonarnos los unos a los otros. Examinemos las obras de la carne en Gálatas 5:19-21, encontramos palabras como iras, odio, contiendas, disensiones, envidias etc., estas cosas sugieren un espíritu de no perdonar. En cuarto lugar, sin tomar en cuenta estas cosas, deseamos que Dios nos perdone. Por eso oramos, perdónanos nuestras deudas, perdónanos nuestras ofensas. El mensaje del evangelio cristiano es que los pecados pueden ser perdonados. La petición que Jesús nos enseñó a orar nos da a entender el hecho de que podemos ser perdonados y que debemos pedir a Dios que nos perdone. Como una deuda el pecado puede ser cancelado, como una mancha el pecado puede ser lavado, como un hecho el pecado puede ser olvidado. Jacob el ladrón fue perdonado, David el adúltero fue perdonado, Pedro el blasfemador fue perdonado, Saulo el perseguidor de cristianos fue perdonado. Jesús es el amigo de pecadores, Él se deleita en perdonar, esta es la buena nueva del evangelio: tus pecados, pueden ser perdonados. Dios dice en Isaías 1: 18: ¨Ven, estemos a cuentas: aunque tus pecados fueren rojos como el carmesí vendrán a ser como blanca lana¨. Por eso es que Jesús nos pidió que oráramos: ¨Perdónanos nuestras deudas¨. Si no oramos esta oración, no seremos perdonados. Romanos 10:3 dice: ¨Porque todo aquel que invocare el nombre del señor, será salvo¨. ¡Sí!, Esta es una petición esencial. No estamos haciendo un trato con Dios cuando hacemos esta petición, muchos oran de esta manera: ¨Dios, haré un trato contigo, yo perdonaré a los que me ofenden, si tú me perdonas a mi¨, los que hacen tal cosa erran ¿Cómo sería posible que nuestro perdón imperfecto, mereciera el perdón inmaculado de Dios? No es de esta manera en que debemos orar. Lo que significa esta petición es lo siguiente. En primer lugar, el cristiano debe perdonar, de hecho, un espíritu que no perdona desobedece a Dios, nadie puede adorar a Dios en verdad, si no se ha perdonado a sí mismo. Mateo 5:43-48, nos habla de eso. Jesús dijo que nuestro perdón hacia otros debería ser sin límite: ¨Si un hombre pecare contra ti cuatrocientas noventa veces, tú debes perdonarle cada vez¨, según Mateo 18:21-22. Y si un hombre pecare en contra de ti siete veces en el mismo día y está arrepentido, tú debes perdonarle por completo. Sí, el cristiano debe ser perdonador. En segundo lugar, el perdón estará basado sobre la relación que tenemos con Dios. No perdonamos con nuestras propias fuerzas, si no con el espíritu de Dios quien perdonó nuestros pecados, según Mateo 5:7: 39-48. Dicho espíritu perdonador en los cristianos los hace seguir el ejemplo de Cristo Jesús. El principio cristiano, está expresado en Efesios 4:32:¨Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros como Dios también los perdonó a vosotros en Cristo¨. El vivir la vida de esa manera, es manifestar el hecho de que Cristo vive en nosotros. En tercer lugar, un espíritu no perdonador es un pecado de la carne y contrario a las cosas espirituales. Pensemos otra vez en las obras de la carne que nos fueron mencionadas en Gálatas 5:19-21. Tú podrías ponerle un título a esos versículos, podrías poner de título: Un espíritu que no perdona. Si Dios nos manda a perdonar y rehusamos hacerlo, somos culpables de desobedecerle. ¡Sí!, un espíritu que no perdona es un pecado en contra de Dios quien nos ha enseñado a perdonar. En cuarto lugar, el pecado no confesado y no perdonado, estorba nuestras oraciones. Salmo 66:18, dice: ¨Si en mi corazón. Hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado¨. El mirar a la iniquidad en este caso, significa tener un pecado al cual uno no desea sacar de su vida. El no perdonar, es un pecado. El no perdonar, el rehusar perdonar a los que te han ofendido es mirar a la iniquidad de nuestro corazón. Bajo estas circunstancias, la Biblia dice que el Señor no nos escuchará. Eso significa acercarnos al trono de Dios con el deseo sincero de perdonar cada pecado. Supongamos que alguien hiciera esta oración: ¨Dios, yo he pecado y necesito tu perdón. Te pido que me perdones todos mis pecados, pero Señor, pienso que debo decirte que soy un ladrón y tengo la intención de seguir robando¨. ¿Crees que Dios perdonaría todos los pecados y no tomaría en cuenta lo del robo? ¡Claro que no!, dicha oración indica una falta de arrepentimiento verdadero. De esta manera, supongamos que viene otra persona y dice: ¨Dios, he pecado. Perdóname todos mis pecados, pero Señor, tengo que decirte que no puedo perdonar a Don Fulano, y que solo siento odio por lo que él me hizo¨ ¿Limpiará Dios a tal persona bajo estas circunstancias?, otra vez la respuesta es no. Para recibir perdón, debemos estar dispuestos a confesar todos nuestros pecados. Debemos admitir que no es fácil para nosotros el perdonar, pero debemos perdonar, porque si no lo hacemos, Dios no nos escuchará cuando oremos. Jesús nos enseñó en Marcos 11: 24-26: ¨Por tanto os digo que todo lo que pidieres orando creed que lo recibiréis, y cuando estéis orando, perdonad si tenéis algo en contra de alguno. Para que también vuestro padre que está en los cielos perdone a vosotros vuestras ofensas, porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre, que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas¨. ¨ ¿Puedes ponerte honestamente de rodillas para orar diciendo ¨perdóname, así como yo perdono a otros¨?, si no, necesitas pensar mucho en esta petición. Padre, perdónanos por no haber aprendido a perdonar, existe en nuestras vidas tanto egoísmo, ayúdanos a ser humildes. Ayúdanos a aprender a perdonar de verdad. En el nombre de Jesús te lo rogamos, Amén.
Otros archivos en esta serie
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)