Escritura
¿De qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
Dios es como un pintor, es aquel que da color y sentido a la vida. Hoy continuaremos con la serie “Vida Nueva” y el mensaje de este estudio se titula “El sentido de la vida” con ustedes su amigo y pastor Paúl Tinoco. «¿De qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?» (Marcos 8:36). En 1923 se reunió un grupo de los hombres de finanzas más prósperos del mundo en el Hotel Edgewater Beach, en Chicago. Entre ellos estaban el presidente de la mayor compañía de acero, el presidente de la mayor compañía de servicios, el mayor especulador de trigo, el presidente del Stock Exchange (la Bolsa) de Nueva York, un miembro del Gobierno del país, el presidente del Banco Internacional de pagos, y el jefe del mayor monopolio del mundo. Estos hombres controlaban entre sí más riquezas que las del Tesoro de los Estados Unidos. Por donde iban salían en los titulares de los periódicos y revistas. Pero veamos lo que les había sucedido treinta años después. El presidente de la compañía de acero vivió de préstamos los últimos cinco años de su vida, y murió en la pobreza. El presidente de la compañía de servicios murió en la miseria después de haber quebrado. El mayor especulador de trigo murió en el extranjero, insolvente. Richard Whitney, el presidente de la Bolsa, fue puesto en libertad del penal de Sing Sing. El mayor especulador en Wall Street se había suicidado. El miembro del ministerio, Albert Fall, recibió el perdón en la cárcel, para que pudiera morir en su casa. Leon Frazier, presidente del Banco Internacional de Pagos, se suicidó. Estos hombres habían aprendido a hacer dinero, pero ni uno de ellos había aprendido a vivir. ¿Qué provecho sacaron de ello? Ninguno. Hoy veremos la vida de un hombre que aparentemente lo tenía todo, sin embargo, carecía de lo más importante. Les invito a abrir sus Biblias en el libro de Lucas capítulo 12:13-21 La palabra de Dios dice: “Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Pero él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Y les dijo: Mirad, guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros y los edificaré más grandes, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has guardado, ¿de quién será?” Así es el que hace para sí tesoro y no es rico para con Dios. Mientras Jesús enseñaba grandes verdades espirituales a la multitud, un hombre muy egoísta lo interrumpió y le dijo “Maestro di a mi hermano que parta conmigo la herencia.” No se sabe con exactitud qué problema tenía este joven con su hermano, pero muy probablemente sería el hijo menor y deseaba que la herencia que sus padres les habían dejado se repartiese en partes iguales, esto iba en contra de la ley que otorgaba al hijo mayor dos tercios de la herencia en comparación al menor que solo le tocaba un tercio. Ante este pedido Jesús respondió “Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Jesús se negó a la petición de este hombre probablemente por dos razones: la primera es que no quería pasar por alto las autoridades que tenían el deber de ocuparse de tales asuntos y en segundo lugar porque su propósito al venir a este mundo no era el de traer posesiones a los hombres sino más bien el llevar a los hombres a Dios. Y partiendo desde este punto fijo su mirada en la multitud “Y les dijo: Mirad, guardaos de toda avaricia” este es un llamado a estar en guardia, así como un soldado que vigila su cuartel en la noche está atento ante el ataque del enemigo, de la misma forma Jesús quería que cada oyente esté atento ante cualquier indicio de avaricia que podía destruir su vida. ¿Qué es la avaricia? Es el afán de poseer muchas riquezas con el solo placer de atesorarlas sin compartirlas con nadie. literalmente significa la sed de tener más. ¿Por qué debemos de guardarnos de la avaricia? La respuesta es muy sencilla y Jesús lo dijo “porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de bienes que posee” el sentido, la meta y el propósito de nuestra vida no se resume en simplemente llenarnos de cosas materiales. La sociedad en la que vivimos mide el éxito en base a las riquezas y recursos económicos que poseemos. Nuestra sociedad proclama a gritos “cuanto más tienes, más vales” esta puede ser la forma como el mundo evalúa al hombre, sin embargo, no es la forma como Dios lo hace. Y para darles un ejemplo de este asunto, Jesús les cuenta una parábola. “La heredad de un hombre rico había producido mucho.” Aquí vemos a un agricultor que había tenido éxito en su cosecha, un hombre rico al cual le había ido bien en los negocios. Tanta era su producción que se dijo “¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos?” su cosecha era tan abundante que sus depósitos quedaban chicos en comparación a todo el fruto que tenía. Después de meditar un poco en este asunto, por fin llego a una solución. “Se dijo: “Esto haré: derribaré mis graneros y los edificaré más grandes, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes” ¿Por qué derribar sus graneros? ¿acaso no era mejor conservarlos y construir en otro lugar? Claro que no. Él era un hombre muy inteligente y astuto para los negocios, no quiso desperdiciar ni un centímetro de tierra que más adelante le producirían más cosechas. Esta fue la razón del porque pensó en derribar los graneros pequeños y construir en el mismo lugar unos más grandes. ¿Qué iba guardar en ellos? Dice el texto “sus frutos y sus bienes” tenía una cosecha impresionante, sin embargo, también tenía un montón de bienes materiales, tantos que ya no cabían en su casa, así que había que guardarlos en otro lugar. Siguiendo su discurso, se dijo “Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y regocíjate.” Estas palabras me suenan muy familiares, ya que es el lenguaje y la aspiración de nuestra sociedad. Cuantas veces no he oído decir a gente “vive la vida, come, bebe y regocíjate, que cuando mueras, ahí acabara todo.” Sin embargo, mientras este hombre pensaba en todo el tiempo que le quedaba de vida y en cómo iba a disfrutar de cada uno de sus bienes. Dios le dijo: “Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has guardado, ¿de quién será?” Si algo no esperaba este hombre era la muerte, el creía que viviría por mucho tiempo y si había que pensar en Dios eso podía hacerlo más adelante, sin embargo, la muerte estaba a la puerta y hoy venían por su alma. Muchos somos como este hombre hacemos planes de aquí a 10 años cuando ni siquiera sabemos con certeza si mañana veremos la luz de un nuevo día. Cuan bien nos haría decir “Si Dios quiere haremos eso o aquello”. ¿Qué concepto tendría el mundo si este hombre viviera en nuestros días? Estoy seguro que su foto estaría en todos los periódicos y revistas famosas alabando su éxito en las finanzas, estoy seguro que sería un hombre muy reconocido e importante, un hombre del cual los cineastas harían muchas películas, los escritores escribirían muchas historias y los jovencitos lo verían como el modelo perfecto a seguir, seria alabado por multitudes y su nombre tendrían muchas calles de nuestra nación. sin embargo ¿Qué concepto creen que tenía Dios de él? Dios lo llama necio, la palabra necio es sinónimo de tonto, estúpido, vacío, torpe e ignorante. ¿Por qué Dios lo llama así? ¿Qué de malo había en este hombre? Por su actitud y sus palabras podemos notar una serie de problemas en su vida. En primer lugar, sus riquezas se habían convertido en su dios. el problema de este hombre no era el tener muchos bienes, el problema radicaba en que los bienes lo tenían a él, él era un esclavo de sus riquezas. Saben, no hay nada de malo en ser rico, muchos hombres en la Biblia eran ricos y amaban al Señor, hombres como Abraham, José, David, Job, etc sin embargo la diferencia radicaba en que estos hombres no tenían en el centro de su corazón a las riquezas, sino a Dios y cuando Dios se los quitaba solo exclamaban “Jehová dio y Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito” En segundo lugar, este hombre no sabía nada de sí mismo. El creía que podía vivir muchos años, creía que tenía la vida comprada, sin darse cuenta que ese día sería el último de su existencia. Además de esto este hombre nunca se dio cuenta que todo lo que había acumulado no le podía dar la satisfacción que su alma necesitaba. Tenía mucho, pero a la vez no tenía nada. La riqueza es astuta y mentirosa amado oyente, promete al hombre felicidad, esperanza y satisfacción, por tal motivo el hombre se afana y dedica horas, días y los mejores años de su vida para conseguirlo, sin embargo, al final se da cuenta que aquello que tanto buscaba no puede darle satisfacción, ni llenar su corazón vacío. En tercer lugar, era un hombre completamente egoísta, nunca pensó en su prójimo, nunca pensó en el necesitado, nunca pensó en compartir con las personas pobres algo de lo que Dios le había dado, todo era yo y yo y yo, que no había tiempo para pensar en los demás. En cuarto lugar, era un hombre malagradecido. Después de todo lo que Dios le había dado, lo normal hubiera sido que elevase su voz al cielo y exclamase “gracias Dios mío por todas tus bondades” Sin embargo, no lo hizo ya que ni siquiera creía en Dios. Por ultimo Dios lo llama necio porque tuvo tiempo para todo, menos para lo más importante. Descuido la salvación de su alma por una vida totalmente egoísta. Cierto día un caballero pregunto a otro, mientras pasaban frente a una hermosa casa de campo rodeada de jardines ¿Cuánto crees que vale esa propiedad? No sé en cuánto está tasada; pero sé lo que le costó a su antiguo propietario. ¿Cuánto le costó? Le costó el alma. Alguien dijo lo siguiente “si vives sin Dios en este mundo, ten la seguridad que tu condición no cambiara cuando mueras” ¿Qué de ti querido amigo? ¿te sientes identificado con este hombre? Tal vez te despiertas cada mañana solo con el fin de alcanzar el sueño americano: una linda casa, un carro del año y una gran posición en la sociedad es aquello que no te deja ni conciliar el sueño. Cuando viene alguien y te invita a escuchar la palabra de Dios respondes: “no tengo tiempo” “otro día será” y cuando te preguntan la razón del porque no puedes asistir le contestas “es que tengo que trabajar, es que tengo que viajar, es que tengo que estudiar una maestría, es que tengo que salir con mi familia, es que tengo que emprender un negocio, es que tengo que hacer las labores de la casa, es que tengo que hacer esto y aquello. Tienes tiempo para todo, menos para Dios. Has quitado a Dios de tu agenda y en su lugar has colocado miles de cosas. Dios no significa nada en tu vida, lavar un calcetín sucio es más importante que prepararse para la eternidad, unos dólares más en el bolsillo son más importantes que el dador de la vida. Para ti Dios es solo un amuleto de la buena suerte, lo buscas solo cuando se presenta alguna necesidad, sin embargo, cuanto todo va bien él es el gran desconocido. Dedicas horas y horas en acumular riquezas, pensando que eso dará satisfacción a tu alma, sin embargo, cada vez te sientes más vacío, pobre y miserable. Piensas que tienes el control de tu vida, que eres el señor de tu propio destino y el capitán de tu alma, sin embargo, no sabes que un día de estos tu corazón dejará de latir y estarás delante de tu creador. Cuando eso pase ¿Quién se quedará con todo lo que has acumulado? Ya veo a tus hijos riéndose y repartiéndose las cosas que tan afanosamente has amontonado. Y mientras ellos hacen eso ¿Dónde estarás tú? ¿acaso no estarás delante de su creador esperando la sentencia de muerte? ¿acaso no serás condenado a un tormento eterno? Amado amigo, deseo este no sea tu futuro, ¿por qué no dejas a un lado tus juguetes y examinas la condición de tu alma? ¿Por qué no te inclinas delante de tu creador y clamas misericordia? Misericordia por una vida desperdiciada, misericordia por una vida sin Dios. arrepiéntete de tus pecados y humildemente rinde tu vida al Señor Jesucristo. El vino a este mundo a morir por tus pecados y por los míos, el vino para dar sentido y propósito a nuestra existencia, él vino para dar paz y satisfacción a nuestra alma. ¡No lo rechaces ¡ven a él hoy con un corazón quebrantado por tu pecado, ven a él hoy y dile: ten compasión de mi oh Dios que soy un pecador. Hazlo hoy mientras todavía haya tiempo, no esperes al mañana para entregar tu vida a él, ya que mañana puede ser demasiado tarde.
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