Escritura
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 1 Corintios 2: 10-11 Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed. Nehemías 9:20 Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, Romanos 15:30
No te des por vencido todavía, la iglesia aún está viva. En el mundo entero, muchas iglesias que una vez eran inactivas, se han despertado y están dando testimonio de Cristo Jesús; este avivamiento en las iglesias ha causado que los teólogos pongan su atención en otro asunto que ha sido olvidado; ese asunto es la doctrina del Espíritu Santo. La vida nueva que trabaja en los cristianos es obra del espíritu Santo, es tiempo de que muchos cristianos pongan énfasis en la persona y el trabajo del espíritu. Sí, me oíste bien, yo llamé al Espíritu Santo una persona. Él es una persona, es imposible entender su trabajo, o entrar en una relación correcta con el aparte de reconocerle como una persona. Dios está compuesto por el padre, hijo y el Espíritu Santo, tres personas divinas, por esta razón, es posible que entremos en una relación personal con Dios. El Espíritu Santo tiene un lugar prominente en la Biblia, en el primer capítulo, el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas, mientras que milagros maravillosos ocurrían por todos lados. En el último capítulo de la Biblia, lo encontramos con la esposa llamando al que quiera a venir a tomar del agua de vida gratuitamente. Entre el primer capítulo y el último capítulo de la Biblia, el Espíritu Santo hace su ministerio entre los hombres, ¿cómo sabemos que el Espíritu Santo es una persona?, lo sabemos porque Él, tiene las cualidades que componen una personalidad: mente, emoción y voluntad. Uno puede ser una persona, sin tener un cuerpo físico, pero no sería persona si no tuviera mente, emociones y voluntad. En primer lugar, el Espíritu Santo tiene mente, Él escrudiña y conoce lo profundo de Dios y revela esas cosas al cristiano, según 1 Corintios 2: 10-11. Él dio instrucciones a la nación de Israel, mientras que esta viajaba a través del desierto conforme a Nehemías 9:20. El espíritu Santo ejerce los poderes de la mente, mientras que el escrudiña conoce y enseña. En segundo lugar, el Espíritu Santo tiene emociones, Él ejerce un amor inteligente según Romanos 15: 30, al igual que ejerce sentimientos de tristeza según Efesios 4:30; una fuerza impersonal, no podría sentir amor ni tristeza. Estas demostraciones de emoción enseñan que el espíritu Santo es una persona. En tercer lugar, el Espíritu Santo ejerce una voluntad. En una discusión de los dones espirituales, que se encuentra en 1 Corintios capítulo 12, el apóstol Pablo aclara que el Espíritu Santo, reparte esos dones según su voluntad, y no de acuerdo a la voluntad del hombre. Él nos controla para usarnos como desea, su voluntad, es la voluntad de Dios, sí, los hechos que pertenecen al Espíritu Santo, son hechos que solo una persona podría ejecutar, Él escrudiña y revela, Él enseña, Él convence de pecado, Él ora, haciendo intercesión por los creyentes delante de Dios; Él ha tomado el lugar de Jesús, ahora que Jesús ascendió al cielo y es la misma persona que Jesús era, según las enseñanzas de Juan 14:16-17 y Juan capítulo 16, versículo 7. La personalidad del Espíritu Santo es indicada por su relación con otras personas de la Trinidad. Mateo 18:29, nos enseña de bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, indicando que los tres son de igual personalidad. En 2 Corintios capítulo 13, versículo 14, encontramos que la gracia del Señor Jesucristo y el amor de Dios están puestos con igual importancia que la comunión del Espíritu Santo. Si Dios el Padre, es una persona y si Dios el Hijo es una persona, entonces seguro está, que Dios, el Espíritu Santo es una persona también. Consideremos también el nombre que Jesús dio al Espíritu Santo, Jesús prometió a sus discípulos que él enviaría a otro Consolador en cuanto Él se fuera al cielo. El término consolador, traducido, significa ¨compañero¨, el Espíritu Santo es un compañero de cada creyente, tú no puedes ser compañero de una fuerza, como la gravedad; de una emoción, como el amor, o de una ambición, como un deseo. Tú eres una persona y solo puedes tener compañerismo con otra persona. El Espíritu Santo es tu compañero porque Él es una persona. El Espíritu Santo puede ser tratado como una persona, a él se le puede obedecer o se le puede rechazar, según Hechos 7:51; Él puede ser honrado o insultado, según Hebreos 10:29. Se le puede tratar con honestidad o puedes mentirle según Hechos 5:3, estos hechos marcan una relación personal, son posibles estas cosas, porque el Espíritu Santo es una persona, una persona divina, reconoce esta verdad de una vez y para siempre en tu mente, puedes entrar en una relación personal con el Espíritu Santo y así tener una buena relación personal con Dios, a través del ministerio de esa persona divina. Tal vez algunos preguntarán ¿qué importancia tiene si el Espíritu Santo es una persona o no? Tiene mucha importancia, el Dr. R. A. Torry, nos ha dado tres áreas en las cuales él sugiere que la personalidad del Espíritu Santo es de vital importancia. En primer lugar, su personalidad tiene importancia en la adoración; el no reconocerle como una persona significa robarle de la adoración que le pertenece como una persona divina y como miembro de la Trinidad: ¿Que significa para ti el cantar himnos en donde se alabe el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo?, la personalidad del espíritu Santo tiene importancia en la adoración. En segundo lugar, su personalidad tiene importancia en la experiencia cristiana, miles de personas pueden testificar de la transformación de sus vidas, al reconocer al Espíritu como una persona Divina, ellos te pueden decir que caminan más contentos en la vida cristiana por haber aceptado esta realidad, hará un cambio grande en tu vida también. En tercer lugar, su personalidad tiene importancia en cuanto a poder espiritual, si el Espíritu Santo no es una persona, nos preguntaríamos, ¿cómo es que haríamos para obtenerle y usarle?, pero en vista de que el Espíritu Santo es una persona divina, podemos preguntarle si es que él nos puede tomar a nosotros para ocuparnos en las cosas de Dios. La primera idea, es pagana y conduce al orgullo, la segunda idea es cristiana y conduce a la humildad. ¿Cuál de esas dos ideas expresan tu actitud hacia la relación que tú tienes con el Espíritu Santo? Dos bendiciones grandes vienen al creyente cuando él realiza por completo que el Espíritu Santo es una persona divina, uno tiene que ver con su vida interna, y la otra con su servicio como cristiano. En primer lugar, la persona llamada el Espíritu Santo, es el siempre presente amigo de cada creyente, Él es la curación de la soledad. El cristiano nunca está solo cuando el Espíritu Santo está con Él, el Espíritu Santo es la curación del temor, Él está aquí en el mundo para ofrecernos su protección. El corazón puede latir con tranquilidad cuando está lleno con y protegido por la Divina Persona a quien nosotros llamamos Espíritu Santo. En segundo lugar, la persona a quien nosotros conocemos como el Espíritu Santo, cura las enfermedades en el servicio cristiano, qué seguridad hay cuando uno sabe que hay alguien contigo que sabe que decir y qué hacer. Él asume toda la responsabilidad de tu enseñanza, testimonio, oración y servicio entre tanto que tú le eres disponible. Él hace que la suficiencia de Dios sea real en tu servicio diario. En el nuevo testamento, el ser cristiano, era ser posesionado por el Espíritu Santo, la cristiandad sin el Espíritu Santo no es cristiandad. Romanos 8:9 nos dice: ¨Y si alguno no tiene el espíritu de Cristo, no es de Él¨. Existen muchos sustitutos para el Espíritu de Dios, organizaciones eclesiásticas, credos de corrección, actividades éticas y sociales, excesos emocionales en el nombre de Cristo, separación del mundo o una resignación de vivir una vida fructífera. Todas estas cosas son experimentos que el hombre ha hecho para ser feliz, pero no encuentra felicidad. El Espíritu Santo es una persona, trátale como tal, atribúyele las mismas cualidades que le atribuyes al Señor Jesús, deja que Él sea tu amigo y compañero, así podrás por medio del Espíritu, entrar a una relación con Dios, esa relación que siempre has buscado, pero que se te ha hecho imposible alcanzar. Juan capítulo 6, versículo 13 dice: ¨Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él los guiará a toda la verdad¨. Padre, ayúdanos a resolver hoy mismo de entrar en una vida que es llenada por tú espíritu, te pedimos que nos perdones por no tomarla en cuenta en nuestras vidas diarias, por tratar de usarle como un poder embotellado que nosotros usamos cuando se nos place, haciendo de él un tipo de genio que aparece cuando yo así lo deseo. Perdónanos en el nombre de Cristo, Amén.
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