Copyright 2016-2019 Lifeword
Jesús Y Mateo
Jesús Y Mateo
Paul Tinoco Huaraca
(Centro De Vida)
Duración: 00:12:44 Minutes
Listens:
113
Aired on Jun 22, 2019

Escritura

Marcos 2:13-14

Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.

Le invito a abrir la Palabra de Dios en el libro de Marcos capítulo 2:13-14, hoy estudiaremos el encuentro que tuvo Jesús con un cobrador de impuestos llamado Mateo. el mensaje de este estudio se titula “Jesús y Mateo”  La palabra de Dios dice “Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.” Una de las tareas principales de nuestro Señor Jesucristo durante su ministerio era la enseñanza, ante él se congregaban multitudes, había personas de diferentes razas, idiomas, color, condición social y vida moral. En uno de esos recorridos por las orillas del mar de Galilea, vio a Leví, sentado al bando de los tributos públicos. Levi o Mateo como comúnmente es conocido era un publicano, un recolector de impuestos, debemos recordar que Israel en los tiempos de Jesús vivía bajo el dominio del Imperio Romano y como tal tenía que pagar impuestos. Había impuestos de toda clase y color, impuestos personales, impuestos a la renta, impuestos generales sobre la tierra, impuestos por transporte de bienes y productos, impuestos por el uso de caminos, por el cruce de puentes y por otras actividades diversas. Los Romanos habían pactado con los cobradores de impuestos, de darles cada cierto tiempo una cantidad determinada de dinero y todo aquello que sobraba era para sus bolsillos. Entonces esto de cobrar impuestos se convirtió en un negocio rentable para cualquiera con elevadas aspiraciones financieras, bajas normas éticas y una pasión profunda por el dinero a tal punto que los llevo a cobrar mucho más de lo permitido, haciéndose ricos a expensas del trabajo de su propio pueblo, dentro del cual se encontraba gente pobre y humilde económicamente, a los cuales los explotaban y a quienes no podían pagar, les prestaban dinero a exorbitantes tasas de interés. Esto les genero un rechazo tremendo, un desprecio, un estigma social, al punto que ni aun en las sinagogas o los lugares donde se estudiaban las escrituras se les permitía el paso y si por cualquier motivo uno tenía contacto o alguna relación con uno de estos hombres era considerado impuro. En resumen, eran clasificados como traidores a su patria, ladrones, mentirosos y los pecadores más viles que existían en su tiempo. Este era Mateo, la sociedad entera lo despreciaba sin embargo hubo un hombre que fijó su mirada en él. Un día, así como otro mientras se encontraba realizando su trabajo, vino a su encuentro Jesús, quien le miró con ojos de gracia y le dijo “sígueme”, ante este llamado Mateo y todos a su alrededor debieron quedarse realmente sorprendidos. Mateo sabía quién era Jesús ya que Jesús había hecho de Capernaúm la sede principal de su ministerio, sin embargo, el poco conocimiento que tenia de él no se comparaba al conocimiento que tenía Jesús de Mateo, él vio a un hombre miserable, afligido por el peso de su culpa y listo para arrepentirse. Le dijo “sígueme, y levantándose, le siguió” esta no era una invitación a simplemente tomar un cafecito o a una salida temporal, esta era una invitación a dejarlo todo y seguirlo de forma permanente. Pensemos por un momento en la situación en la que se encontraba Mateo. El durante mucho tiempo seguramente habría juntado el dinero suficiente para comprar a los Romanos el derecho de cobrar los impuestos y según cuentan los historiadores si un Publicano decidía abandonar su puesto de trabajo ya no podía volver a tomarlo nunca más en su vida. Así que en ese momento Mateo estaba tomando la decisión de cortar por completo con lo que había sido su vida hasta entonces, para seguir a Jesús. Es a eso lo que la biblia llama conversión. En ese momento Mateo fue transformado de ser un cobrador de impuestos amante del dinero, a ser un seguidor del maestro, amante de Dios. Cuando Mateo se arrepintió y decidió seguir a Jesús el entendió que seguirlo era mil veces mejor que continuar aumentando su cuenta bancaria, en otras palabras, mateo en ese momento rasgo de su vida el ídolo que tanto se había impregnado en su corazón al punto de preferirlo aun antes que, a su familia, su reputación, sus amigos, e incluso a Dios. Mateo vio en Jesús una joya preciosa y estuvo dispuesto a dejarlo todo con tal de tenerlo a él. Uno puede tener todo lo que desea en la vida, pero si no tiene a Jesús no tiene absolutamente nada, y uno puede carecer de todo lo que este mundo puede ofrecerte ya sea fama, dinero, posición, pero si tiene a Jesús lo tiene todo. Eso creyó Mateo. Al escuchar la invitación de Jesús, el entendió que a pesar de su condición y su vida pasada él podía ser perdonado y aceptado, no en base a sus méritos personales, ya que el evidentemente carecía de ellos, sino únicamente por la bendita gracia y misericordia de Dios. Alguien dijo lo siguiente “El antiguo extorsionista, traidor y paria fue transformado en un discípulo. Aunque perdió su carrera, ganó una recompensa eterna y “una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos” (1 P. 1:4). Perdió posesiones materiales, pero ganó la vida espiritual; perdió seguridad terrenal, pero ganó un futuro celestial; perdió recompensa económica, pero ganó una corona incorruptible de gloria (cp. 1 P. 5:4). Mateo pudo haber sido excluido de la sinagoga, pero fue aceptado por Dios y se le concedió la salvación.” ¿Y que, de ti, querido amigo?, ¿tu vida se asemeja a la vida de mateo? Tal vez seas un hombre que por amor al dinero has dejado a tu familia, a tus amigos e incluso a Dios mismo, tal vez seas un hombre que ha caído en lo más bajo que un hombre puede caer en la sociedad o tal vez lo tengas todo, dinero, poder y todos los placeres que este mundo te puede ofrecer, pero por dentro careces de paz, amor, esperanza y felicidad. Ven a Jesús querido amigo, ven a Jesús tal y como eres, no intentes maquillarte aparentando ser una mejor persona, ven a él con todos tus pecados y colócalos a los pies de aquella cruz. Tu puedes ser perdonado y aceptado no en base a tus méritos personales o a tus buenas acciones, sino únicamente por la gracia de Dios. Él vino a este mundo a morir por nuestros pecados. la Biblia dice que la paga del pecado es la muerte y eso es lo que merecemos cada uno de nosotros, sin embargo, él por amor, vino a este mundo, ocupo nuestro lugar en la cruz y murió por nuestros pecados. El profeta Isaías dijo de él “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. La muerte no tuvo poder sobre él y al tercer día resucito de los muertos y ahora desde esa tumba vacía ofrece salvación y vida nueva a todo aquel que humildemente viene a él en arrepentimiento y fe. Entregar tu vida a Jesús no te va a tomar como muchos creen cinco minutos en la vida, sino es una decisión que te toma la vida entera. ¿estás dispuesto a dejarlo todo y seguirlo únicamente a él? ¿estás dispuesto a dejar a un lado tus ídolos y correr a los pies del maestro? Mateo lo hizo, que hermoso sería si tú lo hicieras también. Saben cuándo Jesús miro a Mateo no miro solamente lo que era Mateo en el momento actual, sino miro lo que él podría llegar a ser. Mateo llego a ser uno de los discípulos fieles que tuvo nuestro Señor Jesucristo, también se convirtió en uno de los autores de la Sagradas escrituras, su amor a Jesús lo llevo a sufrir el martirio y la persecución, pero eso no le importo ya que su muerte simplemente aceleraba su encuentro con su precioso salvador.

Enlaces

1

Otros archivos en esta serie